Obtenido de: El rincón del vago
CAPITULO III
GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN DE LAS ALJAMAS
JUDÍAS
La aljama proviene del árabe llama que
quiere decir asamblea, era el organismo jurídico que aglutinaba a los judíos.
Las aljamas valencianas gozan de
autonomía propia y dependen únicamente del rey.
Las aljamas se rigen por privilegios,
leyes y reglamentos. Están contenidos en la Biblia y el Talmud.
El poder ejecutivo estaba en manos de
los adelantados ( adelantats) y eran los equivalentes a los jurados
cristianos. Su numero variaba según la importancia de la aljama.
La aljama disponía de otros cargos
elegidos por el Consell y los adelantats pero existía la intervención del rey
en la elección. Otro de los cargos importantes era el de clavari que por
orden de importancia era el tercero de la aljama y se encargaba de la función
económica.
La oligarquía que controlaba las aljamas
intentaba mantener su estado de privilegio lo que propiciaba enfrentamientos
internos por lo que el rey tenia que mediar para poner paz.
Algunas familias judías obtenían la
exención de pagos de tributos por lo que el resto de la aljama protestaba
porque esto agravaba mas aun su hacienda.
En 1300 Jaime II tuvo que mediar en las
quejas de la aljama de Valencia que protestaba porque los ricos o grandes de la
aljama cargaban los impuestos en las clases medias y pobres de la aljama.
CAPITULO IV
LOS JUDÍOS Y LOS
PODERES PÚBLICOS
1.Los judíos y
la autoridad real
Los judíos eran los “siervos del tesoro
real”, por lo que era una garantía para la seguridad y derecho de los judíos,
aunque no siempre la Corona supo estar a la altura de las circunstancias como
fue lo acaecido a las juderías en 1391.
Los judíos debían
pagar unos tributos al rey y fijados por este.
De estos impuesto
disfrutaban el rey, la reina o el infante, y comprenden la pecha (peyta), o
tributo personal, que abonaba en metálico cada vecino o cabeza de familia. La
aljama disponía de autonomía para su reparto interno, La cena que al principio
pudo pagarse en especie, se abonaba también en dinero. Reside la denominación
de presencia, si la corte reside en la ciudad, o de ausencia si la familia real
no se detiene. Su fin era abastecer la mesa real y la de su comitiva.
A esto hay que añadir el “dret de
protecció” que las aljamas pagan al rey en Semana Santa para que intervenga
en las violencias contra ellos.
A veces el rey eximia a titulo personal
el pago de impuestos y también a aljamas enteras en momentos de crisis como
guerras, epidemias, etc...
También se eximia del pago a los
repobladores de territorios conquistados por la Corona.
El rey también podía pedir subsidios
extraordinarios a los judíos, cristianos y moros. Los subsidios se gastaban en
guerras, bodas, viajes, etc. ya en el ultimo tercio del siglo XIV se
restringieron mas los subsidios y normalmente no superaban el centenar de
sueldos.
El baile general estaba dotado para
conceder a los judíos salvoconductos, para llevar armas, para tener una segunda
esposa, divergencias en el reparto de una herencia...y sobre todo el de mediar
en temas jurídicos como eran los criminales y los relativos a los abusos
cometidos sobre ellos en general...
Los judíos trabajaron como traductores
de árabe para la Corona y de médicos.
Pero su labor mas destacada era la de
arrendatario y prestamista, de aquí su visión estereotipada.
Los judíos que por sus servicios
prestados al rey se enriquecieron y obtuvieron influencia eran repudiados por
los propios judíos ya que se apartaban de las practicas judaicas y también eran
repudiados por los cristianos por su enriquecimiento por la Corona.
2.
Las
relaciones con las autoridades municipales.
Los ayuntamientos podían redactar cartas
para beneficiar a algún vecino judío o también podía hacer lo contrario.
Algunas veces los municipios intentaban
que los judíos contribuyeran con sus impuestos por lo que los judíos se
quejaban ante el rey ya que estos solo estaban obligados a pegar las pechas
reales.
3.
Las
relaciones con las Cortes del Reino
Los judíos no tenían representación en
las Cortes.
También hay una preocupación en las
Cortes sobre las continuas humillaciones que recibían los judíos lo cual
manifestaban sus quejas. Sin olvidar una amplia gama de medidas segregacionistas
para separa la población cristiana de los judíos, para evitar el contacto entre
ambas poblaciones y que los judíos recuerden siempre su inferioridad. Las
Cortes también pidieron que los judíos no superaran los limites establecidos en
las antiguas juderías.
Las Cortes no fueron especialmente
virulentos con el “problema judío”. Simplemente fue el marco donde se mediaban
muchas veces las disputas entre ambas comunidades.
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