Por
Ricardo García Moya
Las Provincias 6 de Mayo de 1998
La lectura del diccionario
de la Generalitat (Bromera, 1995) requiere tila o, mejor, un "colpet de Alcoy".
Es tal la sumisión al Institut d'Estudis Catalans que admite voces castellanas
y catalanas como curandero,
rechazando la valenciana curander.
El pueblo está desconcertado. El otro día, una madre decía que a su hijo
-alumno de EGB del colegio La Albufereta de Alicante- le habian enseñado que xai significa cordero en
valenciano (la palabreja consta en la falsa gramática
valenciana de la Generalidad, p. 55). Otra señora de Muchamel me comentaba que su hija -estudiante pasada por la
inmersión en BUP- le había recriminado el uso de los plurales dillunsos y dijousos. Suponía que eran localismos de Muchamel, cuando esta
pluralización brotó en el Reino ante la anfibologfa de unos sustantivos homónimos
en número gramatical. Ya en 1887 recogía el diccionarìo de Escrig y Llombart la
frase "La semana dels tres dijousos",
con la que los valencianos -no los catalanes- expresaban la imposibilidad de
lograr una cosa.
Los idiomas destruyen
equívocos. Cuenta Menéndez Pidal
que los judíos del siglo XIII motejaban a los castellanos de
politeístas por usar Dios acabado en
s, como plural y singular. Ellos utilizaban el singular Dio, como todavía dicen los
sefarditas de los Balcanes. Para evitar el equívoco, el castellano medieval
creó el plural dioses, rechazando la
forma apocopada Dio. Un ejemplo opuesto
lo tenemos en el actual uso del incorrecto carie por caries, aunque
quizá en un futuro sea admitido el singular por acuerdo de la Real Academia
Española, y no por instituciones portuguesas
o italianas. Por desgracia, en el Reino de Valencia, en lugar de la Real
Academia Valenciana es el Institut d'Estudis Catalans quien pretende dictaminar
sobre una lengua que no es la suya.
Así, el bárbaro Vocabulari de Barbarismes de la
Generalidad Valenciana (¡encargado a la
misma empresa que editó el Diccionari del Institut d'Estudis Catalans!) prohíbe
los centenarios plurales dijousos y dillunsos, además de vocablos como mentres, puesto o fulles de paper. Y les da igual que los
usaran los intelectuales más cultos de nuestra historia. En el manuscrito Ms.
3746 de la Biblioteca Nacional de Madrid, escrito en "idioma
valenciano" por el latinista Llorens Matheu hacia 1650, encontramos esas
voces prohibidas por Cataluña: "y
mentres vixca" (f. 622), "en este puesto" (f. 620) "fulles
de paper de algún procés" (f. 628). Llorens no era un bárbaro, sino el
mejor jurista del XVII, además de traductor de italiano, latín, valenciano y
castellano.
No hubo dudas sobre la
autonomía del idioma valenciano hasta que las maquinaciones de los filólogos
catalanes del XIX provocaron los
primeros titubeos, como éste de 1846: "Estos coloquis están escrits en lo
valenciá que es parla actualment en esta capital. En ells es diu indiferentment
desichs y desichos; pasechs y pasechos.
(Esperant que) la Gramática valensiana, o el us, sentensie y fije definitivament
quin ha de ser el plural" (Els chics educats. Valencia 1846, p. 72). Al
anónimo autor -que usaba el valenciano plural "millóns" (p. 59)- le sorprendería las absurdas reglas del IEC,
como suprimir el artículo delante de los días, provocando una lamentable
jerga telegráfica, "Dumenge anarem al camp" o "Chimo vindra
dijous". Casualmente, en el documento de 1602 dado a conocer por D. Josep
Alminyana en LAS PROVINCIAS, uno de
los párrafos comenzaba con la vituperada construcción sintáctica: "Lo dimats de matí" (LP, 23-4-98). Por cierto, el vedado plural
dimats es anterior al Tirant lo
Blanch: "la voz dimats se
documenta desde el siglo XIV"
(Mestre, J.: Literatura de canya. 1997, P- 881.
La centenaria elisión de la
vibrante r en los plurales
"dimats" y "dinés" era una singularidad de la lengua
valenciana y, como tal, perseguida por el IEC. No obstante, ellos suprimen a
placer, lo mismo se beben la consonante líquida l trasformando los valencianos polps
y colps en los rambleros pops y cops, que se meriendan la nasal n, mutando los clásicos plurales jovens, vergens y margens en los catalanes "joves, verges i
marges". Todo disparate morfosintáctico perpetrado por la inmersión es
progresista, mientras que las singularidades de la lengua valenciana son
retrógradas. Por ejemplo, el catalanista
Carles Salvador fue uno de los que abortaron el tímido nacimiento del plural "reixos" ("Día de
Reixos"), manteniendo la forma "reis" que, curiosamente, también fue castellana. El Archivo
Diocesano de Salamanca conserva poemas anónimos del XV en un legajo del XVI, en
los que leemos: "Altos Reis,
pues venís a la tierra de Belén" (ADS, Proc. 22 de noviembre de 1581 ).
Otroasunto: ¿Recuerdan que
el Ayuntamiento de Barcelona achuchó a las masas para la charlotada del 25 de
abril? Pues algún comando de la Generalidad -más catalanero que el Fluvioler del Ter- con dinero del
contribuyente valenciano adquiere ejemplares editados por el citado Ayuntamiento de Barcelona. Obras como "Hivernacle" son distribuidas por las bibliotecas públicas del
Reino. Hivernacle fue premiada en
los Jocs Florals de Barcelona 1997 por el Ayuntamiento de Barcelona;
se edìtaron pocos ejemplares, pero los mismos funcionarios que secuestran el
Diccionario de la Real Academia Valenciana y de LAS PROVINCIAS en las bibliotecas públicas, han estado atentos para
adquirir (a cuenta del ciudadano) esta obra de un colaborador del "Avui", nacido en La Bisbal d'Ampordà. Así progresa la
catalanización, ante la pasividad de quienes ustedes saben.
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