miércoles, 12 de febrero de 2014

LA GUERRA DE SUCESION EN VALENCIA (XXVI)

REVISTA DE HISTORIA MODERNA
Número 25 - 2007


RETROSPECTIVA HISTORIOGRAFICA Y ESTADO DE LA CUESTION.
Páginas: 303 a 329
Autor: Carmen Pérez Aparicio.


Diferentes planteamientos presenta la obra de Juan Bautista Perales. que marca un `punto de inflexión en el panorama historiográfico. Era el suyo un proyecto ambicioso como el de pretender continuar la obra de Escolano allí donde éste la había dejado, incorporando por primera vez de forma significativa la documentación de los archivos valencianos. Su propósito inicial queda claro; tras acusar de imparcialidad a todos los historiadores que le habían precedido, especialmente al marqués de San Felipe y Belando, a los que tacha de ser "aduladores del poder", se propone reivindicar la imagen y la historia de los vencidos, rebatiendo con hechos las censuras que se lanzaron sobre todos ellos. Especialmente crítico se muestra con el marqués de San Felipe, por llamar "insolentes" a los valencianos y no desaprovecha la ocasión para denunciar que Borrull o Boix no rechazaran tal descalificación- Sale al paso de las acusaciones que calificaban a los seguidores del Archiduque de gente soez y desmandada y, aunque no niega la violencia de sus actuaciones, la considera menor que la llevada a cabo por el ejército borbónico con el saqueo y destrucción de muchas poblaciones y entre ellas Xátiva, hecho que se atribuye directamente a Felipe V.

De Basset ofrece una visión muy alejada de la conocida hasta entonces, la imagen de una persona cuyo origen no era tan humilde como se había venido reflejando hasta entonces y cuya sólida formación profesional le había llegado a alcanzar el grado de ingeniero. La obra de perales refleja, pues, una actitud claramente crítica hacia todos los historiadores que le habían precedido y marca también un giro interpretativo respecto a todos ellos. Pero además, a diferencia de Borrull y Boix que habían sustentados sus tesis sobre las obras impresas en el siglo XVIII, Perales es el primero en hacer uso de las fuentes archivísticas y eso le permite dar también un saldo cualitativo en el estudio de la guerra al  incorporar, de manera rigurosa,  la secuencia cronológica de los acontecimientos. Ante el mismo hecho de la rebelión su postura es clara: exonerar a los valencianos y responsabilizar al gobierno de Felipe V -en sintonía con los historiadores decimonónicos-, y por supuesto criticar la abolición de los Fueros calificándole de "monstruosa centralización creada por Luis XIV".

Aunque de distinta entidad de los recogidos hasta ahora, hay que hacer mención de los trabajos realizados por el canónigo Roque Chabás sobre distintas cuestiones relacionadas con la Guerra de Sucesión en el Reino de Valencia.  Tanto su "Historia de Denia" como los artículos publicados en la revista "El Archivo" constituyen aportaciones de cierto interés para el tema, especialmente por el hecho de utilizar fuentes manuscritas, en general inéditas, y por tratar de personajes importantes, como el propio Basset, o episodios decisivos en el desarrollo del conflicto como la sublevación de Denia.

De otro lado, los deseos mayansianos de que la obra de Minyana fuera pronto traducida del latín no se vieron cumplidos, ni durante el siglo XVIII ni en la centuria posterior. Esta circunstancia, junto con el hecho de que la única edición existente hubiera aparecido en Holanda, debieron limitar considerablemente su difusión. "De bello rustico valentino" no fue trasladada a una lengua vulgar, en este caso el español,  hasta 1922 y lo fue de la mano y pluma de Vicente Castañeda y Alcover, quien en el preámbulo pone de relieve que su objetivo no es otro que el de ofrecer a los valencianos la obra fundamental sobre "un tema que apasiona grandemente" y "de actualidad siempre entre los valencianos (...) que por desgracia fue el antecedente de la pérdida de las libertades valencianas que consagraron los Fueros". Aunque expuesta muy sucintamente, Castañeda añade su crítica a las ya formuladas por los historiadores valencianos hacia Felipe V, a quien responsabilizaron de la sublevación por la falta de previsiones de guerra y e ayuda para la defensa del Reino y mantiene la corriente formulada por los borbónicos y austracistas de reivindicar los Fueros, en su opinión "una de las legislaciones más democráticas y cultas, que cayó envuelta en el castigo impuesto por el agravio de los menos, en daño y desdoro de los más".

La traducción del libro de Minyana no representaba una aportación historiográfica, pero se trataba sin duda de un paso significativo en la difusión de un tema de interés general. Hay que añadir, sin embargo, que tampoco en esta ocasión pudio realizarse en prensas valencianas o españolas, sino en las de la ciudad belga de Brujas, donde se imprimió el tomo LV de la "Revue Hispanique", una revista editada por la "Hispanic Society of America" y dedicada como reza en su cabecera, al estudio de las lenguas,  de las literaturas y de la historia de los países castellanos y portugueses. La limitada proyección de la citada revista constituyó, sin duda, un obstáculo más `para la difusión de la obra de Minyana entre los valencianos, que no ha sido subsanada hasta tiempos bien recientes en la edición crítica del texto latino y una nueva traducción al español,  realizada esta vez por F. Jordi Pérez Durá y José Mª. Estellés González. Se trata en este caso de una iniciativa necesaria y encomiable que brinda al estudioso  y al gran público la oportunidad de conocer directamente una obra de acceso muy restringido hasta entonces, si bien los autores de la edición han dado primacía a los aspectos lingüísticos y estilísticos de la obra original pero han obviado las limitaciones de carácter histórico, desaprovechando la oportunidad de compensar las diferencias que fueron señaladas  ya en su día por el deán Martí.

La problemática de la Guerra de Sucesión reapareció de nuevo con fuerza en la década de 1950. Por entonces, Carlos Seco editó, con un estudio preliminar, la obra del marqués de San Felipe y Pedro Voltes, daba a la luz una biografía sobre el archiduque y diversos trabajos sobre la Guerra de Sucesión, inicio de lo que sería una prolífica aportación a la historiografía valenciana y española. Por lo que se refiere al Reino de Valencia, en primero de los estudios fue publicado en 1956 por Vicente Gascón Pelegrí. quien, desde una perspectiva militar,  retomaba el hilo de Minyana para centrarse en los aspectos bélicos del conflicto,  ampliando los datos conocidos, pero sin aportar nuevos enfoques. Por el contrario, los primeros pasos para abrir nuevos caminos y perspectivas fueron dados por Pedro Voltes,  quien gracias a sus trabajos sobre el archiduque Carlos, había conseguido reunir un conjunto de documentos inéditos y de gran interés relacionados directa o indirectamente con el Reino de Valencia, lo que le permitió reflejar, aunque con  trazos discontinuos, algunos de los momentos cruciales del periodo y abrir nuevas interrogantes sobre los orígenes de la sublevación o los problemas del gobierno del Archiduque. También Henry Kamen dio a la prensa en esos años un libro sobre la Guerra de Sucesión en España, en el que dedica sendos capítulos a Valencia. Aunque para llevar a cabo su propósito tuvo que utilizar un extenso bagaje documental,  el carácter general de la obra no permitió a su autor profundizar en todos los ámbitos,  si bien por primera vez un autor trataba de descifrar las claves de la rebeldía de los valencianos, enfatizando el carácter popular ya señalado por Minyana. De forma paralela, las aportaciones iniciales,  aunque desiguales por su entidad, de Pedro Pérez Puchal y Mariano Peset abrieron las puertas de la historiografía valenciana al estudio de la abolición de los Fueros, un camino seguido después por otros muchos historiadores.


Por lo que se refiere a la moderna historiografía valenciana sobre la Guerra de Sucesión, el punto de arranque lo constituye ya la obra citada, "Aproximación a la Historia del Reino de Valencia". Para su autor, se trataba de un conflicto con una doble vertiente, internacional e interna, plano en éste último en el que se proyectaba fielmente el dualismo que, según su hipótesis, había presidido en el devenir del Reino de Valencia desde que fuera fundado por Jaime I, en este caso una lucha entre seguidores del archiduque Carlos, los campesinos, "maulets" y los partidarios del Borbón, los señores "botiflers", tras la cual quedaba reflejada otra dualidad,  la de la costa frente al interior. Proyectado hacia afuera de la Monarquía Hispánica, el conflicto sucesorio era para la Corona de Aragón y especialmente para Valencia un enfrentamiento con su tradicional enemiga, Francia. Hacia el interior, el final de la guerra significó la victoria de la aristocracia terrateniente frente al campesinado y el triunfo del absolutismo  y de la centralización frente al sistema "federal" de la Corona de Aragón, truncando así también la corriente neoforalista y el programa político por el que esta Corona trataba de hacer viable la pervivencia de su propio sistema de gobierno en el seno de la Monarquía Hispánica .

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