Autor: Joan Ignaci Culla
¿Podrías
decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí? “Eso depende en
gran parte del sitio al que quieras llegar”, dijo el Gato. “No me importa mucho
el sitio…”, dijo Alicia. “Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes”,
dijo el Gato. (Alicia en el país de las maravillas, 1865).
No
sé si este diálogo, efectivamente, salió de la pluma de Charles “Lewís Carroll”
Dodgson, o de los miembros que negociaron la reforma del Estatuto valenciano,
es decir, del PP y PSPV.
Muchos
de los que considerábamos que se había hecho la nueva Carta Magna, atendiendo
cualquier interés menos al valenciano, quedábamos estupefactos hace unos días
al ver la cara de felicidad que ponían tanto Camps, como Pla, al recibir el
premio a la Convivencia de la Fundación Broseta. Un premio precisamente
otorgado por, alcanzar el consenso entre las dos grandes fuerzas estatales. Se
seguía la hoja de ruta marcada, de lo que tenía que ser un ejemplo al resto de
las autonomías, ya que ese había sido el principal logro de la reforma, no su
contenido, pero eso es otra historia que, ya la hemos contado.
Todo
para ellos, lógicamente, iba bien, hasta que Pla recibió la llamada de Zapatero
(¡bueno, sería del ujier, por mandato de ZP!), contándole la reunión “secreta”
con el convergente Artur Mas, y su acuerdo para el Estatuto catalán. ¡El
pujolismo había vuelto!
Consciente de su falta de carisma, y de encarnar lo más antagónico de lo que tendría que ser un político, defender su tierra, les hace un guiño a los que considera que con su alianza, lo pueden hacer lo más de lo más: President de la Generalitat. Sin importarle que, los de IU sigan buscando la argamasilla del Muro de Berlín, ni los del Bloc dejen de emular a Indiana Jons, en su busca particular de “la barretina perdida", decide, contra lo pactado, que apoyará las enmiendas presentadas por Izquierda Unida en la tramitación del texto en el Congreso para rebajar el listón electoral del 5% al 3% y quitar alusiones a “idioma valenciano”.
Consciente de su falta de carisma, y de encarnar lo más antagónico de lo que tendría que ser un político, defender su tierra, les hace un guiño a los que considera que con su alianza, lo pueden hacer lo más de lo más: President de la Generalitat. Sin importarle que, los de IU sigan buscando la argamasilla del Muro de Berlín, ni los del Bloc dejen de emular a Indiana Jons, en su busca particular de “la barretina perdida", decide, contra lo pactado, que apoyará las enmiendas presentadas por Izquierda Unida en la tramitación del texto en el Congreso para rebajar el listón electoral del 5% al 3% y quitar alusiones a “idioma valenciano”.
Una
vez más, Pla demostraba lo patético de sus planteamientos en cuestión
lingüística y se alía, una vez más, con el catalanismo más radical, apartándose
del sentir mayoritario de los valencianos, y así, a su vez, contentar a su jefe
de filas, porque para Estatuto, el catalán, claro. ¡Qué pena que Ibarra, o Bono
no le hubiese dado un cursillo acelerado de lo que es poner por encima de todo,
los intereses de su tierra!
Pero
si patético es el comportamiento de Pla, no deja de sorprendernos la hipocresía
a la que hace gala el PP, en la supuesta defensa del “idioma” valenciano.
Sin
perder tiempo, todos sus responsables (PP), han salido a la palestra ofendidos
(con razón), de la salida de tiesto del PSPV, y su defensa (pactada) de la
inclusión de “idioma”. Incluso no descartan una manifestación a favor de la
lengua valenciana.
Esto
nos parecería perfecto, si como hemos dicho antes, el PP no utilizase un doble
lenguaje. Uno de los cambios sustanciales, precisamente, del nuevo Estatuto, es
la inclusión, con rango oficial, de la AVL y su blindaje. Una institución que
dejó claro en su dictamen del pasado 9 de Febrero, la unidad de la lengua. ¡Sí,
esa que dicen que jamás consentirán!
Por
otro lado, los libros de texto siguen plagados de mapas de “països catalans”, y
a la supuesta catalanidad de la lengua valenciana. Es más, siguen sin contestar
a las denuncias efectuadas por padres, exponiendo estos hechos. La radio y
televisión valenciana sigue poniendo todo el empeño en que aprendamos un nuevo
vocabulario que lo firmaría Carod-Rovira. ¿O lo habrá impuesto él?
Pero
entre actitudes patéticas e hipócritas, nos encontramos con los que piensan que
la refundación de valencianismo pasa, únicamente, por la rebaja al 3% (en la
que estamos de acuerdo, ya que posibilitaría la pluralidad política), aún a
costa de la defensa de la identidad valenciana. Quizás alguno ya esté pensando
en poner una cadena de pollos a l’ast.
Mientras tanto, los valencianos,
seguiremos contemplando impertérritos, como se nos manipula, en función de los
intereses de unos u otros. ¿O el PP, si devuelven el Estatuto, por la traición
del PSPV, se atreverá a su vez, a romper el pacto de Valencia, quitando del
mismo a la AVL, y derogándola, ya que se ha demostrado que no trabaja para la
lengua valenciana?
No hay comentarios:
Publicar un comentario