Autor: Michel Braveheart
Depósito Legal: PM-1405-2002
Pero a parte de la parte documental, ¿qué vestigios catalanes hay en Baleares?. Porque... no nos olvidemos que estamos hablando del asentamiento de muchos miles de personas, pues se debía de repoblar no sólo la ciudad más grande con mucho, de toda la Corona de Aragón, sinó que además todo el reino de Mallorca. Bueno pues, no hay ningún vestigo arquitectónico y sin embargo debería de haberlo. No existe ningún vestigo del románico catalán, precisamente en la época de su máximo esplendor (s. XI, XII, XIII y XIV), ni vestigio de ninguna masía en la zona agraria, pues todas las edificaciones son del estilo propio en cada una de las islas, y así tenemos que las de Mallorca son del estilo romano-andalusí de triple hueco, a la que podemos darle sin equivocarnos, un arraigo o antigüedad de más de 2.000 años(4) (la misma antigüedad podemos darle a las de Menorca e Ibiza, esta última con edificaciones similares a las de Oriente Medio, claramente distintas de las de Mallorca y Menorca). Así tenemos (como ya hemos visto) que la mallorquina es de planta rectangular con una caída de aguas a la parte de la fachada principal, o bien a la parte trasera las más antiguas. Ya más modernamente las han construído con doble crugía, anterior y posterior. En cambio la casa catalana, es de planta cuadrada con dos caídas de agua a los laterales de la fachada principal. Lo que nos lleva, a que también la distribución de los volúmenes del interior sea asimismo diferente a la mallorquina. Con ello tenemos que un punto muy importante como es la idea de la casa en las personas (en este caso en los supuestos repobladores catalanes), como espacio vital de vivencia y convivencia familiar, que en la Edad Media y hasta bien entrado el siglo XX, era todo un mundo de tradiciones con unas pautas y unos ciclos a seguir obligato-riamente, resulta que esa idea, esa casa, ese mundo catalán, no aparece por ningún lado. Cuando lo normal y lógico (demostrado en cualquier lugar del mundo donde sí se ha sufrido alguna repoblación por algún contingente humano) es que el campo mallorquín estuviese plagado de edificaciones de estilo catalán. Y he aquí que simplemente con ello, podemos afirmar rotundamente, que no hubo ninguna repoblación de catalanes del reino de Mallorca después de 1229. Si a este hecho le añadimos que está documentado que la gran mayoría de los expedicionarios una vez finalizada la rapiña regresaron a sus lugares de procedencia con el botín, hasta el punto que el propio Jaime I comenta en su crónica que se quedó con tan pocos hombres que no le bastaban ni como guardia personal, teniendo que mandar a por más gente a Aragón, muy mal se pudo repoblar este reino. Y si a lo dicho lo rematamos con que por el “Llibre del repartiment”, sabemos que el 75% de las casas de Palma(4) continuaron habitadas por los propios mallorquines después del asalto, nos reafirmamos en que no hubo ninguna repoblación de catalanes.
Pero, como el bagaje cultural de un pueblo no es sólo su concepción de casa, de habitáculo, sinó que es más amplia, aceptemos por un momento, que la hipotética repoblación de Mallorca por catalanes fuese cierta. Y que cuando pisaron suelo mallorquín decidieron habitar las deshabitadas viviendas; que éstas les gustaron tanto que ni las retocaron, conservando la distribución interior de las estancias; quedando tan enamorados de ellas, que al tener la necesidad de construir otras nuevas no hicieron sinó calcar las que ya se encontraron aquí, renunciando a construir masías como continuación de su identidad catalana. Aceptémoslo, ¡¿porqué no?!, ¡aceptémoslo!.
Pero como no sólo de arquitectura se compone el bagaje cultural de un pueblo, vayamos a ver otros aspectos que también debieron de haber traído los repobladores.Y veamos el aspecto más íntimo de un contingente humano, de una familia; veamos lo que realmente marca o mejor dicho, marcaba hasta hace tan sólo unos 50 años la identidad de las personas, el rol de la identidad como pueblo diferenciado, como individuo perteneciente a una étnia determinada. Ese aspecto no es otra cosa que el nombre propio que tenemos todos y cada una de las personas del Universo; nombre que nos ponen los padres o los padrinos al nacer, y que nos acompaña durante toda la vida salvo excep-ciones puntuales. Nombre que dice a los demás cual es nuestra identidad. Por ejemplo, si alguien nos dice que se llama Klaus,
1.- Historia de las Baleares. Álvaro Santamaría, t. III p. 810
2.- La casa popular Mallorquina. Carlos García-Delgado. 1996
3.- Revista científica Misterios de la Arqueología. Año I, nº 3, 1996. Jorge Alonso.
4 y 5.- La casa popular Mallorquina. Carlos García –Delgado. 1996
nos dá a entender que su identidad es germana; si McGiver, entendemos que su identidad es escocesa; si François, que su identidad es francesa; si Enric que su identidad es catalana; si Iñaki que su identidad es vasca; si Toméu, que su identidad es balear, etc. Por ello vayamos a desmenuzar si es cierto si hubo o no repoblación catalana, indagando la identidad de los nombres propios de los actuales habitantes de Baleares, supuestamente descendientes de los hipotéticos repobladores catalanes.
En primer término veamos los nombres propios de varones, que bien podemos llamar tradicionales en Cataluña, y su procedencia u origen.
Nombre procedencia
Agustí del latín
Albert del germánico
Alfons del germánico
Andreu del griego
Carles del germánico
Enric del germánico
Ernest del germánico
Federic del germánico
Ferrán del germánico
Gerard del germánico
Guillem del germánico
Jordi del hebreo
Lluís del germánico
Marc del germánico
Narcís del griego
Oriol del latín
Pau del latín
Ramón del germánico
Ricard del germánico
Robert del germánico
Como podemos apreciar, el 70% de los nombres de varones típicos de Cataluña son de procedencia germánica, y el resto repartido entre un 20% del latín, un 10% del griego y tan sólo el 5% del hebreo.
Ahora veamos lo que concierne a los nombres propios de de varones de los Baleares.
Nombre Procedencia
Abraham del hebreo
Andréu del griego
Bernàt del germànico
Bièl del hebreo
Damià del griego
Gaspà del persa
Guiém del germánico
Ignàci del latín
Juàn del hebreo
Matéu del hebreo
Mikèl del hebreo
Nicolàu del griego
Rafèl del hebreo
Salvadó del latín
Siòn del hebreo
Simó del hebreo
Tià del latín
Tòfol del fenicio (Tobal / Túbal)
Tolo del griego (tholos)
Tomàs del arameo
Toméu del hebreo
Bartoméu del hebreo (significa hijo de Toméu)
Tòni del latín
Xim del hebreo
En los nombres de los baleares podemos apreciar que son de muy variada procedencia, tal y como corresponden a unas islas tan cosmopolitas como Baleares, aunque como es natural sus procedencias son netamente mediterráneas: fenicias, israelitas, griegas, romanas... Predominando los de origen hebreo (israelita) con un 48%, del griego un 14%, del latín un 14% y otro 14% de variadas procedencias.
Por lo referenciado, podemos reafirmar que no hubo ninguna repoblación de Baleares por los catalanes. Porque los nombres de sus habitantes no son de procedencia germánica, tal y como es tradicional en Cataluña; cosa que debería de ser así al ser hipotéticamente sus descendientes.
1 comentario:
Més clar aigua. Desmontar els arguments catalaneros es prou fàcil, no és necessari ser historiador, ni filòlec.
Vicent.
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