Una de las principales mezquitas de Estambul, proyectada (1550-1557) por Sinan bajo el auspicio de Solímán el Magnífico. Es la mayor obra realizada por este arquitecto, y para muchos entendidos la más perfecta. Se levanta en el interior de un recinto calado, en un lugar desde el que se domina el Cuerno de Oro.
El espacio de oración está precedido por un patio al que se accede a través de un imponente pórtico. A su vez, el patio está cercado por arquerías de soportales sostenidos sobre columnas de pórfido, mármol y granito, cubiertos por 28 cupulillas. En las esquinas ascienden cuatro minaretes que incorporan diez balcones: el número de minaretes indica que Solimán fue el cuarto sultán de Estambul, y el número de balcones especifican que fue el décimo rey otomano. La mezquita propiamente dicha, inspirada en el edificio de Santa Sofía, consta de una planta casi cuadrada cubierta por una gran cúpula que se apoya sobre pechinas, arcos torales y columnas. Para descargar los empujes laterales de esta estructura se incorporan dos medias cúpulas en los extremos septentrional y meridional, y dos arcos en los extremos oriental y occidental.
El interior es sobrio, pero su solemnidad se realza gracias a las vidrieras de Sarhos Ibrahim, los azulejos de Iznik decorados con motivos de hojas y flores en rojo, azul y turquesa y las inscripciones caligráficas. Otros elementos ornamentales importantes son el mimbar y el mihrab marmóreos, así como las exquisitas labores de marquetería, con incrustaciones de marfil y nácar sobre la madera de las puertas, celosías y púlpito.
Solimán y su esposa Haseki Hürrem están enterrados en un recinto ajardinado situado en el lado sur de la mezquita, rodeada por otros edificios dedicados a escuelas, caravasares y una pequeña cocina que hoy alberga el Museo de Arte Turco e Islámico.
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