APUNTES
HISTÓRICOS SOBRE LOS FUEROS DEL ANTIGUO REINO DE VALENCIA (XX)
D. Vicente Boix
Valencia
1855
- XXXI -
Barones
Más que en otra parte se hace mención de esta clase en el proemio
o introducción a los Fueros del reino de Valencia, donde el Rey D. Jaime dice
que promulgaba aquellas leyes con consejo de los Nobles Barones, que
nombraba poco después; y allí se ve que con aquella espresión no quiso denotar
una dignidad particular, sino los Próceres o sugetos de la primera distinción,
significándolo también con la espresión de Barones Grandes en el fuero
25 de feudis. Introducidas en la corona de Aragón, igualmente que en
Castilla, y al mismo tiempo, esto es, en el siglo XIV las dignidades
hereditarias de Duques, Marqueses y Condes, se comprendieron también todos bajo
la palabra Barones.
Disponiendo D. Pedro IV el orden de
asientos que debían ocupar los Diputados a las Cortes generales de 1383, ordenó
que en ellas se sentasen los aragoneses y los valencianos a la mano derecha,
los catalanes y mallorquines a la izquierda; y que debían ponerse tres bancos,
el primero para los prelados y demás personas eclesiásticas; el segundo para
los Barones y los nobles, y el tercero para los Caballeros, las personas militares
y los Generosos.
Pero esta misma palabra Barones
tiene otro rigoroso sentido, en el que significa un especial titulado por
merced del Príncipe. En Aragón, según los Fueros de Sobrarbe, las ciudades y
villas que se ganaban a los moros, debían repartirse entre los Ricos-hombres, y
los Reyes los solían dar a los que acreditaban su valor en las conquistas,
llamando Baronías a la unión de muchos de estos pueblos. Y así el escritor
Miguel del Molino es de parecer, que lo mismo es Barón que Rico-hombre, alegando
en su favor muchos fueros.
El Obispo D. Vidal, cuyas palabras
copia Blancas, es de esta misma opinión; y lo es también D. Juan Briz Martínez
en la Historia de S. Juan de la Peña. Zurita llama Barones a los Ricos-hombres,
y Brazo de los Barones al Estamento de nobles. Dice en otro lugar, que bajo el
nombre de Barones se entienden los Obispos y los caudillos de los caballeros,
que llamaban Ricos-hombres. A pesar de todo esto, siempre tuvo más
significación la palabra Rico-hombre que la de Barón.
El título de Barón se
concedía regularmente en Valencia sobre algún feudo, como hizo D. Pedro IV del
castillo y lugar de Boil en Aragón a favor de Don Pedro Boil, su Consejero, con
privilegio dado en Valencia a 6 de Mayo de 1364.
Se erigía también este título de
Barón, como lo demás, sobre alguna alusión honorífica a la casa o a la persona
del agraciado.
D. Pedro IV, en sus ordenanzas de la
Casa Real, mandó que se diese a los titulados de Marqueses y Condes el
prenotado de Nobles, y este mismo pertenecía ya entonces a los
Vizcondes y Barones; si bien después a los Marqueses se honró con el dictado de
Ilustres, a los Condes de Egregios, y a los Vizcondes de Espectables.
Cuando una Baronía venía a recaer
por herencia en algún plebeyo, entraba éste, por razón de su dignidad y feudo,
en el Brazo militar.
Los Barones del reino de Valencia
tenían en sus Baronías el uso del mero y mixto imperio, cuando además de las
Baronías señalaban los Reyes a los Ricos-hombres, en premio de sus servicios, algunas
villas y lugares conquistados con las rentas que pertenecían al Real
Patrimonio, a los derechos impuestos sobre ciertas cosas; y entonces se
llamaban Honores. Así se debe entender la villa y honor de Corbera, la
villa y honor de Jérica.
- XXXII -
Caballeros, Donceles, Hombres de parage, Generosos
Bajo estas denominaciones se entendían en primer lugar los
Caballeros, que se llamaron de Honor en Aragón, y en Valencia de Conquista,
por haberse concedido en aquel tiempo. También se denominaban otras veces Feudos;
y de estos caballeros feudatarios de los primeros nobles del reino habla aquel
fuero de Valencia, que dice ser de naturaleza del feudo, que los que le tienen
deben honrar al dueño feudal, y »que así los Caballeros no pueden
herir a su señor en batalla campal, perdiendo en tal caso lo que de él
tuviesen." Y de los mismos habla el otro fuero, que espresa: »que si
algunos Caballeros litigan contra sus señores, conozca el Rey de
aquellas causas, y en su ausencia la Corte de Valencia; pero no si el pleito
fuere sobre cosa feudal." Estos Caballeros eran en fin semejantes a los
escuderos, y aun algunas veces se les daba este nombre en el reino de Valencia.
De esta especie de nobles eran en Castilla aquellos hidalgos pobres, que
servían a otros caballeros poderosos, y como en tiempo de guerra les llevaban
la lanza, el yelmo y el escudo, se llamaron escuderos.
Los que eran armados caballeros se
distinguían con el prenotado de Mosén, derivada de Monsieur y
de Vos y de En, y que habiendo usado de ambas dicciones para
honrar los Caballeros, quedó después Mosén mudada la V en M,
por haberse corrompido por el tiempo este vocablo. También es probable que se
derive del meus y del senior, que tomaron del latín las
naciones septentrionales, que lo trasmitieron a los pueblos del mediodía. En
vez de Mosén solía usarse con frecuencia de la voz Monsenyer.
Mientras no eran armados caballeros
se llamaban Donceles, que en otras provincias se denominaban Donzeleos
y Danzeroos. En Bearne se llamaban Domengers, hijos siempre
de los ya armados caballeros. Sus descendientes tomaban el título de Generosos;
y en la edad media eran unos y otros conocidos por los Valesti o Valeti,
o sean los hijos de los magnates que aún no habían recibido la orden de
caballería.
Había también en Valencia otra clase
de hidalgos, que se llamaban Hombres de parage, o bien porque
acudieron aparejados para la guerra, o porque eran de buenos solares o casas, o
porque (y esto sea lo más verosímil) quedaron pares o iguales a los antiguos
Caballeros y Generosos en el goce de sus privilegios; pues en la antigua lengua
lemosina paratge significa lo mismo que igualdad. Así en el
fuero 17, título de malifatoribus, se dice: »Rich hom, o noble
caballer, o hom de paratge..."
Según otros fueros eran Hombres
de parage los que nacieron antes de haber obtenido sus padres el
privilegio de caballería.
Los Generosos eran los
descendientes de los que habían prestado algún servicio militar, como si se
dijera, hombres de Generación militar. Éstos solían también
denominarse Gentiles-hombres en Valencia.
Los privilegios de los Nobles,
Generosos y Caballeros de Valencia eran casi iguales a los que disfrutaban los
hidalgos de Castilla. No estaban sujetos a la jurisdicción civil ni criminal de
los Barones, a quienes no prestaban homenage: seguían las banderas del Rey sólo
dentro del reino: no eran reconvenidos por sus deudas, sino en cuanto
alcanzasen sus facultades, y dejándoles lo necesario para su decencia: faltando
sus mugeres, y manteniéndose viudos, reunían todo el dote, y la mitad de éste,
si pasaban a segundas nupcias. Sus camas y sus vestidos no podían ser trabados
en ejecución, ni sus armas ni sus caballos, ni eran presos por deudas civiles,
ni debían ponerse en las cárceles comunes, ni puestos a cuestión de tormento:
se eximían de los pechos y cargas concejiles; y en caso de pena de muerte o
mutilación de miembro, el proceso, ya sustanciado, se elevaba al Rey.
- XXXIII -
Ciudadanos
Llamábanse Ciudadanos en general todos los habitantes del
reino; pero distinguíanse los que son conocidos con el dictado de Ciudadanos
honrados. Éstos eran los que no se empleaban en los oficios mecánicos, y
se mantenían con decencia, sin necesitar del trabajo de manos. Antiguamente se
dispensaba también este dictado a las personas más ilustres.
Los Ciudadanos honrados era
una clase media entre la ínfima plebe y la nobleza; y así se llamaban en la
edad media Valvasini, bajo cuya palabra se entendían sólo cierta clase
de pageses y ciudadanos.
Antes del Concilio de Trento tenían
también los ciudadanos valencianos el derecho de guerra privada y de desafío,
como los Nobles, los Generosos y Caballeros.
Por privilegio del Rey D. Alfonso
III, otorgado en 1420, se concedió que todos los ciudadanos honrados de Valencia,
Doctores y Licenciados en Jurisprudencia y otros ciudadanos, que hubiesen
servido o sirviesen en adelante los oficios de Justicia criminal o civil y de
Jurados y de Almotacén, gozasen todas aquellas inmunidades, honores, gracias y
prerogativas de que participaban los Caballeros y Hombres de parage por derecho
o costumbre, y que fuesen tenidos y reputados por Caballeros.
Hemos indicado los cargos
municipales que desempeñaban por derecho los ciudadanos, la estima en que los
tuvieron los Reyes de Aragón, y la parte que desempeñaban en las Cortes en el
Brazo real o popular.
Al Justicia, que era ciudadano cada
dos años, pertenecía el derecho de llevar el estandarte real en los casos de
guerra: así lo practicó Ramón Soler en 1365 cuando salió el egército valenciano
a las órdenes de D. Alonso de Aragón, Conde de Denia, contra las huestes de D.
Pedro de Castilla, regidas por el Maestre de Alcántara.
Durante la rebelión de los moros de
Benaguacil, Benisanó, Bétera, Villamarchante y Paterna, llevaba el estandarte
Baltasar Granulles, ausiliado por D. Gimén Pérez Pertusa.
Durante la conquista de Sicilia en
1282 fueron Almirantes Raimundo Marquet y Berenguer Mayol, ciudadanos de
Barcelona.
Los Jurados eran honrados con el
título de Magníficos; y su trage era una gramalla o toga semejante a las que
usaron los Senadores de la república de Venecia.
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