domingo, 23 de junio de 2013

LA BONA FE DELS VALENCIANS.


Extrígut d'Internet
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BENVIGUTS BONA CHENT.

Pense que el Valencians sempre em pecat de confiarmos de la demes gent, pero el temps mos a demostrat que pequem de confiats y aixina mos va el pel.
Un clar eixemple es el que pose baix.

El plante del Patriarca Juan de Ribera a Felipe II ante una artimaña catalana y antivalenciana
Lo que amaba el Patriarca Juan de Ribera a Valencia lo dejo más que claro cuando plantó - sin rubor- a su muy admirado rey Felipe II ante sus ministros, en protesta de que los derechos del Reino de Valencia fuesen lesionados por una burda maniobra catalana.
El motivo era grave. Como es el secular "pique" del Condado de Barcelona (nunca fue ni Principado de Catalunya, pues nunca hubo un príncipe catalán) con el Reino de Valencia, que le lleva siempre a intentar apropiarse de lo que no le corresponde ni le pertenece.
Fue en Monzón (Huesca), en Noviembre de 1585, en la Iglesia de Santa María, que acogía las Cortes de Aragón, Valencia i Catalunya. Las presidía el Rey, con la nobleza y el clero de Aragón y de Valencia a su derecha, Catalunya a su izquierda y los representantes del pueblo enfrente.
Llamados a presentarse al Monarca y mostrar su vasallaje, lo hacían por ese orden: primero Aragón, después Valencia y por último Cataluña.
Pero enterado el Patriarca que Cataluña estaba usando artimañas con los Tratadores del Rey para ser llamados antes que Valencia, les había advertido hasta 5 veces a dichos Tratadores el orden por Derecho. Y ellos le aseguraron que así lo harían.
Pero lo cierto fue que - llegado el momento- tras Aragón anunciaron a Cataluña que entró, y después al Reino de Valencia. Y el Patriarca dio media vuelta y se marchó dejando plantado al Rey y a las Cortes "porque aquello era grave lesión para el Reino de Valencia".
Ya de regreso, escribió una extensa carta a Felipe II denunciando lo ocurrido, de la que resaltamos algunos párrafos: "Nuestra aflicción fue tan grande, que nos hizo inhábiles de recibir bien merced tan crecida, como es gozar de la presencia de V. Majestad (...) Porque la honra de Reino de Valencia no es nuestra, sino también de V. Majestad, que con tanto cuidado la ganaron y la conservaron nuestros antepasados en nuestro Reino".
Y después de insistir al Rey: "Estamos muy seguros que nos hará merced, no permitiendo que costumbre antigua sea perturbada, estando tan fundada en razones muy notorias y observada así por V. Majestad, así como por sus antecesores, anteponiendo siempre el nombre de Reino de Valencia al de Cataluña".
Termina con esta rotunda afirmación: "Tenemos por muy cierto, que no permitirá que se haga mínima ofensa al Reino de Valencia". Esta carta la contestó Felipe II, excusando el plante del Patriarca y añadiendo que se respetara por siempre el orden de Derecho: Aragón, Valencia y por último Cataluña.
Dice así: "No estaba yo menos convencido de la fidelidad del Reino de Valencia (...) Y en lo que toca al agravio, doy orden que no se vuelva a repetir".
El Patriarca Juan de Ribera, gran valenciano, había defendido con toda energía derechos y privilegios de Valencia, sin parar en riesgos.

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