Juan Vicente García Marsilla
Extraido de Internet
La revolución historiográfica que canalizó, a partir de los años 30, la
revista Annales, hizo posible que los distintos momentos de la vida del
hombre común ascendieran al rango de objeto de la Historia. Entre ellos la
alimentación recibió un trato de privilegio, ya que su estudio se ajustaba de
forma casi perfecta a las propuestas metodológicas de esta escuela. Se
trataba de un área de investigación en la que confluían de forma natural
múltiples aspectos de la vida económica, social, y aún mental, de los hombres,
de todos los hombres. El historiador que se enfrentaba a este tema
debía además, por necesidad, recurrir constantemente a conocimientos de
otras ciencias sociales, con lo cual el ideal de interdisciplinariedad que se
había convertido en la bandera de la "Nouvelle Histoire" quedaba plenamente
satisfecho. Por si esto fuera poco, el ámbito regional se reveló como
el más idóneo para el análisis de los sistemas alimentarios. Como consecuencia,
las nuevas generaciones de historiadores franceses acogieron
con entusiasmo esta nueva modalidad de la investigación histórica, y surgieron
diversos trabajos, el más importante de los cuales fue sin duda el
de L. Stouff sobre Provenza (1).
Junto a la historiografía francesa, la otra gran aportación inicial al conocimiento
de la alimentación medieval tuvo su origen en los países del
Este, y en concreto en Polonia, donde, a partir de los presupuestos del
materialismo histórico, se desarrolló una escuela sumamente original e in-
novadora. Los autores polacos entendían que la alimentación, y la cultura
material en general, eran un reflejo de las relaciones de producción en la
vida cotidiana. Utilizando sobre todo fuentes arqueológicas, se centraron
en el estudio de las estructuras de producción de alimentos, mientras descuidaban
tanto la distribución como el consumo de los mismos (2).
Desde estos dos núcleos originarios el interés por los sistemas alimentarios
medievales se expandió a los centros de investigación del resto
de Europa en la década de los 70, y fue sobre todo la historiografía italiana
la que llevó la historia de la alimentación a su madurez, en obras de gran
envergadura científica, como la de M. Montanari, o la de A. M. Nada Patrone
(3).
En España el hecho alimentario ya despertaba el interés de algunos
eruditos desde finales del siglo pasado. La descripción de banquetes nobiliares
o de costumbres populares que tenían que ver con la comida se dio
aquí tanto como en cualquier otro país, conformando un "género menor"
de la historia, sin más pretensión que ofrecer unas estampas del pasado
más o menos curiosas para entretenimiento de los lectores. Actualmente
estas obras se pueden valorar más como fuentes que como estudios críticos
dignos de ser tomados en cuenta (4).
Los primeros en conferir un carácter científico al estudio de la alimentación
en nuestro país fueron los especialistas en el Islam. Basándose en
fuentes que podríamos llamar genéricamente literarias, como libros de cocina,
compendios de "hisba", tratados de agricultura o medicina, y relatos
de viajeros, autores como A. Huici, F. de la Granja o A. Díaz García se
ocuparon sobre todo del estudio de la cocina andalusí, normalmente a partir
de la traducción y el comentario de un solo manuscrito. Pensamos que
este interés preferencial por lo musulmán en los momentos iniciales se debió
tanto al carácter excepcional de estas fuentes como, fundamentalmente,
a la fascinación por lo exótico, que hacía que un tema como el de la alimentación
fuera, en aquellos años, rechazado cuando se refería a la
sociedad occidental, y en cambio se recibiera favorablemente cuando explicaba
los hábitos cotidianos de una sociedad tan distinta a la nuestra como
era la andalusí. Estas obras son, más que nada, ejercicios de antropología
retrospectiva, y sus autores están más preocupados por la
descripción de gustos culinarios que por la dimensión social del problema,
la cual, por otra parte, sería muy difícil de abordar dadas las fuentes que
utilizan. La arqueología medieval, cuyo desarrollo es todavía ínfimo en
nuestro país, podría ser la clave para un enfoque verdaderamente histórico
de la alimentación musulmana en España. Algunas autoras francesas co-
menzaron a fomentar este tipo de estudio, que más tarde captaron la atención
de los grandes centros del arabismo pensinsular: Madrid, Granada y
Córdoba, creando una línea de investigación que hoy en día sigue teniendo
gran fuerza (6).
(1) L. STOUFF: Ravitaillement el alimentation en Provence aux XlVé et XVé siécles,
París-La Haya 1970.
(2) La autora polaca que más ha profundizado en este tema es M. DEMBINSKA,
en artículos como "Les méthodes de recherche sur ralimentation en Pologne
médiévale" en Archeologia Polona II (1959), págs. 395 - 404, o "La consommation
alimentaire dans la Pologne médiévale", en Etudes d'histoire rurale en
Pologne VI, (1963), págs. 298 - 310.
(3) M. MONTANARI : L'alimentazione contadina nel Alto Medio Evo, Ñapóles,
1979; y A.M. NADA PATRONE : II cibo del rico ed il cibo del povero, Turín,
1981.
(4) En la recensión que hace sobre el tema de la alimentación en España M. A.
LADERO QUESADA:" La alimentación en la España medieval, estado de las
investigaciones ", en Hispania XLV, (1985), págs. 211-220, cita dos casos:
F.R. UHAGON: Relaciones de los festines que se celebraron en el Vaticano
con motivo de las bodas de Lucrecia Borgia con Alfonso de Aragón, Madrid,
1896 ; y F. LLANOS Y TORRIGLIA : En el hogar de los Reyes Católicos y
otras cosas de sus tiempos, Madrid, 1943.
(5) De A. HUICI MIRANDA:" La cocina hispano-magribí durante la época almohade" en la
Revista del Instituto de Estudios Islámicos V, Madrid, 1957, págs. 137-155. A F. DE LA
GRANJA SANTA MARÍA le debemos la primera Tesis Doctoral española de tema alimentario
: La cocina arábigo-andaluza según un manuscrito inédito, leída en la Universidad
Complutense de Madrid en 1960. De A. DÍAZ GARCÍA: "Un tratado nazarí sobre alimentos:
"Al-Kalam 'ala l-agdiya" de al-Arbuli. Edición, traducción y estudio con glosario",
en Cuadernos de Estudios Medievales, VI-VII, Granada, 1978-79, págs. 5-37.
(6) Actualmente la representante más genuina de este tipo de estudios es E.
GARCÍA SÁNCHEZ, con artículos como: "La alimentación en la Andalucía islámica.
Estudio histórico y bromatológico. I. Cereales y leguminosas" en Andalucía
islámica, ll-lll, Granada, 1981-1982, págs. 139-178; o su ponencia al
"ler Col.loqui d'História de la alimentació a la Corona d'Aragó" (Lérida 1990),
titulada "Una traducción catalana medieval del Kitab al-Akdiya (tratado de alimentos)
de Abenzohar". En cuanto a las autoras francesas, destacan R.
ARIE: " Remarques sur l'alimentation des musulmans d'Espagne au cours du
Bas Moyen Age", en Cuadernos de Estudios Medievales ll-lll, Granada, 1974-
75, págs. 141-148; y L. BOLENS, con el libro Les méthodes culturales au Moyen
Age d'aprés les traites d'agronomie andalous, Ginebra, 1974. Y los artícu-
los "Pain quotidien et pains de disette dans l'Espagne musulmane" en Annales
E.S. C. 3 - 4, 1980, y "L'art culinaire medieval andalou est baroque : les ruses
de la science au service do gout (Xle-Xllle siécles )", comunicación presentada
al Congreso de Niza, 1984, tomo II, págs. 299-312.
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