Por Ricardo García Moya
Una llamada al "Cabinista" -publicada el sábado 4 de abril- comentaba "en honor de la verdad" unas puntualizaciones al artículo "La moneda valenciana y el misterioso «tridente» de Alicante". El lector recordaba que Luis de Santángel recibió en recompensa a su préstamo de 1492 los bienes procedentes de las confiscaciones de la Inquisición a los herejes del Reino de Valencia, en 1497. Hecho que nadie discute y que al amable lector le parece excelente.
En honor a la verdad, tengo que decir que yo no afirmaba que Luis de Santángel no recibiera recompensa; sino nuestro Reino de Valencia, y siempre en comparación a la apabullante riqueza que inundó la Corona de Castilla y permitió la erección de palacios renacentistas, terminación de catedrales y la increíble expansión militar de su Imperio. Por el contrario, el Reino de Valencia financió gran parte de la conquista de Granada -la toma de Baza contó con un préstamo superior a 60.000 florines de Valencia ciudad- y el viaje de Colón; sólo recogió migajas y algunos títulos, como el de ciudad concedido a Alicante.
El malentendido procede del titulo "Santángel recibió escasa recompensa por financiar la expedición", añadido por la redacción de LAS PROVINCIAS con la mejor intención del mundo. Los redactores de prensa tratan de hacer "digeribles" las colaboraciones farragosas y suelen mejorar los epígrafes con acierto. Y "en honor de la verdad" no fue muy generosa la recompensa a Luis de Santángel, pues piense el lector que no le hicieron participe de las riquezas del Nuevo Mundo, sino que recurrieron a capitales procedentes del Reino de Valencia. Además, los bienes incautados por la Inquisición causarían más de un dolor de cabeza al financiero valenciano, pues procedían principalmente de los judíos, es decir, de su raza. No hay que olvidar que el rey Fernando, aparte de Católico, era modelo de pragmatismo político y fuente de inspiración para Maquiavelo.
En consecuencia, Luis de Santángel recibió escasa, miserable y tardía recompensa por financiar la expedición que descubrió un continente. Por otro lado, la concesión real en 1497 -cinco años posteriores al préstamo- era en pago a sus excelentes servicios como funcionario real; donación similar a otras otorgadas a cortesanos con menos méritos y que mantenía su exclusión de los negocios, comercio y riquezas del Nuevo Mundo, descubierto gracias a él. Pero hay otra teoría y es que "las confiscaciones inquisitoriales del tribunal de Valencia" no fueron ninguna recompensa, sino una "autorización a cobrarse las deudas contraídas por los reyes", pues no fue el préstamo de 1492 el único que Luis de Santángel y su hermano Jaime concedieron a Isabel y Fernando.
Las Provincias
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