sábado, 3 de septiembre de 2011

LA CUARTA CRUZADA (II)



También hemos de destacar el progreso de las técnicas arquitectónicas. Por estas fechas se estaba acabando de construir la catedral de Nuestra Señora de París, una de las primeras catedrales construidas con las nuevas técnicas de arbotantes que permitían hacerlas más altas, más luminosas y, en definitiva, más monumentales. Siglos más tarde, los renacentistas llamaron gótico a este estilo, que era una forma despectiva de decir "medieval" (los renacentistas italianos asociaban la Edad Media con los godos, pues fueron éstos quienes penetraron en Italia y derrocaron al último Emperador Romano de Occidente). Nuestra Señora de París es uno de los más famosos representantes del gótico temprano. Todavía no es muy luminosa, pero sin duda era un edificio imponente en comparación con las iglesias románicas típicas de la época.

En este último año del siglo cumplió trece años Luis, el heredero del rey Felipe II de Francia, y se casó con Blanca de Castilla, hija del rey Alfonso VIII y de la reina Leonor, hija del rey Enrique II Plantagenet. Su abuela, Leonor de Aquitania, a sus setenta y ocho años, viajó a Castilla para asistir a la boda.

Las cruzadas habían fortalecido espectacularmente al papado. Inocencio III dominaba toda Italia y estaba dispuesto a poner firmes a todos los reyes europeos. Al rey Sancho I de Portugal le exigió el pago de un tributo que su país se había comprometido a pagar al Papa para que Alfonso I fuera reconocido como rey. (Por otra parte, Sancho I tuvo que habérselas con los obispos de Oporto y Coimbra, que luchaban por la supremacía.) Al rey Alfonso IX de León lo excomulgó por el matrimonio con Berenguela, hija de su primo, Alfonso VIII de Castilla (a pesar de que el matrimonio había contado con la aprobación de Celestino III). En Francia suspendió todos los actos eclesiásticos mientras Felipe II no abandonara a su tercera esposa, Inés, y restituyera a Ingeborg. (Felipe II estaba atento a cada movimiento de Juan sin Tierra y no quería que nada pudiera dejarlo en mala posición, así que aceptó todas las exigencias del Papa y el interdicto fue levantado. De todos modos no sacó a Ingeborg de su convento, pero le dio el título de reina.) Al rey Federico I de Sicilia lo tenía bajo su tutela, y en la pugna entre el güelfo Otón IV de Brunswick y el Hohenstaufen Felipe de Suabia, tomó partido por el segundo, que le dio más garantías. También intervino en Servia, donde acababa de morir Esteban Nemanja. Su primogénito Vuk contó con el apoyo de Inocencio III y del rey Emerico de Hungría para expulsar del trono a su hermano Esteban Nemanjic.

No contento con poner orden en la tierra, también quiso ponerlo en el cielo, y así, Inocencio III consolidó una iniciativa de Alejandro III por la que sólo el Sumo Pontífice podía declarar santo a alguien. Hasta entonces cada iglesia tenía su propio santoral, mientras que a partir de esta época se estableció un proceso de beatificación y canonización que exigía enviar a Roma toda la información para que el Papa decidiera según unos criterios prefijados.

Otra de las preocupaciones de Inocencio III fueron las numerosas herejías que estaban extendiéndose por Europa. En 1201 logró que una parte de los "humillados" se reconciliara con la Iglesia y formara una orden religiosa, mientras que otra parte continuó rechazando la autoridad papal frente a la doctrina de Pedro Valdo. Sin embargo, la intransigencia de Valdo hizo que las divergencias doctrinales entre los valdenses y los humillados se acentuaran cada vez más y surgieran fricciones cada vez mayores entre ambas sectas.
n fundado un obispado ortodoxo en Livonia, y ahora, el obispo católico Alberto de Buxhövden fundaba la ciudad de Riga.

El duque Valdemar, hermano del rey Canuto IV de Dinamarca, conquistó Lübeck y Holstein al Sacro Imperio Romano.

El rey Pedro II de Aragón logró deshacerse finalmente de la tutela de su madre, Sancha de Castilla, mediante dos entrevistas, una en Ariza (al año anterior) y otra en Daroca.

Ese año murió el conde Federico III de Zollern y fue sucedido por su hijo Federico IV, si bien al cabo de unos años cedió el burgraviato de Nüremberg a su hermano Conrado I.

También murió el príncipe de Antioquía Bohemundo III. Su heredero era su nieto Raimundo Rupén, hijo del difunto Raimundo IV, cuyo hermano Bohemundo IV le había arrebatado el condado de Trípoli hacía casi quince años, pero Bohemundo IV se las arregló para usurpar el principado a su sobrino.

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