Autor: Desconocido
3.1 El escudo palado
Los catalanes tienen por dogma de fe una fantasiosa leyenda
Sabido es que los catalanes no tienen apenas historia y necesitan apropiarse de hechos que no sucedieron en su territorio. Incluso, con frecuencia, se la inventan.
Por no tener, no tienen ni historia sobre el origen de la barras de su bandera -que en realidad no es otra que la bandera de Aragón- y envuelven su nacimiento con una fantasía, un cuento, una leyenda, la de Wifredo el Velloso.
El catedrático de la Universidad de Zaragoza, don Guillermo Fatas, investigador de la historia aragonesa, escribe: "...la hermosa leyenda de Wifredo el Velloso no se sostiene en nada serio. Carlos el Calvo -que habría trazado con sus dedos las barras de un escudo- ni siquiera fue contemporáneo de Wifredo el Velloso. Sin contar que en el siglo IV no se usaban los blasones..."
Y no sólo lo afirma un aragonés, también el historiador catalán Juan Sans Barutell en su libro "Memoria sobre el incierto origen de las barras de Aragón" (1.832):
"...llevados asimismo varios autores catalanes de tan singular y universal manía, forjaron cierta historieta para dar un principio glorioso a los mencionado palos".
La leyenda fue propalada miméticamente hasta por autores valencianos, sin ningún aparato crítico, de forma generosa y condescendiente. Sans Barrutell fue muy duro con los difusores de tal especie y refiere que los escritores o historiadores más cercanos a Wifredo el Velloso no dieron cuenta de este supuesto hecho, al no conocerlo.
Otro argumento que invalida la teoría catalana del origen de su bandera es constatar que el "concepto" Cataluña no existía en tiempos de la supuesta leyenda, pués surgió más tarde que Aragón.
Es más, Ramón Berenguer IV, a quien los catalanes consideran padre de la patria catalana, NO FUE NUNCA REY, NO PASO DE PRINCIPE, Y DE ARAGON, cuando se caso con Petronila (hija del monarca aragonés), según los "acaptes" es decir: A LOS FUEROS Y COSTUMBRES DE ARAGON.
CONCLUSIÓN: El "escudo palado" es propio de la Casa de Aragón y no de la Casa de Barcelona, que juridicamente se extinge y agota en Ramón Berenguer IV, porque al casarse con Petronila se extinge la Casa de Barcelona y pasa a se la Casa de Aragón.
3.2 La cruz de San Jorge
Hasta el s. XIX los catalanes no adoptan la cuatribarrada
Explicación del investigador don Ricardo García-Moya en su libro "Tratado de la Real Senyera": "En el siglo XIX, al adoptar la bandera de las cuatro barras, los catalanes se encontraron con la necesidad de olvidar su señera de Santa Eulalia; y el otro estandarte que en la Edad Media había representado a Cataluña, el acuartelado con cruces y barras, lo transformaron en bandera ciudadana exclusivamente".
Para que el pueblo lo asimilara y no se produjeran confusiones, se añadió la leyenda "Bandera de la Ciudad de Barcelona" en el espacio situado junto al asta.
Hasta 1.714, la simbología de los catalanes era la Cruz de San Jorge en losange, la cual se remonta a los siglos XIII o XIV; o la bandera de San Jorge, y la bandera de Santa Eulalia, con la cruz y barras acuarteladas.
Fue la Diputación Provincial de Barcelona la que se convirtió en propietaria de las barras, sin que se sepa claramente el porqué.
La actual Generalidad de Cataluña rechazó esta simbología, tomando la bandera aragonesa como propia.
El catalán Fluviá y Escorsa ha criticado con dureza que "...muchos ayuntamientos, por un patriotismo mal entendido, quisieron incluir en los escudos la señal de los Cuatro Palos, quizá pensando que poniéndolos serían más catalanes".
Con esta decisión acaban una larga tradición histórica, iniciada en 1.359, cuando la Generalidad escogió la Cruz de San Jorge, no las barras, por ser las "Armas antiguas de Barcelona", que era como decir de Cataluña.
El historiador catalán Lluís Doménech y Montaner dice con especial clarividencia y contundencia lo siguiente:
" Bruniquer, el sabi archiver de la ciutat en el segle XVII, reivindica com propi seyal a Barcelona, la creu...la Deputació de la Generalitat de Cathalunya que fon erigida y comensada l´anu 1.359 fa per armes la sola Creu com armes antigues de Barcelonaa, que es dir Cathalunya". Textual.
NOTA: Algunos de los textos han sido extraídos de diversas publicaciones de la "Editorial Federico Doménech, S.A.". Agradecemos a la mencionada editorial su valencianía militante.
Dichos textos están escritos en lengua castellana en deferencia a los valencianos nacidos en las comarcas castellano-parlantes. Nuestra Senyera es la bandera de todos, sin exclusión.
NOTA DE RUSSAFI: Cataluña nunca ha sido reino y por tanto no puede denominar a su cuatribarrada como "señera". Ese privilegio sólo lo tiene la bandera del Reino de Valencia. Una mentira mil veces repetida convertirse en realidad.
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