Por Ricardo García Moya
Las Provincias 13 de
Noviembre de 1994
Sería injusto negar
actividades positivas a ciertos personajes (p. e., Lerma, Pedraza, Gloria Marcos...);
de igual modo, el Santo Oficio
también benefició a la sociedad en alguna ocasión. Así, en 1790 actuaba contra
Francisco Lama, por imprimir un papel en que Ilamaba "borricos a los que hablan la lengua vascongada" (AH N, leg.
4464). Es evidente que los inquisidores ilustrados luchaban por ampliar las
libertades reprimidas por el secular oscurantismo.
En los juicios orales se
oía al pueblo expresarse en su idioma nativo, dejando constancia de ello el
escribano de turno. En un interrogatorio del 26 de abril de 1600, se describe
el conjuro realizado en "un foguer",
y la puntualización de que las palabras del mismo eran "en valenciano" (AH N, leg. 528)
La lengua valenciana era
respetada por los tribunales de toda índole. Así se comprende lo sucedido el 6
de mayo de 1793, cuando el inquisidor fiscal de Valencia tramitó diligencia
contra el "Llibre de les Dones"
escrito en "Idioma valenciano"
(sic), instando a que "se recoxan todos los exemplares". Pero la
inquisición valenciana --sin inmersores socialistas- no estaba dispuesta a los
excesos del fiscal y frenaron al torquemada filólogo. Transcurridos unos días,
se reunieron en la Audiencia de Valencia los "señores inquisidores, el
licenciado don Manuel Fuentes y el doctor don Matías Bertrán", acordando
que: "Se dexe por ahora correr,
tanto por su antigüedad y alta estimación
que goza entre los literatos, como para conservación del idioma
valenciano" (Archivo Histórico
Nacional; Inq. Leg. 4504, f. 13)
EI volumen -editado en
Valencia en 1561-, contenía la "Disputa
de viudes y doncelles, Lo procés de les olives y Lo somni de Joan Joan".
La prudente tolerancia hacia estas obras se basaba según los letrados en la doctrina y "juicioso parecer de
Fr. Andres de Valldigna. En nuestros
días, han sido reeditadas por las fuerzas del eje (pujolsocialista), alterando
ortografía y sintaxis conforme dicta el Institut
de Estudis Catalans; con la valiente colaboración de los lingüistas
valencianos que han dicho "sí, wana";
ya que quien se mueve no sale en la foto, no come caliente, y,
encima, es regañado públicamente (como hizo Coromines con el sumiso Germá Colón en el DCEC).
Nuestros clásicos son
sometidos a la prueba del algodón, y si tiznan con CH inmundas procedentes del
francés ¡qué asco!, o con indecentes Y,
del griego, qué horror!; rápidamente son sustituidas por las TX vasco-catalanas y la límpida I latina. EI citado "Lo procés de les olives" del
valenciano Fenollar -en edición a cargo de la catalana Gloria Casals del año 1984- , es actualizado "amb petites esmenes" consistentes
en: "supresión de la h final; sustitución
de la CH africada sorda por TX; uso del apóstrofo; uso del guioncito separando
los pronombres enclíticos, según la ortografía moderna (catalana); sustitución de la Y por i; uso de las
acentos según la ortografía moderna (catalana)", etc.
Como ven, no son tan
"petites" las
modificaciones efectuadas por los inquisidores del Institut de Estudis Catalans. La mayoría obedecen -y hay textos
que lo recuerdan- a diferenciarse del castellano. Lo triste es que los valencianistas han caído en la trampa del tocomotxo normalitzat, admitiendo a la
condena de la Y griega o del léxico auténtico del idioma valenciano; aunque con
los miles de millones que Lerma ha invertido en la catalanización ¡qué difícil
es substraerse a ella! EI otro día, en el salmonete del régimen, insistían en que no debíamos usar deport, que era incorrecto; ¡animalitos! ¿no recuerdan que la caza y la
pesca eran un "deport"
para los clásicos vaIencianos? (Por cierto, y sin ánimo de ofender ¿cuándo
comenzarán los alcaldes del PP a sustituir lo de poliesportiu por
polideportiu?)
La táctica usada para
amedrentar a los valencianos que todavía usan el léxico puro -y que, lógicamente,
no tienen ni idea de semiología, lenguas parámetros o terapia lingüística- es
hacerles creer que usan un idioma de
bricolage corrupto. Una amiga catalanera -profesional, claro-, emplea un
truco que aprendió de Guarner: cualquier palabra que no sea autorizada por el
sanedrín barcelonés (mosatros, bellea, otonyo, dumenge...) la tilda de
decadente o arcaísmo, y así no se salva ni una.
Bernat Fenollar, nacido en Valencia hacia 1440,
escribía sobre "lo chic caragol" y su amigo Gasull también pecaba al
usar el "yo" con Y griega
y frases con "en lo niu, chiu, chiu"; o "gavinet, perea,
pechina". Aunque ya se sabe, el
engaño persistirá mientras la inocencia
popular acepte casos tan sonados con el sucedido con el topónimo Muchamel, que jamás de los jamases aparece escrito con TX, y de buenas a primeras vienen los del tocomotxo y les endosan
que deben modificarlo por Mutxamel,
que es valenciano culto. Y nadie se atreve a lanzar la más leve protesta. EI
grado de sumisión es tal que, cualquier día, a alguna población les cambiaran
su topónimo por el de fistro, y
todos contentos.
Ni la inquisición habría tolerado las manipulaciones actuales. La inefable
editorial ECIR de Paterna, en
su libro de texto "Transit" de "catalá a el Pais Valencia" para
alumnos de COU, tiene la caradura de afirmar que en la "Corona catalano-aragonesa (?) se culmina el proceso de catalanización
con obras como el Liber elegantiorum de
Joan Esteve, del año 1489; que se trata de un repertorio de frases catalanas".
Cuando el propio Joan Esteve aclaró
que estaba escrito en "Latina et
Valentina Lingua" Y qué van a decir, si el propio Martí
de Riquer manipula a su antojo la interpretación de los textos y lanza que
"la valenciana prosa designaba el
catalán".
Aviso para terminar:
compren una lancha neumática para las inundaciones que se avecinan, pues el
nutrido colectivo de inmersores que viven del catalanismo en Valencia les caerá
la baba a litros ¿motivo?- Corominas
está a punto de terminar su "Onomasticon
Cataloniae", donde devora lo que puede del "País Valenciano", como él llama a nuestro territorio; aunque
respeta lo de Principado para el
suyo. ¡Qué detalle tan científico ¿no?!
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