EL PUEBLO Diario Republicano de Valencia
Miércoles, 12 de junio de 1.907
Reto aceptado
La prensa catalanista publica circulares, convocatorias y otras zarandajas sobre organización de la expedición a Valencia. Se las prometen felicísimas. Se ríen de los valencianos y piensan penetrar en la ciudad como si se tratase de la reconquista por Don Jaime I.
¡Hemos derrotado a Lerroux en Barcelona y ahora vamos a derrotar a Blasco Ibáñez en Valencia!.
La frase es de ellos, inspirada desde luego por los sorianistas, en realidad nos parece muy atrevida.
A los catalanistas les importa mucho Cataluña, pero les interesaba mas aún destruir la obra republicana, revolucionaria de Lerroux. Era el fogoso tribuno del alma de toda rebeldía contra el régimen, contra toda tiránica opresión y en cierto modo, representaba la encarnación de otras supremas reivindicaciones. Contra él, pues, lucharon todos; y así lo declaraba antes de las elecciones el cultísimo escritor Salvador Canals, candidato derrotado maurista, clericalismo. Se unieron desde los republicanos conservadores hasta los carlistas, para aniquilar a Lerroux.
Consumada su obra en Barcelona, pretenden, ahora matar el tiempo, continuarla en Valencia. ¿Quién estorba aquí a los planes de los ultramontanos, de los vaticanistas, de los beatos? Blasco Ibáñez y su obra; el partido de Unión Republicana.
Y así tratan los sorianistas de crear un movimiento de simpatía hacia los catalanes no por amor a Valencia, sino con el secreto designio de pasear ante nuestras barbas una manifestación antirrepublicana presidida por el santurrón Faustino Barberá, el anticuario de Valencia, que creyendo hacer una obra honrada queremos hacerle este favor, ha creado un conflicto que no puede tener como solución mas que el escándalo la intranquilidad y la perturbación de Valencia.
Es esta una forma de amor a la ciudad que no la entendemos. Soriano se pone a la cabeza de la solidaridad y no se ocurre hablar en defensa de la agricultura, de los intereses genuinos de la región, ni del horrible caciquismo dinástico en los pueblos; pero en cambio el radical habla todos los días de la solidaridad valenciana con fruición, frotándose las narices alegremente y declarando que ese es el medio de reventar a Blasco Ibáñez y el partido de Unión Republicana.
¿Pero que hace la solidaridad en la capital?. Para conseguir la pública incorporación al sorianismo asqueante de todos los beatos míseros que hay en Valencia, mediante una formula aparente decorosa y presentar dos candidatos, uno reaccionario y el otro ya se sabe quien es, Soriano, con la esperanza de derrotar por este medio vergonzoso y abyecto uno de los dos lugares de nuestra candidatura. Lo toman con tiempo por delante.
En contra nosotros, contra quien se hace la Solidaridad Valenciana y por lo mismo contra nosotros vienen los catalanistas, adornándose un barco con banderolas y estandartes con cuatro barras, muchas menos que las de oro amasadas con sudor del proletario explotado y robado por el absorbente industrialismo catalán.
Si para los catalanistas la protesta contra el régimen, esencial en su campaña, es la de nombrarse y votarse sus candidatos, ¿qué necesidad tiene Valencia de esa Solidaridad, si aun no siéndolo aquí no triunfa ningún candidato monárquico? ¿Si aquí son los monárquicos los que votan a Soriano, sin que les espante el rabioso e hidrofóbico matiz revolucionario destructor y dinamitero del candidato tragaobispos y degüellacuras? ¿Qué Solidaridad es la que va a fabricarse aquí en donde el régimen no tiene representantes y solo van a Cortes enemigos de la monarquía? ¿Se hará la Solidaridad para que por primera vez, desde hace algunos años, triunfe por la capital algún dinástico? La Solidaridad Valenciana es el más incomprensible de los enredos. Aún no hemos podido, a pesar de nuestros buenos deseos, comprender lo que en realidad es la Solidaridad Catalana, y ya está dando vagidos el engendro estupendo de la Solidaridad levantina. ¿Es política? ¿Es agrícola? ¿Hay por ahí algún sabio que nos saque de dudas? ¿Qué infamia es la que quiere perpetrarse aquí estafando a la opinión miserablemente? ¿Que vienen a hacer los perturbadores catalanistas?.
Esto no debe ser o no será. Inútil es que preparen fiestas y luminarias y cobertores y otros enredijos. Anticipamos a los catalanes que se les aguará la fiesta a consecuencia del gran número de millas marítimas que han de atravesar.
La Solidaridad Valenciana, con candidatura mixta, en esta tierra en donde la casi totalidad protesta del régimen y eligen sus diputados republicanos y consigue una abrumadora mayoría municipal, es una formula canallesca con la que se pretende perturbamos y destrozarnos. Y esto no se conseguirá.
La Unión Republicana en masa acepta el reto lanzado por los catalanistas, los sorianistas y los clericales que capitanea Faustino Barberá. Si en Barcelona se ha conseguido la división del partido republicano, no se crean que aquí ocurra lo mismo. A mayor conjuración de enemigos, con mas bríos ha de batallar la Unión Republicana. Poco nos importa el resultado de la jornada del 29 del actual. Dispuesto estamos a entrar en acción valientemente, denodadamente. Sorianistas y catalanistas juntos no han de hacer sino excitar nuestro entusiasmo en defensa de la pureza de los principios políticos y avivar nuestras energías en pro de la causa republicana.
Es poco Cataluña para perturbar Valencia y menos aun Soriano, ese ridículo histrión, para hacernos tragar tan voluminosa píldora. El problema se plantea en términos claros. Es sencillamente una cuestión de honradez política que ha de ventilarse entre hombres el día 29 de junio.
Continuaremos...
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