martes, 25 de septiembre de 2018

VICENT SOLER, LLINGÜISTE COMPROMETUT


Ricardo Garcia Moya
Diario de Valencia 25 de maig de 2003

En el diario del Ferranet, la faz de Vicent Soler busca la del lector como pidiendo loas a su valía  intelectual:  "Mireume aspayet, soc yo, Vicent el socialiste, defensor del catalá, el que sap d'economia, el comprometut  ¿Voleu una lliçó magistral sobre el aturar?". La fotografía oculta su oreja derecha, recordándome el angustiado autorretrato de Van Gogh. Sentando cátedra, Vicent airea su apoyo a "aturem" y  no a  "parem"; pero, con la apoyadura hecha un lío, se engancha y repite  "aturem la guerra, aturem l'erosió, aturem acó, aturem alló, aturem l'aturem, aturem...". Aunque lo de la oreja me intriga, pasaremos a su jácara "Aturem tot".

Vicent defiende la reimplantación de "aturar" por haberlo usado Jaume I, St. Vicent, Roig y Sor Isabel. Con estas cuatro citas, copiadas del diccionario de Corominas, pretende engatusar al lector; sea éste el panadero somnoliento, un oficinista nervioso  que  bebe  el  café, el Carrascosa que lee y otea macizas en lontananza, etc. Estos incautos son las víctimas de nuestros Van Gotets de la lingüística; pero Vicent hace trampitas (y sabe que se las vamos a pillar, de ahí su carita seria), al dar a entender que "aturar" es un verbo emblemático y genuino del idioma valenciano, amagant que's mes castellá que les gorrites del parruç d'Isabel la.Católica. El verbo aturar era común a los romances peninsulares: gallego, valenciano, judeo-español, portugués, castellano y catalán; figurando en el actual diccionario de la Real Academia Española, igual que aturada: "duración o detención". En las neolatinas gozó de amplia variedad de matices semánticos, y así consta  en  la  "Estoria  de Espanna" de Alfonso X de Castilla (h. 1270); en textos de Berceo (h.1238), Abraham de Toledo (h.1250), en el Libro de Alexandre  (h.1240),  en las Farsas de Lucas Fernández (h.1510), en Cervantes, etc.

Los valencianos no sentirían apego al verbo aturar, al escucharlo en castellano y catalán, decantándose hacia otra familia léxica también común, la derivada del latín "parare" usada por Joanot Martorell: "se para tal que..: en terra stigué per bon espay (...), faré parar a cada pas". Si Vicent hubiera leído algo más a Corominas sabría que "parar" es especialmente valenciano: "anar a parar, aná a parar en tal puesto". Es decir, uno camina por la calle o por la vida, metafóricamente, hasta que fija tal lugar como estable, finalizando su corto o prolongado deambular. El etimólogo catalán recogía también la morfología moderna: "amollen dos paraes d'aigua",  en idioma valenciano de la Marina; o "fiquen la pará a la sequia pera regar la finca del costat", en Almansora; razonando sobre el posible  origen mozárabe de topónimos como "La Parà", en Salem; y "La Pará de Roc", en Albayda, etc. En Benimasot recoge:  "encara  es  veu  un paraor",   igual   que   en Benitachell.

Los vocablos que evolucionaron por apócope en idioma valenciano -sin coacciones fascistas- se enfrentan a los tabúes impuestos por la RAE y el IEC. Voces castellanas y catalanas como vegada, vomitada, tornada, parada o aplegada,- aunque arcaísmos valencianos-, actualmente las consideramos extrañas al idioma valenciano. Nosotros podemos escribir y pronunciar perfectamente vegada y tomada sin reducción silábica, como artificialmente hacen los catalaneros; pero no renunciamos a una característica del valenciano moderno, oral y escrito, con registros literarios y en prosa filológica de especialistas como Fullana. No podemos admitir la descalificación de filólogos que viven del expansionismo fascista catalán. Para ellos, toda singularidad lingüística valenciana es ridicula y "pera fer riure"; aunque aceptan la bisutería del IEC y su mascota la AVL.

La inmersión rechaza  que usemos "parem la guerra", diferenciado del catalán "aturem la guerra" y castellano "aturemos o paremos la guerra". Tampoco permiten  la  braquigrafía "parà", distinta a la "parada" castellana y catalana; pese a estar documentadas literariamente la apócope y supresión intervocálica: "a la parà d'atra amiga" (Fambuena: Fer les cartes, 1881); "te parà en lo mercat" (Ovara:Per tres pésetes, 1881); "per les paraes del mercat" (El Bou solt,1877); "una paraeta" (Bib. Nac. Ms. 14185: Chaqués l´olier. c.1850). El clásico verbo "parar" ha estado presente desde los clásicos como Martorell hasta nuestros días: "sinse   parar   en   torreta" (Coloqui dels platerets, c.1780); "paralitics y parats" (Conversacions de Saro.1820); "el que va parant el sol" ( Liern: La mona de Pasqua, 1862). "deixar a ú parat" (Escrig: Dicc. 1887). Los  gudaris de salón, como Vicent Soler, podrían  exhibir pancartas  con  fraseología en idioma valenciano: "Bush, pare vosté el carro (o l'eixercit)"; "Home parat no fa guerra" (Ros: Tratat,1736), etc.

Los Vicent Soler son las coristas del teatro catalanero, aplaudiendo el "aturem" o disimulando la humillación diaria que suponen las publicaciones de Inmersiomán, la televisión estatal o autonómica, recibos en catalán, etc. Ahora mismo he escuchado un comentario sobre la saltadora valenciana Montaner, que un tío de La 2 de TVE pronuncia "Muntané", imitando el barceloní para hacer méritos. Renuevo el carné ante un cartel que dice "torn" en catalán, cuando en idioma valenciano es "tanda". Esta voz de étimo árabe se incorporó al romance valenciano en textos escritos en el Reino, como la Crónica de Jaume I, que habla de cruzar el Júcar por turnos, "per tandes", en la misma frase que usa el verbo "nadar" y el sustantivo "colp" (no nedar, ni cop). Y el antiguo Carrer del Torn no aludía a "tumo", sino al giratorio torno para bebés abandonados. En idioma valenciano, aunque el PP imponga el catalán "torn", diríamos: "Tocarli a u la tanda, deixar passar la tanda, entrar en tanda, la tanda pera regar, etc" (Escrig: Dicc.1887).


Los Van Gotet e Inmersiomán rechazan hasta la ch de "chiquet". ¡Qué tiempos, cuando en la  renacentista  Venecia  los humanistas valencianos exigían al impresor el uso de la palatal africada! Así hizo el judío alemán Hertzoc en el Salterio de Roiç de Corella: "dona enteniment als chiquets" (Bib. Nac. Inc.1462); y, en 1489, el italiano Paganinus en el  Liber de Esteve: "chiquet... chiqueta menuda". Hoy, con el idioma valenciano prohibido en la enseñanza y administración, hay que buscar referencias al mismo en filólogos no contaminados por el fascismo catalán. Así, en el ensayo "Borges y la palabra", Carla Cordua cita a Schiaffino y sus comentarios sobre el español, el "gallego, el catalán, el valenciano..." (Borges Studis. University of Aarhus, Danemark). Nos esperan otros cuatro años de parasitismo catalanero.

No hay comentarios: