martes, 31 de octubre de 2017

UN “BUCH” EN LA ARBOLADA MAR LÉXICA


Por Ricardo García Moya
Las Provincias 7 de Diciembre de 1998


Dicen que la voz  buque, la cerveza y el "cagalaire" del Belén proceden de Cataluña. Mi enhorabuena por el ecológico acuclillado, perfecto símbolo del noble principado. Respecto al vocablo, aunque lo defienda el Dr. Corominas en su DCECH, todos saben que proviene del antiguo francés buck y sus parientes germánicos bauch, bukr, etc. Polisémica palabra a través de la historia, sirvió para designar el vientre, la colmena y el casco de las naves; aunque no navío o barco. Todavía en 1726, el Diccionario de Autoridades sólo conocía buque como equivalente al "cóncavo de la nave y su capacidad interior"; por lo que las lenguas románicas españolas no dispusieron del vocablo buch o buque, como sinónimo de "barco adecuado para empresas marítimas de importancia", hasta bien avanzado el XVIII.
Así lo aceptábamos -igual que la cerveza neolítica y el cagalaire- hasta que la silueta del barroco buch que navegó por las aguas de la lengua valenciana despertó la duda. Alguien dirá que es invento de la Real Academia de Cultura Valenciana, pero creo que ningún miembro de la misma -incluso don Xavier Casp- vivía en 1687, año en que el poeta Ramón González escribía:  "Quin encontre tan galà/ mire entre el buch y la penya". Traducido, sería: "Qué encuentro tan galante/ observo entre el buque y la peña". Los versos pertenecen a unas  décimas  "valencianas',  en alusión a la lengua usada y no a que fueran  distintas de las espinelas castellanas.
La prosopopeya permite a este valenciano de Elche -como él declara- fingir una conversación entre el buch y la penya, de igual modo que Fray Luis de León y Quevedo hicieron hablar, respectivamente, al Tajo y a un mármol sepulcral. EI poema trata sobre el jesuita Azpilicueta (conocido posteriormente como San Francisco Javier) y sus viajes por Ceilán y Japón en 1548; temerario derrotero que sólo un navío adecuado "para empresas marítimas de importancia" podría cumplir. Estos barcos serían Ilamados buques en las lenguas románicas españolas, aunque la valenciana se anticipó a todas en casi un siglo. EI sustantivo buch aparece en el verso dos, y hasta el veinte no encontramos el sinónimo: "obedient li obri les portes/ a la nau de par en par" (Sacro Monte Parnaso de las musas. Valencia 1687, p. 80). La peña o islote abre metafóricamente las puertas del mortal bajío, para que la nave o buque de Javier prosiga su rumbo evangelizador.
Esta pronta aparición de buch como navío se encuentra acompañado por otros vocablos vetados  por la  inmersión. EI poeta Ramón González nació en 1636 en Elche, ciudad cercana a las canteras de caliza metamórfica, cuya voz valenciana da en el libro. Las románicas peninsulares habían hecho sus particulares corrupciones de la latina marmor, desde el medieval márbol al definitivo mármol, siendo mabre la palabra singular valenciana: "en mabre escrita" (v. 24). Estas voces legitimadas por siglos de uso en el lenguaje culto -Ramón González no era pintor de abanicos, sino licenciado y latinista- son despreciadas por los etimólogos castellanos y catalanes que, perdiendo estribos, Ilegan a tildar de falsarios a quienes documentan su existencia. En el DCECH, Corominas acusó al fallecido Llombart de mentiroso al "admitir palabras y acepciones inexistentes" como mabre en su diccionario valenciano.
En el libro de 1687 tenemos más voces inventadas -según la inmersión por Escrig y Llombart en 1887, o por la Real Academia Valenciana en 1997: "parlaré ab claritat"; "el que es guarda ha de velar, si vol alcançar vìtoria"; "lo contrari obrí brecha"; sense tregües"; "cada Ilum una flecha"; "cor sancer"; "com fabula"; "borró en lo paper"; "ab purea"; "este fet"; "no cego, que te vista"; "dos maneres"; "anar a pendre"; "dels Angels rachant":"a la placha arribá";  "en  les conches"; "partixques peres"; "a colps"; "va Ilancar"; "fulles de cuadern"; "el destre cirujá"; "yo vullga fer"; "en aigua nadant"; "el chino os tanca les portes"; "es derretix plorant; "tota tempestat";"el ga- gant"; "el Micalet"; "abre polit"; "triunfant contra el Infern"; "desparassen caravines"; "lo amparava Deu"; "en lo arenal", etc, etc.
Léxico de trescientos once años de uso -por lo menos, pues la mayoría está documentado en el medievo y dice el Institut d'Estudis Catalans que es inventado o corrupto. Obedientes y a sueldo, el tercio de Cataluña enquistado en la Generalidad valenciana ha sustituido las anteriores palabras por arcaísmos y catalanismos impuestos  por  el  IEC:  claredat, vetllar, bretxa, treva, fletxa, sencer, faula, esborranc, puresa, aquest, cec, dues, prendre, ratxant, platja, conquillas, parteìxques, cops, Ilencar, fulls, cirurgià, jo vulga, nedant, xinès,  fonia, tempesta, gegant, Miquelet, triomf, carrabina, emparava, sorral, etc.
Ahora, donde nació Ramón González, la Universidad de Elche catalanizada aba initio destruye la lengua centenaria. En los diccionarios de los niños ilicitanos, la locución ¡Habla cristiano! de los mesetarios ha sido sustituida por "iParla clar i català!" (Pasqual, V.: Diccionari GREGAL, Valencia). EI tiempo en que los "buchs" del Reino surcaban desafiantes la arbolada mar léxica ha pasado. En diciembre de 1998 sólo hay "navilis" del IEC pagados con nuestros impuestos.


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