Por Ricardo
García Moya
Las Provincias
8 de Diciembre de 1996
La
verborrea puede transformar en profundo mensaje estético las varillas de Alfaro
o la chimenea tirada frente al Mercado Central: Llevan décadas controlando
todo. Ya en el tardo franquismo lanzaban como señuelos de libertad las
ediciones de Climent o el disco de Raimon
con poesías de Espriu, portada de Tapies
y asesoramiento de Marti de Riquer.
Ellos, organizados, podían encumbrar o condenar obras al Tártaro.
De
1972 son unas poesías de don Andrés
Estellés (q.e.p.d.), editadas por Eliseu Climent, entre las que destacaba
la onomatopéyica "Toc, toc, ¿qui
es? La mort". EI tétrico repique se convirtió en la composición más
célebre del vate de Burjasot y, ciertamente, se eleva de sus temas habituales
que, según Fuster eran: '"el sexe; la fam, la mort, la merda, rots, pets i
semen"("Recomane tene- bres").
Para
los inmersores, Estellés ha sido "el más grande poeta que hemos tenido
desde nuestros clásicos". Curiosamente,
en 1663 hubo otro valenciano que escribió: "Toc, toc, ¿Qui está ahí? Lo pecat", muy similar el: "Toc, Toc, ¿qui és? La mort".
Entre
las poesías de Estellés y las marginadas de 1663 hay matices. Las primeras
están en cata- lán; las segundas, en "idioma valenciano" (Valda, I: Solemnes fiestas. Valencia 1663,
p.165). En éstas, además de lógicos arcaismos, encontramos la lengua prohibida
por la inmersión:"chic y chiqueta"
"homens"; "fer faena”, no feina; "Vixca Valencia" (p. 283), no
visca; "esquadra" (p.
478), no escaire; "al devot ampara"
(p. 479), no empara; "en lo hort de
Ensendra" (p. 498), no a el hort d'Ensendra.
Palabras
olvidadas en nichos de papel esperan su retorno al idioma del Reino. Hay alguna como "garrama" (p. 198) que podría ser
sinónima de la conflictiva "facenda". Los inmersores del IEC la
deprecian, pero en el Diccionario Valenciano-Castellano de Escrich (ed.1887), leemos que era "tributo por razón de bienes
o haciendas". Por cierto, como Escrich no cita fuentes, y el doctor Corominas no las localiza,
escribe enfurruñado: "era tan defectuoso como los demás diccionarios
valencianos, en cuanto admite muchas palabras inexistentes" (Corominas,
DECH). Pues "garrama" sí existía en el idioma valenciano de 1663, y
no era castellanismo.
Con
peores modales que la muerte y el pecado -sin Ilamar con el toc, toc- se nos
cuela el Síndrome de Isaac en el
salón. ¿Recuerdan al anciano Abraham
que, puesto a prueba por Yahvéh, estaba dispuesto a inmolar a su hijo Isaac? Pues aquí tenemos una cutre versión a cargo
de los que sacrifican palabras valencianas al Institut d'Estudis Catalans.
Los
afectados por el Síndrome de Isaac
practican su holocausto léxico en publicaciones subven- cionadas con nuestros
impuestos. Así, en una revista eclesial imploran al Institut d'Estudis Catalans
que sea benevolente y admita por caridad ciertas palabras valencianas como pallola, cantó, foguer y empomar en la
próxima edición del Diccionari de la Llengua Catalana (Saó, nº 196, p. 34).
Y
es que el IAC de Barcelona son -como
los dioses del Olimpo- juguetones con los "Valencia- nets". Lo de "pallola", por ejemplo, les suena mal y no les gusta, a pesar
de que Carlos Ros ya la incluía en
su diccionario de 1764 como equivalente al casteIlano sarampión. quizá en un
futuro -como favor especial a los sollozantes clérigos inmersores- admitan
"pallola" en el
normalitzat. Mientras tanto, la palabra culta es el "xarampió" catalá.
En
el subvencionado Boietin de la Sociedad
Casatellonense de Cultura también sufren el Síndrome de Isaac, ya que
sacrifican a los catalanes hasta "176
mots del País Valenciá" (BSCC, T. LXXI, p. 341 ). En las 30 páginas
del suplicatorio siempre Ilaman a Cataluña "Principat"; sin embargo, a lo que se supone que es su tierra
la designan como "Sud del Principat"
(p. 242), o "pais".
¡Y
que no falte la alegría en el "Sud del Principat" o el Norte de
Murcia! Hace años se editó "Cervantes", premio Goncourt de biografía para Jean Canavaggio, catedrático de la Universidad de Paris. En ella
figuraba un mapa de "España en 1600", en el que por arte de magia
introducían Alicante y Altea en el norte de Murcia, aunque hacia tres siglos
que formaban parte del Reino de Valencia. Item más: en 1996 se ha publicado
"Un esclavo Ilamado Cervantes", de Arrabal ¿y adivinan qué mapa vuelve a falsear nuestra historia? Exacto,
el mismo que se comía nuestro Reino hasta Benidorm.
Ara,
prop del any 2000, criden a la porta del Reyne de Valencia, pero no es lo Pecat
ni la Mort: Toc, toc ¿Qui está ahí?
Lo fumeral del Mercat, el Institut d'Estudis Catalans, lo Síndrome d'Isaac,
lo Sud
del Principat, el Norte de Murcia...
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