jueves, 30 de septiembre de 2021

LO QUE DICEN DE VALENCIA

 

LO QUE DICEN DE VALENCIA POETAS ARABES VALENCIANOS, POETAS ESPAÑOLES, VIAJEROS EUROPEOS, DIGNIDADES DE LA IGLESIA Y OTROS (SIGLOS XI A XX).

 

«La Albufera. Albufera significa según su origen árabe al-Buhayra (el pequeño mar). En algunos poemas árabes se le denomina Espejo de Sal, término que ya da una idea de la belleza y el romanticismo que caracteriza ese paisaje» (Autor  y siglo desconocidos).

«La ciudad de Valencia pasó de los tiempos medios a los modernos sobre una ola de riqueza que hacían de Valencia digna rival de las ciudades renacentistas italianas». (Sevillano, siglo desconocido).

«Valencia, una de las ciudades más grandes y de las metrópolis más famosas de Al-Andalus». (Al-Himyara, siglo desconocido).

«Paregue al romans pagar a Valencia/La molta llealta e lo gran estrago/Que había tengut per fer resistencia/Als Cartaginesos e a sa gran potencia/Y aixi els Scipions, en señal de pago,/La reedificaren a sa costa propia,/Fentli sis cloaques, ab que facilment/Sana e neta fos, despedint la copia/De les moltes aygues. Ab que no es impropia/La divisa antiga: En lo camp d’argent/Una Ciutat bella sobre aygua corrent». Jaume Febrer kes dedica la XXI de sus Trobes.

«Sus puertas se abrían sobre un jardín que cruzaba un torrente brillante como la hoja de una espada y que semejaba una serpiente huidiza. Aquel pabellón, rodeado de árboles frondosos, parecía la perla de una recién casada». (Ibn Jagan, poeta árabe, describe la Almudaina de Valencia, anterior del Palacio del real, siglo XI).

«¡Valencia! ¡Valencia! Si de la muerte te salvase tu buena suerte se maravillarían todos los que ahora así te ven. Si Alá quiere otorgar su gracia a un lugar, que se digne a concedértela a ti Valencia, que siempre fuiste nobleza y alegría, donde todos los musulmanes se complacían, se deleitaban y se recreaban» (Al Wagassi, Elegía árabe de Valencia, siglo XI).

«Ramillete fragante de España, ideal apetecido por los ojos y las almas. Dios favoreció a Valencia con una situación inmejorable y la rodeó de ríos y huertos; allí sólo se ven aguas que corren en todas direcciones, sólo se escuchan pájaros que gorjean, sólo se aspira aroma de flores; cuando se echa la mirada sobre cualquier cosa, siempre hay que decir, esto aún es más hermoso». (Al-Hiyarí, autor del Mushib, siglo XI).

«Cerca de Valencia está la Albufera que, por el reflejo del sol en sus aguas, acrecienta la luminosidad de Valencia. Se dice que la luz de Valencia es siempre diáfana, sin nada que turbe la mente o la vista, porque los jardines y ríos la rodean, y ni el pisar de los pies ni el soplo del viento levantan de su suelo polvo que enturbie el ambiente. Su aire es sano porque está situado en el clima cuarto y participa de toda clase de bondades, tiene el mar próximo y tierra espaciosa. Adonde quiera que vayas por ella no encontrarás más que lugares de deleite y de recreo entre los cuales los más célebres y bellos son la Ruzafa y la almunia de Ibn Abi-Amir». (Al-Hiyari, autor del Mushib, siglo XI).

¡Ay, Valencia! En tu plaza han cometido tanta atrocidad, destrucción y fuego han borrado tu belleza y prosperidad. Eres una tierra asolada por las catástrofes, y la fatalidad siempre se ha empeñado en tu destrucción hasta la saciedad. La mano del Sino en tu Plaza Mayor pintó por excentricidad: «Tú no eres tú, ni tu huerta es la que conoce la Humanidad. Ibn Jafaya, siglos XI y XII.

«…lo que sobresalía por su gracilidad o solidez, se perdió completamente. ¡Esto sucedió con el al-Gsir y ar-Ruzafa! Al Hulla y as-Sahia fueron arrasados… Esta ciudad era tan bvella que era todo un jardín cuyos ríos corrían por debajo… ¿Donde está Valencia y sus moradas, eñ gorjeo y los cantos de sus palomas? ¿Dónde los adornos de su Ruzafa y su Girs y Manzil ‘Ata’ y su Manzil Nasr? ¿Dónde sus ombrajes llenos de frescura y sus prados brillantes de verdor? (Ibn Al-Abbar, porta del siglo XI-XII).

«El enemigo ha incendiado la mayor parte de la ciudad dejándola en un estado tal que asusta al que la contempla. Pero la victoria ha de volver a Balansiya, recobrará su ornato y sus joyas, por la tarde se adornará de nuevo con lujosos vestidos, se mostrará en todo su esplendor y se asemejará al sol en el primer signo del zodiaco» (Ibn Tahir, noble moro, año 1102, al contemplar la destrucción de la ciudad cuando la abandonaban las tropas cristianas que llevaban el cadáver del Cid, siglo XII).

«¿He oído decir el nombre de Valencia? Deteneos y hablemos de ello, amigos, porque su recuerdo es como el frescor del agua sobre las entrañas ardientes. Deteneos con gusto para aplacar allí vuestra sed que la lluvia no tardará mucho en llegar. Pedid agua en el Yiss y en la Russafa, y seguro que lloverá en el Yiss y en la Russafa…» (Ibn Galib al-Russafi, poeta árabe siglo XII).

«Pero todavía conserva Valencia su esbelto cuerpo, sus tierras ubérrimas parecidas al musgo aromático y al oro rojo, sus esplendidos jardines repletos de árboles y su rio de nítidas aguas». (Ibn Tahir, poeta árabe, siglo XII).

«En Valencia es constante el fulgor de la mañana, pues el sol juega con el mar y la Albufera. Valencia sigue siendo la perla blanca que me alumbra por donde quiera que vaya. Es tanta la tristeza por haberme alejado de ella, que no encuentro quien me alegre ni mi pena distraiga». (Ibn Galib Al-Russafi de Valencia, poeta árabe, siglo XII).

«Más bella que una vida que fue dulce, más alegre que una juventud que ya pasó, Valencia es una esmeralda en que se reflejan muchas perlas. Es una novia en la que Alá ha puesto todas sus bellezas y le ha dado eterna juventud. Por encima de ella siempre brilla una luz refulgente, pues allí juega el sol con el rio y la Albufera». (Ibn Galib Al-Russafi de Valencia, poeta árabe, siglo XII).

«Valencia se encuentra cerca de un lago y de la desembocadura de un rio que lo bordea por el norte. Está situada en la región oriental de Al-Ándalus en uno de los enclaves de mayor belleza. La rodean huertos y acequias, nada se oye en ella más que el rumor del agua y los trinos y arrullos de una infinidad de pájaros cantores». (Al-Ayyuvi, poeta árabe, siglo XII).

«Se dice que la claridad de la luz de Valencia es superior a la de otras ciudades de Al-Andalus y es verdad, pues la atmósfera está siempre resplandeciente, sin que nada llegue a enturbiarla jamás». (Al-Ayyubi, poeta árabe, siglo XII).

«Ojos velidos catan a todas partes, / Miran Valencia como iace la Ciudad, / E de otra parte a ojo han el mar, / Miran la huerta, espessa es e grand…» Poema del Mio Cid, anónimo, del siglo XII.

«Valencia es una de las villas más consideradas de Al-Andalus; edificada sobre una llanura y bien habitada. Se encuentran allí muchos mercaderes y cultivadores. Hay bazares y es lugar de partida y arribada de navíos». (Al-Edrisi, siglos XI-XII).

«Las aguas de los rios son útilmente empleadas en el riego de sus campos, de los jardines, de los huertos y en las casas de campo» (Al-Edrisi, refiriéndose a la ciudad de Valencia, siglos XI-XII).

«Valencia es un lugar de gran belleza y su fama ha llegado a Oriente y Occidente. Si te dicen que cuando falta el agua es afligida por el hambre y las enfermedades y la ciudad entera se convierte en un recinto de miseria y desolación diles pese a todo que Valencia es un jardín» (Ali Ben Hariq, siglos XII y XIII).

«Valencia es famosa por los muchos jardines que tiene, jardín de Al-Andalus. Su Ruzafa es uno de los más bonitos lugares de placer de la tierra (…) Entre los productos principales de la tierra está el brocado valenciano que es exportado a las regiones de Magrib. No faltan en ella sabios, ni poetas, ni caballeros (…) Sus habitantes son gentes de más pura conducta, de religiosidad más firme, de amistad más constante y de los más compasivos con el extranjero» (Al-Sagundi, erudito árabe que escribió a principios del XIII Risala).

«Valencia se asienta en uno de los lugares más hermosos y la rodean ríos y huertas no oyéndose más que murmullos de agua que se ramifican y extienden en todas direcciones». (Abul Jeda, Descripción de España, escritor árabe, siglo XIII).

«Están construyendo en Valencia un magnífico edificio al que llaman Lonja donde se reúnen los mercaderes y tratan de sus negocios. Es un edificio alto hecho de piedra y con magníficas columnas. Será mucho más noble y más hermoso que la de Barcelona» (Munzer, viajero alemán, siglo XV).

«Nunca tampoco vimos otra ciudad como Valencia en la que todas las iglesias están tan delicadamente adornadas con ornamentos de altares y retablos dorados como ésta». (Munzer, viajero alemán, siglo XV).

«A poca distancia del mar está la ciudad de Valencia, muy grande, mucho mayor que Barcelona, bien poblada y habitada por muchos condes, barones, también un Duque, más de 500 caballeros e innumerables nobles». (Munzer, viajero alemán, siglo XV).

«Los habitantes de la ciudad (de Valencia) tanto los hombres como las mujeres, acostumbran a pasear por las calles por las noches donde siempre hay multitud de gente que uno creería encontrarse en una feria, pero lo hacen con mucho orden pues nadie se mete con su prójimo. Nunca hubiese creído que existiese un espectáculo igual de no haberlo visto». (Munzer, viajero alemán, siglo XV).

«Que tots los draps que es feren en Valencia les fessen una corona, perque on vagen sien coneguts que son de Valencia». (Disposicions del Consell Municipal, sigle XV).

«Valencia es mucho mejor y está más sumamente adornada que cualquier otra ciudad del Reino de Aragón en todos sus estados. Por eso mucha aristocracia reside en ella». (Nikolaus de Popplaw, viajero alemán, siglo XV).

«Valencia por pagar e fer totes les galeres ab molt major facultat que no Barcelona ni Mallorques». (Fernando el Católico, a los Jurados de Valencia en 1494 al estar remisos a armar barcos anticorsarios, siglo XV).

«El campo valenciano es fertilísimo, pues produce inmensa variedad de frutos, que se exportan a otros países…» Jerónimo Munzer, Viaje por España y Portugal, Siglo XV.

«Y como el suelo de esta ciudad, sea por el clima, planeta, signo, viento, aguas, mantenimientos o alguna secreta influencia, tiene gracia incógnita y sobrenatural, tanto que todas las cosas humanas y plantas produce con grande perfección, primor y delicadeza». (Rafael Martín de Viciana, Alabanza de las lenguas hebreas, griega, castellana, latina y valenciana, siglo XVI).

«Estos son sus altos muros / y aqueste el Turia que al mar / le paga con agua de azahar / tributo en cristales puros» (Lope de Vega, hablando de Valencia, siglo XVI).

«La ciudad de Valencia está situada en una llanura deliciosa en una región muy fértil y muy caliente». (Claude de Bronseval, Peregrinato Hispánico, siglo XVI).

«Las mujeres de Valencia son las más bellas, elegantes y hermosas que se conozca, porque los tejidos de oro y la seda bordada con oro y plata y el terciopelo carmesí le son tan comunes como el terciopelo negro y la seda en nuestro país» (A. de Lalaing, siglo XVI).

«La huerta de Valencia fijó toda mi atención. No viajaba, paseaba por una verde llanura entrecortada por limpios arroyos que repartían su frescura». (F. Lautier, Viaje por España del Caballero San Gervasio, siglo XVI).

«In Valentia he uno bordello bellísimo…». (Antonio de Beatis, que acompañaba al cardenal Luís de Aragón hacia 1517, siglo XVI).

«Cerca de Valencia, llegaron, en la cual no quisieron entrar por excusar las ocasiones de detenerse; pero no faltó quien les dijo la grandeza de su sitio, la excelencia de sus moradores, la amenidad de sus contornos y, finalmente, todo aquello que la hace hermosa y rica sobre todas las ciudades, no sólo de España sino de Europa; y principalmente les alabaron la hermosura de sus mujeres y su extremada limpieza y hermosa lengua, con quien sólo la portuguesa puede competir en ser dulce y agradable». (Miguel de Cervantes, Persiles y Segismunda, siglo XVI).

«Del saludable aire y temperamento del suelo habría mucho que decir, si el tiempo lo consintiera. Habernos entendido que por Scipion fueron hechas seis canales o cloacas, que aun durán, por las cuales se vaciaban todas las suciedades y excrementos de la ciudad…» (H. Cock, siglo XVI).

«Valencia es el más bello jardín del mundo. Las granadas, los naranjos, los limoneros forman allí las empalizadas de las carreteras. Las más bellas y las más claras aguas del mundo les sirven de canales» (Cardenal de Ratg, siglo XVII).

«Por eso no debe maravillarnos que los extranjeros establecidos en Valencia, atraídos tanto por la belleza de la ciudad como por la gentileza de los ciudadanos, no piensan ya jamás en su propio país» (Bartolomeo de Rogatis, viajero veneciano siglo XVII).

«Todas las calles de Valencia son largas y bonitas, excepto las de los alrededores de la Pescadería, cerca de la cual está la calle de la Platería. Sin embargo, es este el barrio con mayor número de mercaderes, algunos de los cuales son franceses. Los mercaderes de Valencia son ricos, debido principalmente al tráfico de la seda con los países extranjeros». (A. Jouvin, viajero francés, siglo XVII).

«Se podrá decir que en Valencia hay tantos palacios como casas, la mayor parte de las cuales están construidas con grandes piedras. Valencia es morada de muchos aristócratas que se sienten atraídos por las maravillas que en ella se contienen». (A. Jouvin, viajero francés, siglo XVII).

«Valencia llamada la bella, capital de su Reino, lleva de todo lo necesario para la vida humana, es una de las ciudades más agradables de España, así como una de las más grandes y ricas por el tráfico que mantiene con los países extranjeros». (A. Jouvin, viajero francés, siglo XVII).

«Hay en Valencia tantos coches (de caballerías) que, exceptuando París, no creo que haya tantos en ninguna ciudad de Francia. A menudo se juntan dos personas de condición menor para poder tener uno. Como el invierno de esta ciudad es templado, los coches no se estropean a la intemperie». (Bartolomé Joly, viajero francés, siglo XVII).

«Disfruta Valencia de una continua primavera. Rodeada de huertas por su parte ponentina parece más un jardín que una ciudad amurallada, tanto abundan en ella las plantas, los frutos y las flores perfumadas, así como los limones, las naranjas y las cidras. En su interior, el verdor de un bosque enmarca todos los edificios, cuyas salas y lonjas quedan entrelazadas por las ramas de los árboles, flexibles o rígidas, con tal artificio que no falta amenidad ni frescor en parte alguna.» (Bartolomé de Rogatis, viajero veneciano, siglo XVII).

«… canales por todas partes y conductos de agua que corren por debajo y sirven tanto para la limpieza como para la sanidad de los vecinos, porque por allí discurren las aguas de lluvia y los lodos». (Bartjelemy Joly, Siglo XVII)

«…el ´más brllo jardín del mundo. Los granados, los naranjos, los limoneros, forman allí las empalizadas de las carreteras. Las más bellas y las más claras aguas del mundo les sirven de canales…» (Cardenal de Retz, Memorias: viaje por España, siglo XVII)

Al reino fértil y hermoso de Valencia igualmente españoles y franceses cometieron tantas tiranías, robos, extorsiones e injusticias, que pudiéramos formar un libro entero de las vejaciones que Valencia padeció, porque a los vencidos no se les permitía ni aun el alivio de la queja». (Marqués de San Felipe, siglo XVIII).

«Valencia es nombrada como el jardín de España y muy justamente podría serlo de Europa» (Twiss, siglo XVIII).

«Todas las casas de Valencia eran palacios y atribuían a la ciudad el calificativo de la bella». (J. Peyrón, viajero francés, siglo XVIII).

«La entrada a Valencia por la puerta del Real da una esplendida idea de la ciudad a la que se llega por una alameda muy hermosa. Casi todas las ciudades españolas dan este nombre a su principal paseo. La de Valencia tiene árboles de tronco alto, naranjos, granados y palmeras, y al final cuatro hermosas columnas». (J. Peyrón, viajero francés, siglo XVIII).

«Todas las casas de Valencia eran palacios y atribuían a la ciudad el calificativo de bella». (J. Peyrón, viajero francés, siglo XVIII).

«Casi todas las parroquias y conventos de Valencia tienen altísimas torres para las campanas. Ningún reino de España tiene tantos ni tan encumbrados como este». (Antonio Ponz, viajero, siglo XVIII).

«Valencia es una hermosa ciudad muy grande y muy poblada… Dicen que convendría mejor que Madrid para la residencia de los reyes de España, siendo igualmente el centro de su monarquía». (Anónimo, siglo XVIII).

«Alrededor de la ciudad de Valencia se hallan por todas partes campos cultivados que en otro país pasarían por deliciosos jardines. El frecuente murmullo de las aguas que corren por innumerables canales de riego, la variedad de flores, frutos y vegetales…» (Cabanilles, Observancia del Reino de Valencia, siglo XVIII).

«Nunca he visto ni he vivido en una ciudad tan lasciva y hedonista como la Valencia de los Borja» (Giácomo Casanova, una vez ya clausurada la mancebía y a la vista de su solar, siglo XVIII).

«Formosa Valencia ¿Cómo describiré tu extraordinaria belleza y cómo hablaré de las infinitas glorias que te adornan»? (Sir John Talbot, siglo XVIII).

«La naturaleza parece haber repartido en Valencia sus dones a manos llenas y esa campiña en una palabra es más rica que las más fértiles de Lombardía… De este rio es de dobde sacan el agua para el mantenimiento… El verdor de aquella dilatada llanura, sembrada de una multitud de pueblos, hacen bella contraposición con el mar, y todo contribuye a formar una vista cual nunca imaginaron los poetas». (Antonio Ponz, Viaje por España, siglo XVIII).

«Las manufacturas dentro de la ciudad (de Valencia) están florecientes cuanto usted pueda figurarse hoy de otra España. Todo está lleno de hombres y mujeres ocupados en sus respectivos oficios a las puertas de sus casas, en las ventanas, en los patios, y no hay rincón en donde no resuenen cantares y otras muestras de alegría en los trabajadores». (Antonio Ponz, viajero, siglo XVIII).

«…la huerta de Valencia fijó toda mi atención. No viajaba, me paseaba por una verde llanura entrecortada por límpidos arroyos, que repartían su frescura» E. F. Lantier, Viaje por España del caballero S. Gervasio, siglo XVIII.

«Al entrar en la plaza de toros quedamos deslumbrados ante un espectáculo de los que nunca se olvida aunque se haya visto una sola vez. Imagínense diez o quince mil hombres magníficamente vestidos, iluminados por un sol esplendido y moviéndose como un inmenso hormiguero. Los varios colores de aquel mosaico humano destacaban sobre el azul  intenso del cielo valenciano». (Charles Daviller, arqueólogo francés hablando de la Plaza de Toros de Valencia, siglo XIX).

«Después de la llanura de Almansa se abre un oasis delicioso, una tierra bendita de Dios, un verdadero paraíso terrenal: el Reino de Valencia». (Edmundo de Amicis, siglo XIX).

«La ciudad de Valencia aparece en el fondo de una llanura y, como todas las casas de los alrededores producen la impresión de formar parte de ella, se creería al contemplarla que es la ciudad más grande del mundo». (Laborda, viajero, siglo XIX).

«Si quisiéramos definir la ciudad en pocas palabras, diríamos que Valencia es la ciudad de las flores, de la seda y de la poesía». (José Martínez, Azorín, siglo XIX).

«La ciudad de Valencia añadirá a sus anteriores dictados el de «magnánima» y en derredor del escudo de sus armas pondrá dieciséis banderas desplegadas» (Decreto de 19 de agosto de 1843, siglo XIX).

«No hay porción de España que bajo el aspecto cultural se iguale a Valencia en ofrecer un interés tan vario, tan alto y tan sostenido en todas las épocas de la historia» (Menéndez Pidal, siglo XIX).

«Ramo de flores, pomo de esencia / eso, señores, es Valencia». (José de Zorrilla, siglo XIX).

«Valencia está situada en una llanura llamada la Huerta, en medio de jardines y cultivos, donde el riego perpetuo mantiene una frescura muy rara en España». Teófilo Gautier, Viaje por España, siglo XIX.

«Desde la elevada torre del Miguelete, en el centro de Valencia, hay una vista gloriosa de la más rica y bien regada huerta de España. Una vasta extensión de verdor brillante se halla punteada por pueblos, con el Mediterráneo por la parte de levante y un cinturón de rocosas montañas, algunas bastante lejanas, por todas las otras direcciones. El rio Turia o Guadalaviar, creador de toda esta fertilidad, corre rodeando las murallas del norte de la ciudad, orillado por malecones o pretiles de obra del tiempo de Felipe II y de su hijo, y es travesado por cuatro puentes. Las pocas gotas que le quedan después del regadío son vertidas al Mediterráneo cerca del Grao o puerto de Valencia». Sir Clements R. Markham, siglo XIX.

«…en forma maravillosa llevan hasta el último campo el agua para el riego, de igual manera como en el cuerpo humano la interminable red de arterias y venas reparten y recogen por todo él la savia vivificadora de la sangre». Vicente Giner Boira, siglo XX.

 

NOTA: Frases copiadas del libro 101 Hechos legendarios de la historia de Valencia. Autor: Salvador Raga Navarro. Valencia 2013.

«Esto es hermoso, muy hermoso. Es como un poco el paraíso, sobre la huerta flamean todos los verdes, los amarillos, todos los rojos, el agua roja de esas venas surca graciosamente y abastece el cuerpo de esta tierra. ¡Cuánto ha debido laborar el hombre para conseguir esto! Los valencianos están orgullosos de su tierra que no tienen que desgarrar sino acariciar con el mimo con que se besa a una muchacha. Esto que yo amo y admiro como una bendición. Antonio Machado, Rocafort 1937»

domingo, 5 de septiembre de 2021

¡¡BIENVENIDA A CASA!!

 


Ha vuelto. La Dama ha regresado a Elche. Ya está aqui, entre nosotros, por segunda vez en sus 109 años de 'vida' desde su 'descubrimiento', en la ciudad que la vió 'nacer'. Después de 41 años -en 1965 fué expuesta unos días en el museo del Parque Municipal popularmente conocido como 'El Huevo'- nuestra más antigua seña de identidad regresa 'a casa' para dejarse ver, admirar y querer por el pueblo ilicitano -su pueblo-, autoridades, personalidades y visitantes forasteros, en una exposición pública temporal de unos cinco meses y medio.


Se cumple así, por fin, un viejo anhelo de los ilicitanos y de su Ayuntamiento, aunque no sea definitiva su permanencia. Desde el 'exilio', iniciado en 1897 con la venta al anticuario francés Pierre Paris y la exposición en el parisino museo de El Louvre, pasando por el paréntesis bélico en el castillo galo de Montaubau, el traslado al museo de El Prado y la última ubicación en el Arqueológico Nacional; la ciudad de Elche, sus ayuntamientos, personalidades y entidades locales, no han cejado en su empeño de recuperar a la Dama.

A lo largo de todo este tiempo, tras muchas vicisitudes y dificultades político-administrativas -sostenidas con excusas supuestamente técnicas o científicas respecto a una posible 'mala salud' del busto- el sueño se hizo realidad. Atrás quedaron los sinsabores y la decepciones inmediatas a cada negativa ministerial a la petición de traslado de la Dama a Elche o la actitud en contra, en todo momento opositora, tozuda e inmovilista, del mismísimo director del Museo Arqueológico Nacional en Madrid. Pero no solo se demostró que tales excusas 'científicas' eran inciertas. Incluso se desmontó la teoría de las supuestas falsedad e imitación del busto esgrimidas por el estadounidense John Moffit.


Afortunadamente, otros ministerio, gobierno y director del Museo Arqueológico, distintos y con diferente talante a aquellos que anteriormente nos negaron la Dama, siendo sensibles al sentimiento clamoroso del pueblo ilicitano, han hecho posible que el busto regrese a Elche con plenas garantías. Nuestro ayuntamiento y especialmente el alcalde -que pasará a la historia como el alcalde del 'triplete': dos patrimonios de la Humanidad y traer la Dama- han realizado acertadas acciones y gestiones con tales firmeza y paciencia que el resultado dió sus frutos: la Dama ha vuelto.


Durante varios meses -del 18 de mayo hasta el 1 de noviembre- la Dama de Elche, el busto ibérico del siglo IV a.c. hallado el 4 de agosto de 1897 en tierra ilicitana -La Alcudia- permanecerá expuesto a los ojos de propios y ajenos, de residentes y visitantes, en la sala principal que se le ha habilitado casi exclusivamente para su exposición en la Torre del Homenaje del Palacio de Altamira, en el complejo museístico del innovador MAHE -Museo Arqueológico Histórico de Elche-, lugar que a juicio de los técnicos ministeriales que lo inspeccionaron, cumple a la perfección de forma plena, íntegra y total, los requisitos obligatorios y las condiciones necesarias para albergar la Dama entre mayo y noviembre del presente año.


Sólo cabe esperar que la previa expectación creada antes de la llegada del busto sea realidad y superada con creces. La población ilicitana, individual y colectivamente, personal y asociativamente, deberá volcarse con la Dama, SU Dama, NUESTRA Dama, arropándola masivamente y festejando su estancia con todo tipo de eventos y de actividades. Y que el mundo entero sepa, que se ha de venir a Elche para admirar la belleza y la perfección artísticas de la Dama, para estudiarla, admirarla y contemplarla de cerca. Que vale la pena. Que nadie se sentirá defraudado porque la Dama ya no se esconde, se nos exhibe orgullosa y satisfecha, aqui, en Elche. Su Elche, al que siempre soñó en volver.

¡¡Bienvenida a casa!!


Josep Esteve Rico Sogorb
Escritor y periodista
Miembro del Grupo Poético 'Abril 2005'
Presidente del Grup Cultural Ilicità Tonico Sansano


 

¿BENDICIÓN O MALDICIÓN?

 

Per

Juan Vanrell Nadal

Som un mox escaldat. Años atrás, la creación del Instituto de Estudios Baleáricos me había "henchido de gozo". Hoy no me fío. ¿Será una trampa perversa o una nueva traición al mallorquín? ¿Será la patraña vil para sellar definitivamente que el balear es catalán? ¿Será una bendición o una maldición? Me hago estas preguntas basado en lo que está sucediendo en Valencia. Aunque existía la antigua y prestigiosa R.A.C.V., depositaria auténtica de la Lengua, Historia y Cultura del reino de Valencia, Zaplana creó en 2001 la Academia Valenciana de la Lengua. Vendió el invento como panacea definitiva y "consensuada" del conflicto lingüístico. A los "valencianistas" les aseguró que el nombre de valenciano era incuestionable: lo dice el Estatuto. A los "catalanistas" les prometió que era intocable la ley del "us del valencià". Esta ley hace oficial el "valencià normalitzat", el catalán unificado que se habla por igual en Cataluña, Valencia y Baleares. (Lerma y Ciscar, nov. de 1983). Es decir, dejó a todos contentos; pero, ben fotut al pueblo valenciano.


La A.V.L. va demostrando que su creación fue una estratagema política. Zaplana pensó que dando cuotas partidistas de representación y sueldos millonarios tendría sumiso al cotarro pancatalanista. Dócil lo ha tenido, pero inamovible en su obcecación (bien pagada) de que valenciano y mallorquín son variantes dialectales del catalán. Para ellos, la historia no es la que es, sino la que ellos quisieron que fuera.

El 19 de enero los señores Marí, I.E.C., y Luzón, U.I.B., en Canal 33 vinieron a repetir lo que Ciscar, ex conseller de Educación, Lapiedra, ex rector universitario, y Palomero, vicepresidente de la A.V.L., ya habían expuesto días antes en el Aula Magna de Valencia: la importancia, prestigio y supervivencia del valenciano y del balear dependían de su unidad incuestionable con el catalán. Su escisión sería nefasta. (¿Nefasta para quién?) Como soy duro de mollera quisiera que me explicaran cómo suprimiendo el valenciano y el mallorquín van a ser más conocidos y reconocidos. ¿Desapareciendo serán lenguas más prestigiosas y duraderas?...

Si el Instituto de Estudios baleáricos ha de seguir los dictados de las autoridades catalanistas, será una verdadera maldición para las Baleares que perderán para siempre su lengua. Su alma. Una lengua, dulce, bella y musical, hecha por sus propios habitantes a través de miles y miles de años. Esto sí que sería "nefasto" para la cultura balear.

Ahora bien, si este I.E.B. comienza a corregir los errores que por ignorancia, desidia o interés se han dado en nuestras maravillosas islas, entonces será una gran bendición. Los errores deben corregirse. En una carta pública al Sr. Matas, que la prensa mallorquina ha honrado con su silencio, contaba que el calendario romano corrigió un error de cálculo en 1582. Hay un caso curioso en la biografía de Santa Teresa de Avila. Murió el 2 de octubre y fue enterrada al día siguiente. Este día siguiente era el 15 de octubre, debido a mencionada corrección.

Será una bendición si defiende la verdad histórica de que catalán, valenciano y balear desde un mismo sustrato lingüístico milenario han elaborado su propia y personalísima habla. Por esto valencianos y mallorquines hablaban su lengua romanç valencià y romanç mallorquí, lo llama el doctor medievalista Gómez Bayarri, cuando los reconquistó Jaime I. Los mozárabes no eran mudos.

Si de verdad se vuelca en nuestra historia real (no la inventada), entonces el I.E.B. será una verdadera bendición para el pueblo balear, tan pacífico, tan honrado, tan confiado, tan antiguo, tan noble, tan sufrido. El Sr. Matas merecerá para siempre un puesto de gratitud en el corazón de cada buen mallorquín. En esta línea tendrá todo el apoyo de la Academia de la Lengua Balear. Yo, personalmente, cada día estoy más enamorado de mi tierra.

 

BARRES I CORONES. LA BANDERA DE LA CIUTAT DE VALENCIA (SEGLES XIV-XIX)

Per Antoni Atienza

Llibre de Pau Viciano. Afers, Barcelona-Catarroja-Palma, 2008.

88 pàgines. 12 Euros.

Pau Viciano és un dels medievalistes valencians més actius. El seu camp de treball ha segut el funcionament de les institucions migevals valencianes, pero aixó no li ha impedit fer incursions en atres camps, com demostra el seu La temptació de la memoria (ed. Tres i quatre, Valéncia), a on repasa l’historiografia valenciana.

En esta ocasió, Viciano nos oferix un llibre dedicat a la Senyera valenciana, o segons ell, a la bandera de la ciutat de Valéncia. En realitat, el llibre té dos parts clarament diferenciades: en la primera, es dedica a intentar explicar perque les cartes nàutiques i atles migevals porten Senyeres coronades; en la segona, reafirma totes les teories ya establides fa trenta anys per Pere Maria Orts i Bosch, sobre la Senyera.

D’entrada, el llibre té una deficiencia fonamental, i és que ignora totalment les oipinions dels historiadors valencianistes, des d’Almela i Vives a García Moya, passant per Momblanch, Juanto, Molina, Ferrando Badia, Tintorer, Bens… i un servidor. Per a Viciano, a soles conten Vives Liern, que escrigué en 1900, Joan Fuster i Orts i Bosch. Per a documentar-se sobre les opinions valencianistes sobre la Senyera, acodix a la pàgina web Valencianisme.com i als texts de Baydal, Esquilache i Fuste. Crec que esta actitut es comenta per si mateixa.

Viciano no amaga que per ad ell, “el blau” té una connotació negativa. En estos presuposts d’eixida, la resta del llibre s’esmunyís cap a les teories d’Orts: la Senyera de Valéncia, ciutat i regne, sempre fon quatribarrada, fins que en el segle XIX fon radicalment transformada. Cada vegada que en la documentació apareixen paraules com “bandera del rei”, “bandera real” o “oriflama”, Viciano –com feu Orts- les identifica automàticament com “quatribarrades”, sense cap atre análisis. Lo que no pot amagar és l’incorporació de la corona; pero per a Viciano, la corona no fon incorporada a la tela, sino a l’asta: la corona seria una peça metàlica, una corona, damunt de la qual acabaria posant-se el drac alat, i després el rat penat. La teoria no carix d’interés, perque Viciano no ho diu, pero en valencià la paraula “corona” vol dir també “cimera”, o siga, l’adornament superior de l’elm. Aixó vol dir, segons Viciano, que la bandera de Valéncia seria quatribarrada. Llavors, ¿com s’explica l’aparició de la Senyera en els portulans migevals, en blau i corona? Per a Viciano, els miniaturistes volgueren representar la corona, i llavors se’ls va ocórrer dibuixar-la en la bandera. Esta teoria ya no em pareix interessant, em pareix negar l’evidència més absoluta.

Per a demostrar que eixa corona, metàlica i no brodada, existia, Viciano aludix a un dibuix del Libro del Ceremonial, de Lluis Aracil, confeccionat en 1696 i que mostra un esquema de la Senyera i de com devia ser escoltada pels magistrats i càrrecs públics de la Valéncia foral. Pero no resenya que en eixa epoca el rat penat, tal i com hui en dia el coneguem, ya existia, fet per Simó de Toledo décades arrere, i que si Aracil no el va representar, fon perque ell no volia fer un dibuix exacte de la cimera, sino un esquema de tot l’estandart. De fet, tampoc dibuixa la bandera, a soles les dos puntes.

Per a demostrar que la Senyera no duya blau, Viciano utilisa els complicats càlculs sobre l’utilisació de la tela comprada fets per Baydal, Esquilache i Fuste. Les seues conclusions són que la Senyera no portava blau. La tela blava que es comprava servia per a tornar-la a teixir, barrejant-la en atres i obtindre un teixit tornasolat; o s’utilisava per als adornaments –mantellets, llambrequins- de la corona i el rat penat de la cimera; o per a forrar l’asta de la bandera… Lo que faça falta, per a que en les quatre barres no hi haguera ni una molécula de blau.

Una prova important, és que els cronistes no citen el blau. Clar que, ho reconeix, una vegada apareix el blau i la corona (per ad ell, a partir de 1876), tampoc els citen. O siga, que no eren importants. O siga, que si hagueren existit, podrien ser ignorats, perque lo important eren les quatre barres.

Viciano seguix fidelment a Orts i Bosch. La bandera era abossellada, com el Penó de la Conquista, del qual era una fidel rèplica. No obstant, ignora que en l´esquema ya citat d’Aracil, es mostra clarament la Senyera en dos puntes. L’aparició de les banderoles en les processons del XVIII, en franja blava, no altera el seu raonament, perque les banderoles –a on apareix en la franja blava la corona, el rat penat i les L coronades-, subralla, són una representació de l’escut de la ciutat, i no tenen res a vore en la Senyera.

A partir del segle XIX, Viciano enfatisa la banalisació de la Senyera, que passa a convertir-se en un element festiu, un objecte per a passejar en cavalcades historicistes tan del gust romàntic. En 1876, segons ell, i seguint una teoria d’Orts, la Senyera fon radicalment restaurada. En una primera fase fon retallada i el remat abossellat fon convertit en coa d’oronella; en una segona fase, se li va afegir la franja blava en uns brodats dorats, que s’han volgut identificar en una corona. Este “afegitó” es feu per motius estètics i historicistes, purament ornamental i sense cap desig de diferenciació respecte a la bandera de Catalunya –entre atres coses, perque els nacionalistes catalans no adoptaren la quatribarrada com a bandera fins a la década de 1880-.

Viciano fixa la data de 1876 com la primera vegada que es plasma una image gràfica de la Senyera: és el quadro de Pinazo “Desembarcament de Francesc I de frança en el Grau de Valéncia”; pero ignora que en 1867, Bernat Ferrandis ya l’havia representada –i no una, sino dos- en el seu quadro “El rosari de les doncelles”, a soles per citar una pintura propera a lo que defén. Per ad ell, 1876 era una fita important, perque es celebrà el VI Centenari de la mort de Jaume I. Pero reconeix que no hi ha cap font que afirme que es feu eixa radical restauració, a soles un poema de Cebrián Mezquita en el qual, d’una manera fosca –massa fosca, crec yo-, al seu juí, , es reflexiona sobre la modernisació de la Senyera.

La “prova de càrrec” és un tros de tela que es regalà a Vicent Boix procedent d’eixa “restauració”; pero com ya vaig afirmar, en l’antic Ajuntament de Valéncia no es guardaven dos, sino tres banderes: “las banderas de la conquista, de la Ciudad, del Centenar” (1); esta última bandera es desfeu, i segurament els seus retalls foren els que repartiren.

Finalment, i després d’una sèrie de cites en les quals vol demostrar que els autors que descriuen la Senyera després de 1876 tampoc citen la, en les seues paraules, “franja blavosa”, Viciano fa una recapitulació. Per ad ell, la Senyera deuria ser la quatribarrada. Pero l’oficialitat de la Senyera coronada no es pot discutir, i per tant hi hauria que establir una cooficialitat de abdos estandarts: “caldrà aceptar alguna mena de coexistencia simbólica. Pero per totes bandes”. No sé si aixó de “per totes bandes” vol dir que el catalanisme militant estaria dispost a acceptar, a canvi de la convivència de la quatribarrada en la Senyera, que les Normes del Puig foren també reconegudes i oficialisades… Pero no sé per qué, crec que no es referix ad aixó.

La crítica més interessant de les rebudes pel llibre, ha segut la de Rafael Company (http://rafaelcompany.blogspot.com/), quan afirma que Viciano, clarament, acaba la seua història en 1876, precissament quan el regionalisme decimonònic valencià comença a evolucionar cap a un nacionalisme, i com a tal, triarà com a bandera nacional valenciana a la Senyera coronada. Tant ell com Baydal, des de les Normes de 1932, (http://www.ventdcabylia.com/2008/09/ofensiva-senyeril.html) parlen de la necessitat de contar en una bandera privativa valenciana per a la construcció d’un proyecte nacional valencià, i que la qüestió sobre quina era la Senyera dels valencians, deu quedar reduïda al debat erudit. Els valencians ya tenim una bandera, i tota discussió és estèril.

Viciano sap escriure, aixó no es nega, i la seua prosa és fluida. No és l’escritor àcit i “menjablaveros” que escriu en El Temps. Pero manté postures sobre la Senyera sense voler saber qué han escrit atres persones que no pensen com ell, i ratifica idees ya elaborades per Orts fa trenta anys. Tot fa pensar que el llibre és un engranage que vol espentar la corrent de mantindre al PSPV-PSOE dins del “PV” i de tot alló que suposa estes sigles. O al menys, movilisar a una part de l’opinió pública per a obtindre la cooficialitat de la quatribarrada com a bandera de la Comunitat Valenciana. En tot cas, el llibre no aporta res de nou al debat: és llenya banyada, que fa poca llum i molt de fum.

 

 

 



BALDOMERO, PRESIDENT DELS INGENIERS AGRICOLES DE "LEVANTE"

 

Per Ricart García Moya            01/05/2009

Nhia un Baldomero Segura, en Almería, que escriu relats dingeniers agrónoms especialisats en conills casolans: Tenía mi suegra un conejo muy hermoso... (wep Serón); pero no crec que siga el Baldomero Segura que presidix el Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Levante, eufemístic nom que sustituix a Comunitat Valenciana o Reyne de Valencia, perque tot lo relacionat en Valencia sona a blaver, a caca, dona vergonya y te que desapareixer; ademés, ofén als manchegos, andalusos y murcians que aniuen desdel Senia a Beniel. El sinyor Baldomero es catedrátic de la UPV y, entre atres, te estudis interesants pera la valoració dels porcs según la edad del porcino y, per supost, coneix que als ingeniers agrónoms valencians els sindona lo mateix quels diguen llevantins, sumeris, catalans o lo que lixca de la tótina a cuansevol alimonquilí. Y el seu conegut García Antón, Conseller de Mig Ambient y Sancer Ampastre, fent reunions en ell sinse dir ni chut deixe ofensiu Levante. ¡Ay, quíns esllenguits y soques tenim en esta Generalitat de galtá al dátil!.

Ací al costat, en la Murcia del culebrica Saplana, tenen un bledá Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de la Región de Murcia; y aixina, sinse afrontarse del nom del territori fan per tots els puestos que tenen trellat. Mosatros no, clar, ¿qué podíem esperar en este cagarritar dels Nonsabo, Sanc dHorchata y Fent de Mona? Asoles humillacions y miseries. Pero Baldomero y els agrónoms que lapoyen, contents, donarán botets de sardana per lacort suscrit en Conxa Oliu, Directora de Col·lectius de Banc Sabadell. Baldomero enviá cartes als afiliats pera promocionar els servicis del banc catalá en lagrónom Levante ¡Sempre fen patria!. Per cert, ¿cuant duraría un Baldomero presidint un Colegio Oficial de Ingenieros de Levante en Catalunya? ¡Perque geográficament Catalunya está més al Llevant que mosatros!. Res. Montilla espentaría als mosos de cuadra pera cluixir a Baldomero en multes que afonaríen al anacrónic Colegio de Levante.

Lo de Baldomero no es cas aislat. Els castellaners saspixarren a riurer ficant Levante per tots els puestos, baix lampar y silenci dels polítics valencians, siga PPons, el Jurat dAgrávits a la dona aquella... ¿li díen Gloria Marcos?. Ningú fa res bo. Atre eixemple: fa un grapat danys que Alcampo dAlacant fica lletreros de Vinos de Cataluña, Rioja, Levante, Aragón, Navarra... . Yo vaig protestar y sascagarraren a carcallaes davant de mi. A la Generalitat del PP li dona lo mateix lo que mos diguen ¡A bones hores diríen Levante a Catalunya els tíos estos dAlcampo!¡A bascollaes conilleres els tornaven a sa terra als dAlcampo!. Vejam de qué va lasunt históric.

En 1646, el flare Angel de Valencia anava en sa barqueta per el riu Zaire com si estiguera peixcant samarucs (BNM. Pellicer: Misión en el Congo, 1649). El valent valenciá no ductá en menjar arrails y tráurer espasa davant dholandesos; pero més mérit es que viajara per el Congo sinse ambolicarse en mapes fantástics del territori africá. La Cartografía era art imaginatiu, pero furris com Apiano y Mercator la complicaren en proyeccions acimutals, les cilíndriques de Gall y sinusoidals, chafant l´encant dels mapes plens de cromatisme, nanos en tres cames y jagants peluts. Frut desta complicació es que, en 2009, la orientació geográfica encano l´han deprengut ni Baldomero, ni Alcampo, ni els empleats de RENFE, periodistes del Mundo, El País, Las Provincias, Levante, el taperot de la Cope Jiménez Losantos o la que va ser el putot en més cansalá de la Casa de Campo, Cristina López Schlichting, segons contava Anson (El Cultural, 05/06/08). La greixosa Schichlting parlava latre divendres de la señora de Levante (La Tarde con Cristina, 6/02/09), aludint a la ques matá en La Albufereta, al costat de ma casa. Esta gent confundix la Comunitat Valenciana en atra inexistent que diuen Levante. La RENFE, sinse vergonya, oferix Trenes Málaga-Levante, Albacete-Levante-Murcia, AVE Madrid-Levante, etc.; inclús aplegá a anunciar un misteriós tren blanco que parte de Valencia, para que los levantinos puedan ir....

Que un ignorant llauraor del poblet de Ros (Burgos) o d´Albelda (La Rioja) mos diga levantinos es agravi fotut; pero més mos soflama la sanc que la RENFE aludixca a Cataluña, Levante y Murcia. La Generalitat valenciana, si no fora monyicot escotiflat, tindría que encaixar orelles de burro als que, en tota la mala llet del univers, es neguen a usar la denominació de Comunitat Valenciana (encá odien més la de Reyne de Valencia). A vórer, cervells bacorers de RENFE: ¿Quín territori es el més llevantí de la península: Almería, Murcia, Reyne de Valencia o Catalunya?. La part més llevantina es el chas de Montilla y Carod. ¿Cóm?¿Que ya heu sabíeu? ¡Ah, sí, vos antenc, els catalans no toleraríen impertinencies y, per tant, sou corderets en ells!. Parlant clar: a Catalunya no podeu dirli Llevant perque vos chafaríen la cholla y també lo que rima.

Ací no n´hia polític que sanfronte a Baldomero, Alcampo, RENFE o a cuansevol alficós d´home del temps que mos rebaixe a Levante. Ací goberna Boabdil Camps, sempre content per tíndrer la pasterá de dinés asegurá dasta que Pere Boter li cride; tanimentres seguirá encabotat en asunts com amportarse l´aigua del Xúquer, hipotecant el futur de terres que secularment regava; a cámbit, el PP incrementará el trasvás de catalanisme y draps de cuatre barres a la Ribera. Els del PP insistixen en aufegarmos a catalanaes y sembrar odi entre mosatros. Els polítics que cremen millons en Alacant, pera ferla capital del catalá colonial en lInstitut Lluis Vives, son els mateixos que callen com a ninots de cartó cuan la RENFE o algún menistre mos diu Levante.

En Espanya no volen que eixitisca Valencia com a territori; pera ells som el Levante de Madrit. En les televisions no tenen problema en pronunciar complicats topónims vascs, alemans o inglesos, pero les costa moltísim dir Valencia y valenciano. Está mal vist. Un safanoria de Tele 5 parlava de la alicantina Cullera; atre moniato, per la Primera de TVE, aludía al Puerto de Sagunto en Castellón, un cap de suro de la Sexta es refería a los levantinos de Valencia. El baturro Lázaro Carreter, dart en ristre, visitava una ciutat valenciana y día: acabo de volver de una hermosa ciudad de Levante (El dardo en la palabra, p.282), bestialitat toponímica repugnant en morros dun membre de la RAE, porcá que may fea als vehins del Nort: mi refugio veraniego catalán (p.436). Dasta alguns filólecs valencians, com el castellaner destarifat Lapesa, sempre procuraven chafar o amagar nostre topónim y gentilici. Lapesa coneixía perfectament la vida de Covarrubias que, per 1600, escrigué el Tesoro de la Lengua Castellana en el Reyne de Valencia; pero escriu: Covarrubias, toledano que pasó casi toda su vida en su ciudad natal o en Cuenca (Alvar: Hist. lengua española, 1986, p.383); y , clar, també Lapesa savergonyía de sa terra: Murcia... Levante y las Baleares (ib.p.373)

Els valencians no fiquem bombes, som lleals culperamunt a lEspanya que mos fa desprécits, la majoría voten borreguilment al PSOE y PP pera que mos agravien y chafen, paguem imposts, oferim glories y euros del choguet, calser, cerámica, mobles, prostitució y turisme; plantem falles y fogueres pera disfrut de forasters, les bandes de música dels carrers son debaes pera el turiste; pero, a cámbit, mos deixen en la boca auberta y les bolchaques buides sinse Olimpiaes, Capitalitat Cultural, Expo, etc. Els Zapatero, Rajoy y Montilla coneixen que Rita y Camps no pinten res, absolutament res de res; asoles aprofiten pera fer riurer en Madrit y enganyar als sanc dhorchata en Valencia. Lo pasat en la autovía a Madrit está pasant en lAVE. Aplegará al Reyne de Valencia vint anys més tart que a Sevilla o Madrit. En tota Espanya seguixen desprecianmos y no toleren que tingam ni topónim ni gentilici. Mentres els castellans sagenollen davant de catalans y vascs, a mosatros no mos donen ni laigua que sen va a la mar. La raberá de polítics com Camps y Rita, sompos inútils , asoles mos han dut laigua de les escupinyaes que mos arruixen desde Albasete, Madrit o Barcelona.

Els que mos diuen Levante son cudols ignorants o maranyers miserables. Secularment, si un espanyol parlava de Levante sempre es refería a terres y mar del Imperi Turc: lactual Bulgaria, Chipre, Grecia, Egipte, Siria, Liban, etc. Per eixemple, en 1645 Diego Duque escrigué: Fuimos a Levante, pasando la Arcadia, hasta Constantinopla (Comentarios, 1645, p.211); en 1555, Ortúñez de Calahorra relatava les aventures de Alexandro y Dario en los Mares de Levante (Espejo de príncipes, 201).Y aixina podríem empaperar el palau de Baldomero en cites de Cervantes, Francisco Delicado, Joanot Martorell, Covarrubias o Gonzalo Correas, gramátic castellá que coneixía nostre gentilici: los de Castilla son castellanos; Italia, italianos; Portugal, portugueses; Valencia, valencianos, etc. (Correas: Arte de la lengua, año 1625). Tots, desdel més burrimac escurapous al més cult dels castellans coneixíen el nom de nostre territori: Reyne de Valencia, distint a Ciutat de Valencia. Era lo mateix que Estat de México y Ciutat de México.

Al Reyne de Valencia escomensaren a dirli Levante els fachendosos madrilenys que acudíen a les seues plaches a partir del 1870. El centralisme era lley y pera els castellans asoles eixistía la capital d'Espanya y una serie de provincies en analfabets que charraven lo que ells díen dialectes del castellà. Mosatros, en el nou sambori geopolític del funcionariat castellá, eren els alegres levantinos del Levante de Castilla, y la gavinetá va ser lestreno en Madrit de lópera Marina d'Arrieta (a.1871), ahon cantaven alló tan apegalós de Playas las de Levante....



A partir d
entonses, el repugnant Levante incrementá sa popularitat entre els castellans, en complicitat dalguns panolis natius del Grau y Cabanyal. Aixina, lequip que juava en la Placheta, pensant agradar als cuatre maquilencs madrilenys que acudiríen a l'Exposició Regional de 1909 y a péndrer sol de placha, es convertiren en el Levante F.C.; ya quel nom valenciá de Cabanyal C.F. podía oféndrer als castellans que buscaven las Playas de Levante pera rentarse les creílles. Baix el franquisme, en 1940, s'aplegá a l'apoteosis de lascagarritá llevantina en la creació del diari fasciste Levante (¡Che!, progres dopereta, caldosos y fetillers: ¿No volíeu fer desapareixer o donar cámbit de nom a tot lo que fera aulor a franquisme?¿Qué feu en el títul del diari Levante, bufa eixida de cul franquiste en 1940?), el Levante U.D. y l'adopció per part de RENFE de la nomenclatura franquista que hui, en 2009, seguixen usant sinse cap dexplicació llógica, com fa el chiringuito agrónom de Baldomero.

Y una opinió personal y que ferirá a algún angelet de carcanoll: no comprenc que, al punt que ham aplegat en lexpansionisme catalá, encara nhiaxca en Valencia un equip ques diga Levante y que duga colors idéntics als del Barcelona. Ya se que prous seguidors deste equip son benisants valencians de cor y dirán ques luniforme del Gimnástic del 1940. Dona igual. El equip era El Cabanyal en un principi, y va tíndrer camisoles blanquirrojes y albinegres a lo llarc de sa historia. Ara es un equip que, políticament, fa disfrutar als castellaners y catalaners que, en cuatre barres, mos afronta els dumenches que jua. Som el poble dels sanc d´horchata. Catalans y vascs tenen El Periódic de Catalunya y El Diario Vasco; mosatros teníem el Diario de Valencia y Valencia Hui, chafats per les propies institucions valencianes. Allá dalt, els de Montilla ya están cavilant el nou nom pera Spanair, per ser poc catalá. Ací la batejaríen com La Levantina de Vuelos, pera fer joc en institucions com les del Baldomero. En fi: a mercarse paraigües pera que castellaners y catalaners no mos convertixquen en verts a escupinyaes (¡Che, quína marraná de metáfora! No tenim remey els terroristes blavers).