Por Ricardo García Moya
Las Provincias 27 de Abril de 1999
Desde hace
décadas, la inmersión trata de convertir en fiesta el 25 de abril, día que los
valencianos hemos ignorado siempre. Quieren que sustituya al 9 de Octubre y, por este motivo, intentan
que los comercios abran en la fecha más solemne de nuestra historia, o que se
firme una paz de opereta. Los que viven de la inmersión volverán a proclamar
que son seguidores de heroicos maulets que lucharon contra Felipe V (el de la
cabeza abajo en Játiva), defendiendo "la nostra Ilengua el 25 d'abril de
1707". Aunque la documentación diga lo contrario.
Cinco de la
tarde del 24 de junio de 1706. EI rey maulet Carlos III, sombrero de plumas blancas
y atrevidos tacones, entraba en el santuario de Montserrat acompañado del
estruendo de campanas, chirimías, clarines y vítores. La crónica de la estancia
del soberano y alto mando maulet en Montserrat se publicó a los pocos días en
Barcelona por Rafael Figueró, al que los maulets habían nombrado "impresor
del rey". Lo raro es que una obra destinada al lector maulet y en plena
contienda por defender la lengua catalana está... ¡en castellano! (Figueró, R.: "Exemplares acciones de nuestro
Rey Carlos III", Barcelona, 1706). Otro detalle: el rey maulet subió al camarín
de la Virgen de Montserrat a las 2 de la tarde del 27 de junio "para
despedirse" y dejó un folio autógrafo que contenía devotas poesías... ¡en castellano!
Los maulets de
1707 promocionaban el castellano de igual modo que Consuelo Císcar el catalán.
En Valencia, entre 1705 y 1707, los maulets acudían en masa a saborear el
teatro de Calderón, Moreto, Fragoso, etc. EI pueblo asistía entusiasmado a las
representaciones de "Los amantes de Teruel", "EI duque de
Osuna", " Los tejedores de Segovia", etc. La programación
teatral maulet, hasta el día de la batalla de Almansa, fue en idioma castellano.
En octubre de
1706 el rey maulet visita Valencia. AI Ilegar al arco triunfal construido en
las torres de Quart, los maulets dieron la señal para que -en honor de Carlos
de Austria- se interpretaran canciones compuestas en castellano (y con la torpeza de aludir al austríaco como "garçon bello"). Los maulets, desde
el Consejo de Ciento en Barcelona hasta los diputados del Reino se dirigían en castellano a Carlos III, monarca que
contestaba en castellano. La crónica
de lo sucedido en Valencia fue llevada a uña de caballo a Barcelona, siendo
publicada en diciembre de 1706 por Francisco Guasch en castellano.
Son
significativas las crónicas de los dos juramentos forales efectuados en octubre
de 1706: el del maulet Carlos III, en Valencia, y el del virrey botifler Luis
Belluga, en Orihuela. La primera está en
castellano; la segunda, en valenciano.
EI texto oriolano describe cómo en la "Real Capella de la Sta. Yglesia
Catedral de Oriola (...) agenollat davant del sitial que se li posa en dita
Real Capella jura a Deu (...) dits carrecs de Virrey Governador y que observara
aquells furs". EI nombramiento lo había firmado en Jadraque el rey Felip Ouint (el que meses después
suprimiría los Fueros).
No existía
guerra entre Valencia y Castilla, sino entre potencias extranjeras que apoyaban
al francés Felipe y al austríaco Carlos. EI núcleo de los ejércitos lo formaban
mercenarios portugueses, ingleses y franceses, que luchaban por la soldada en
moneda inglesa; aunque también participaron centenares de italianos,
valencianos, navarros, etc. Así, entre los maulets que defendieron Barcelona hasta 1714 estaba "el
famoso Tercio de Castellanos".
Para los valencianos de 1707 el enemigo continuaba siendo el pirata islámico
que, periódicamente, saqueaba las costas del Reino. Cuando Carlos III entra en
Valencia en octubre de 1706, los maulets "rinden vasallaje al Aguila del
Imperio, porque viva y triunfe nuestro Rey Carlos III; para que exalte la
Iglesia y confunda al agareno"
(Guasch, F.: "Entrada de nuestro rey Carlos III en Valencia".
Barcelona, 1706). Confundir al agareno significaba "echar a perder,
destruir al islámico". Las prensas de Barcelona destinadas a la propaganda
bélica y dirigidas por Figueró seguían editando obras en castellano antes y
después del 25 de abril de 1707. En marzo salía la crónica de la "Militar
entrada de Carlos III en Barcelona", y en agosto leían los catalanes las
vicisitudes de la flota maulet en Italia.
Resumiendo: el
castellano fue idioma vehicular de los maulets; por el contrario, en las crónicas
de los botiflers hallamos la lengua valenciana. Esa que ahora es reciclada en
conffeti por las comisarías enquistadas en bibliotecas públicas y centros de
enseñanza del Reino. Los trituradores no tienen enfrente a los Jurados
botiflers de Valencia que, en 1707, se opusieron al Decreto de Nueva Planta. Su
destino fue la prisión de Pamplona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario