Autor: Desconocido
lunes, 14 de septiembre de 2009
Los fundamentalistas de la sucursal del Institut d´Estudis Catalans,
okupas, bien pagados de San Miguel de los Reyes, van ya a por la Iglesia
Católica. Están presionando a todo meter para que obispos y presbíteros oficien
en la catalana lengua de la AVL.
Capitaneados por un canónigo jubilado, están, dale que te pego, con el
Misal, que quieren imponer por decreto en las Diócesis con jurisdicción
eclesiástica sobre territorios civiles valencianos. No voy a transcribirles
íntegro el texto -que ya tiene en su regazo el Arzobispado- para que no les de
un infarto de padre y señor mío, no sea que casquen y me echen la culpa a mi.
Para que vean cómo hilan de fino los del penal, cuando llega el momento
de la consagración, al traducir del Ordo Missae Romano el "Hic est enim
corpus meum... Haec est sanguinem meam...", obligan a los celebrantes a
decir muy clarito y preciso "Aquest es el meu cos,... aquesta es la meua
sang".
Es decir, el aquest i el aquesta, por tacones. No van a permitir, y quién
sabe si los multarán, que los clérigos se salgan en este punto de la línea, la
modifiquen o alteren. No consienten, siquiera, lo que es normal en estas
tierras: "Este es... i esta es...".
Ahora piensen en términos de mensaje filológico. Silencio total y por la
megafonía del templo, cual spot publicitario mil veces repetidos, el textito de
marras.
Reflexionen sobre la patadita al estómago que a muchos sacerdotes y
fieles no catalanistas, le resultará escuchar todos los días la fórmula que
opera la transubstanciación, mediante la cual el pan normal y corriente se
convierte en el verdadero Cuerpo de Jesús, según la fe católica.
No le arriendo las ganancias a la Iglesia, con lo mal que lo tiene, dado
que su 'share' suele estar en el 5 y el 17% de la población, no más. Y no son
precisamente los de izquierdas y catalanistas su principal clientela.
Si la Iglesia Valenciana acepta tamaña imposición y somete los sagrados
textos litúrgicos a las maquinaciones políticas perpetradas por la Academia
Valenciana de la Lengua, puede ir ya colgando carteles de cierre por defunción
lingüística y preparándose a sí misma los funerales "de corpore
insepulto".
La AVL está embalada, nació para lo que nació, sigue su arrolladora
marcha, va a entrar a destajo donde le plazca, sin que nadie, tampoco los que
la crearon, le pare los pies, caiga quien caiga, en loor de la lengua catalana.
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