De Castilla a Aragón
Autor:
Valenciad’elig
Sobre el
año 1244, el musulmán Reino de Murcia (y Elche, al que pertenecía
territorialmente pero del que en buena medida se mantenía políticamente
independiente al igual que Crevillente), pasó a rendir vasallaje al cristiano
Reino de Castilla a cambio de protección ante una previsible invasión y guerra
por parte de su vecino, el musulmán Reino de Granada.
Desgraciadamente, de esos años medievales o
anteriores, no existe documentación escrita en los archivos ilicitanos que
puedan confirmar o desmentir la presencia en el "Elsh" musulmán de
población cristiana de origen hispanogodo descendientes de la
"ILLICI" original.
En todo caso cabría hacer mención al libro
"Cristianos bajo el Islam. Los mozárabes hasta la reconquista de
Valencia" de Leopoldo Peñarroja, en el que el autor presenta una serie de
evidencias que permiten contemplar una pervivencia del mundo mozárabe en
tierras valencianas que alcanza incluso las fechas de reconquista cristiana.
La ayuda militar del rey aragonés Jaume I al
Reino de Castilla.
En 1265 el rey aragonés Jaume I "el
Conquistador" entró en Elche habiendo sofocado, mediante pacto, la
rebelión mudéjar de está localidad, iniciada unos pocos años antes en todo el
Reino de Murcia y Andalucía.
En contra de lo que popularmente se cree, no
fueron los cristianos de las huestes del rey aragonés los primeros en
instalarse en Elche, ni tampoco fué en esa fecha cuando Elche entró a formar
parte de la Corona de Aragón. Una cierta repoblación cristiana castellana,
anterior a 1265, en tierras murcianas, (entre las que geográficamente se
incluía Elche), es un hecho documentalmente constatado.
Jaume I devolvió, una vez pacificado, todo el
Reino de Murcia (al que pertenecía Elche), al Reino de Castilla. Su campaña
bélica no fué sino la ayuda que el monarca aragonés daba a su yerno, el futuro
rey castellano Alfonso X "el Sabio", para sofocar la revuelta mudejar
murciana y evitar que la misma se propagase al recién conquistado Reino de
Valencia (cuya frontera sur, lindando con el Reino de Murcia, estaba más o
menos a la altura de Jijona).
Posiblemente fué a partir de 1265, tras las
capitulaciones musulmanas murcianas ante el rey aragonés Jaume I (representante
del rey castellano), cuando, habiéndose incorporado sin restricciones el Reino
de Murcia al dominio de Castilla y siendo desposeídos los musulmanes de muchos
de sus derechos y propiedades, se iniciaron una serie de repoblamientos
cristianos de mayor envergadura y alcance a los efectuados hasta el momento.
Se sabe que en 1265, tras la rendición de los
mudéjares ilicitanos éstos hubieron de abandonar sus posesiones en el interior
de la "vila murada", entregándoselas a los cristianos, e instalarse
extramuros en un emplazamiento más al sur que sería conocido como "la
moreria de la vila".
Entonces sería cuando el rey aragonés Jaume I,
en nombre del rey de Castilla, efectuaría donaciones de tierras y propiedades
en Elche a integrantes de sus tropas. Tropas que en ningún momento estaban
compuestas exclusivamente por catalanes, sino que en ellas participaban una
mezcla de gentes procedentes de diversos puntos geográficos (Aragón, Castilla,
Navarra, condados catalanes y también, en menor medida, de Occitania (todo el
sur francés de este a oeste)).
Tan solo un par de años más tarde de estos
repartimientos del rey aragonés, se iniciaron una serie de repoblamientos en
Elche, ahora bajo mandato del infante castellano Don Manuel (titular del
señorio de Elche por concesión de su padre el rey Ferrando III de Castilla),
tal y como recoge diferente documentación ilicitana de la época.
Para la época en la que el infante Don Manuel (o
sus herederos), dirigieron el señorío de Elche, el nombre de la villa que
aparece escrito en la documentación conservada es idéntico al nombre castellano
que posee actualmente nuestra ciudad: "ELCHE".
Los documentos existentes comienzan en 1267 y
están todos ellos escritos en castellano antíguo. Son fechas en las que Elche
aún pertenece al Reino de Murcia y por tanto, a la Corona de Castilla.
La Corona de Aragón.
Sin embargo, a partir de 1296 una serie de
acontecimientos harán que la villa de Elche entre en un nuevo marco político
que la llevará, tras unos años de incertidumbre, a formar parte del Reino de
Valencia y por consiguiente, de la Corona de Aragón. (Pulsar aquí
para saber acerca del falso e inadecuado término "Corona
catalano-aragonesa").
En 1296 el rey aragonés Jaume II "el
Just", nieto de Jaume I, tomó por las armas el castellano Reino de Murcia
amparándose en la cesión que de este reino había hecho a los aragoneses uno de
los candidatos al trono de Castilla, a cambio del apoyo aragonés a su causa
dentro del conflicto sucesorio que padecía la corona castellana.
Parece ser que fueron una serie de pactos
secretos con el rey de Francia (enemigo del rey aragonés), realizados por la
otra parte castellana implicada en el conflicto sucesorio, lo que desencadenó
la invasión aragonesa sobre el Reino de Murcia.
Tras la ocupación aragonesa, el monarca Jaume II
no llegó a conseguir la lealtad de todas las tropas establecidas en tierras
murcianas durante la anterior etapa castellana. Dicha circunstancia no
favoreció en absoluto las pretensiones de imponer su autoridad en este reino y
su reconocimiento como rey.
Finalmente, debido a que el trono del Reino de
Castilla fué ocupado por el candidato que no había establecido acuerdos con el
rey aragonés, y con el ánimo de evitar una guerra entre la Corona de Aragón y
la de Castilla a causa del conflicto murciano, ambas coronas, a través de la
mediación de un tribunal, llegaron al acuerdo en 1304 de dividir las tierras
del Reino de Murcia en dos partes, una para cada corona.
La parte del Reino de Murcia que correspondió a
la Corona de Aragón comprendía, a "grosso modo", desde algo más abajo
de Jijona hasta Orihuela. Esta porción del Reino de Murcia se agregó en 1308 al
Reino de Valencia bajo el nombre de "Reino de Valencia ultra Sexonam"
(más allá de Jijona), poseyendo su propia gobernación, diferente de la de
Valencia, situada en Orihuela.
Resulta curioso comprobar como la historia nos
desvela que Elche no llegó a ser valenciano sino 70 años más tarde de la
fundación del Reino de Valencia (1238) por parte del rey aragonés Jaume I
"el Conquistador" y que tampoco lo fué en el año 1265 cuando el mismo
monarca vino a Elche para sofocar la rebelión mudéjar que padecía el Reino de
Murcia.
Elche y los territorios de la antígua
Gobernación de Orihuela son poseedores, por tanto, de una historia propia y
particular dentro de la que corresponde al conjunto del Reino de Valencia. Por
lo que es muy posible que nuestro Valenciano esté marcado por esa particular
historia valenciana que se ha desarrollado en nuestras tierras.
La mudanza de nombres de la Villa.
Respecto al nombre de la villa de Elche durante
estos años tumultuosos y de transición de una corona a otra (finales del siglo
XIII y principios del XIV), apreciamos cierta mudanza y vacilación de nombres
dependiendo del escribano que realice el documento, que en algunas ocasiones
están redactados en castellano y otras en valenciano antíguo.
Así aparece "ELCHE", "ELCH" en
documentos escritos en castellano antíguo y "ELCHE",
"ELCH", "ELTX", "ELX" en aquellos redactados en
valenciano antíguo.
Medio siglo más tarde, para poco más de mediados
del siglo XIV, la forma que predomina para el nombre de la villa es:
"ELTX".
Y a finales del XIV y principios del XV, (con un
siglo de pertenencia de la villa de Elche a la Corona de Aragón), encontramos
en la documentación (en valenciano antíguo), los nombres "ELTX",
"ELTG", "ELG" y quizás también "ELIG", aunque
éste último con reservas.
Se han podido comprobar casos en los que la
forma "ELIG" no es tal, sino un "ELTG" con una
"T" tan pequeña y transformada que se confunde con una "I",
dando lugar a equívoco.
A mi entender, esta variación gráfica de la
"T", que fácilmente puede ser confundida con una "I" es lo
que pudo haber propiciado el nacimiento de la forma "ELIG" posterior.
El nombre "ELIG", desde mediados del
siglo XV, se convertirá en el nombre habitual de Elche en toda la documentación
ilicitana hasta el año 1707, en el que Felipe V, primer rey Borbón, promulgó el
"Decreto de Nueva Planta" por el que se hacía obligatorio el uso del
castellano en la documentación oficial de todos los reinos de la Corona de
España. Algo que determinó que a partir de ese momento volviese a utilizarse la
forma castellana: "ELCHE".
El actual nombre valenciano de Elche.
En la actualidad, gracias a la co-oficialidad de
las lenguas Valenciana y Castellana en nuestra Comunidad Autónoma Valenciana
tenemos la posibilidad de emplear para el nombre de nuestra ciudad,
indistintamente, la forma valenciana o la castellana.
Sin embargo, a mi modesto entender, para la opción
valenciana se ha oficializado la forma "ELX" que no posee ni una
tradición histórica tan larga como "ELIG", ni se ajusta ortográficamente
a la fonética propia de la lengua Valenciana de nuestros días.
La forma "ELX" pervivió escasamente
medio siglo de nuestra historia, junto a otras formas que competían con ella.
Justo eran aquellos momentos en los que la vacilación, indefinición y mayor
número de variantes estaba presente.
Sin embargo, la forma "ELIG" pervivió
en exclusividad a lo largo de dos siglos y medio sin que otra forma le restara
protagonismo, en una etapa histórica más próxima a nosotros y por tanto más
afín a las características lingüísticas que poseemos hoy día los ilicitanos.
Además, la "-X" de "ELX" se
pronunciaría, según se desprende de su ortografía, con un sonido similar al de
la "CH" francesa o "SH" inglesa. Pronunciación que en
ningún momento le damos los ilicitanos al nombre de nuestra ciudad.
Sin embargo, la "-IG" de
"ELIG" se pronunciaría, según su ortografía,
con el sonido de la "CH" valenciana (similar a la castellana).
Pronunciación que se ajusta a la forma en que lo hacemos los ilicitanos
respecto al nombre de nuestra ciudad en lengua Valenciana.
En conclusión, la forma "ELIG" se
corresponde tanto por su pronunciación, como por su historia, al nombre más
adecuado en Valenciano para nuestra ciudad.
Si el acontecer político hizo que nuestra ciudad
ostente hoy día el nombre de "ELX", de la misma manera habría de
rectificarse lo ejecutado y entregar a la ciudad de "ELIG" el nombre
propio que en mayor rigor le corresponde.
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