AUTOR: VALENCIÀ
D'ELIG
Todos los datos
indican que una parte de la "crónica" escrita por el catalán
Ramón Muntaner no está basada en la experiencia propia y directa del autor sino
en una serie de supuestos que el cronista presenta de manera
marcadamente idealizada y distorsionada. Precisamente es en la inverosimilitud
de la leyenda del "bell cathalanesch" en donde mejor queda
reflejada la falsedad e inexactitud de los "datos" presentados
en dicha "crónica".
Ramón Muntaner, según él mismo aclara en su
obra, comenzó a escribir su "crónica" muchos años después de
acontecer algunos de los hechos que pretende reflejar. En concreto, según
palabras del propio cronista, la inició el quince de Mayo de 1325 cuando
contaba con 60 años de edad (aquest libre el comenci lla Deus merce era en
temps de LX anys. Lo qual libre yo comence ha XV jorns de Maig del any de la
encarnacio de nostre senyor Deus Iesu Christ M.CCC.XXV). Sustrayendo 60
años a 1325 se obtiene 1265, que sería el año de nacimiento de Muntaner, mismo
año en el que el rey aragonés Jaume I "el Conquistador" inició una
campanya militar en el Reino de Murcia con ánimo de sofocar la rebelión
sarracena presente en aquellas tierras.
¿ Cómo es posible que habiendo nacido Ramón
Muntaner en el mismo año en el que el rey Jaume I realizó su campanya militar
por tierras murcianas, 1265, Muntaner, sin apenas un año de edad pudiera haber
acompañado al rey como cronista y haber sido testigo directo de, según
lo que narra, una (supuesta) repoblación absoluta de catalanes en villas de
Murcia y Alicante y de un (supuesto) "bell cathalanesch"
hablado por estos pobladores ?
Resulta de puro sentido común entender que
Muntaner jamás pudo acompañar al rey Jaume I en su campaña murciana, tal y como
el cronista pretende hacer creer en su obra, y que por tanto no pudo ser
testigo ni de la supuesta "repoblación catalana", ni del supuesto "bell
cathalanesch" a los que hace referencia. Los motivos que empujaron a
Muntaner a mentir y a falsear en su crónica, perdiendo todo rigor y
credibilidad, no son especialmente relevantes, lo sustancial es que todos
aquellos catalanistas(*) que en base a Muntaner y su crónica van
proclamando que la lengua Catalana estaba presente y reconocida en Murcia y
Alicante en el siglo XIII han dejado de tener en Muntaner y su obra las
"pruebas irrefutables" validadoras a tales supuestos (a no ser que
pretendan imbuir de autoridad a un "cronista" que en 1265
todavía andaba con pañales y que jamás vivió los acontecimientos señalados en
primera persona, como intencionadamente pretende hacer creer).
[* Precisamente la catalanista "Academia
Valenciana de la Lengua" (A.V.L.) en su vergonzante y catalanizante dictamen de 9 de febrero de 2005 sobre la
"denominació i entitat del valencià", donde "unifica"
contra-natura (ligüística) el idioma Valenciano y el Catalán como una misma
lengua - sin serlo - no tiene empacho en presentar como "prueba" para
tal propósito al falaz Muntaner y su imaginario "bell
cathalanesch" en el "Annex 5" del susodicho dictamen].
Es tanta la
desinformación e inexactitud de la que hace gala Ramón Muntaner en relación a
este asunto, que en su crónica data en el año 1238 (M.CC.XXXVIII)
la presencia del rey "en Jacme D'Arago" en tierras murcianas,
cuando históricamente está más que probado que fué durante los años 1265-1266
cuando el rey aragonés Jaume I estuvo en el Reino de Murcia ayudando a su yerno
castellano el infante Alfonso (Alfonso X "el Sabio") a sofocar la
rebelión sarracena (recordemos que el año 1238 es el de la entrada del rey
aragonés en Valencia). En resumen, si se diera por bueno el año de 1238 como el
correspondiente a la campaña del rey aragonés Jaume I en Murcia el asunto aún
se tornaría mucho más irrisorio, puesto que implicaría que Muntaner habría sido
capaz de cumplir su cometido de cronista aún sin haber nacido (quizás un
cometido al alcance de cualquier catalanista de pro, pero vedado al resto de
los mortales).
Conviene saber, además, que el rey Jaume I
falleció cuando Ramón Muntaner tenia solo once años de edad, año 1276, por lo
que es más que evidente que Muntaner no pudo nunca acompañar como cronista
al rey Jaume I en ninguna de sus campañas, ni pudo ser testigo directo y
presencial de unos hechos que el cronista catalán nos quiere presentar
como vividos en primera persona.
En otro orden de cosas, resulta llamativo
comprobar como los anti-históricos y falaces términos "corona
catalano-aragonesa" o "rey catalano-aragonés" de los
que reiteradamente hace uso el aparato propagandístico catalanista no
encuentran sustento, ni validez alguna en la obra de este cronista
catalán. En consonancia al marco legislativo y a los derechos y usos consuetudinarios
el cronista Ramón Muntaner utiliza profusamente los adecuados términos "Corona
d'Arago", "Regne d'Arago", "Regne de Valencia",
"Comptat de Barcelona", "Cathalunya", "Rey
d'Arago", "Rey de Valencia", "Compte de Barcelona",
"Senyor de Cathalunya", "Casa d'Arago", "Casal
d'Arago", "Jacme I d'Arago", "Pere d'Arago",
"coronas [de rey para el reino de Aragón y para el reino de
Valencia]", "garlanda (diadema) [de conde para el Condado de
Barcelona]", "Regina (reina) [en el reino de Aragón y en el de Valencia]",
"comptesa (condesa) [en el Condado de Barcelona]".
En su crónica,
Muntaner describe la coronación del infante Pere, hijo de Jaume I, como "Rey"
en el "Reyalme d'Arago" y en el "Reyalme de
Valencia" recibiendo la "corona" de cada reino,
mientras que en Cataluña solo es "creado" Conde de Barcelona y señor
de Cataluña otorgándosele en consonancia a dicha titulación la "garlanda"
(diadema) de conde pero jamás la "corona" de rey ("...reebe
ab gran gloria, e ab gran alegre la garlanda, don fo creat Compte
de Barcelona, e senyor de tota Cathalunya").
Queda patente tras lo expuesto por Muntaner que
Cataluña nunca fué reino, sino solo una agrupación de condados en donde el de
Barcelona tenía mayor preponderancia que el resto y el conde que lo gobernaba
actuaba como representante y "señor" de Cataluña, pero jamás bajo la
titulación de "rey". Todo ello no hace más que dejar en evidencia la
grave manipulación histórica que realiza el nacionalcatalanismo cuando pretende
otorgar atribuciones de reino o corona a Cataluña bajo la falsa
terminología de "corona catalano-aragonesa" o "rey
catalano-aragonés".
Como
colofón, el cronista catalán lanza un exaltado alegato en favor de
Cataluña, con toda seguridad para tratar de compensar la frustración que le
provocaría tener que admitir la inferioridad de rango de Cataluña ante los
reinos de Aragón y de Valencia (y Mallorca). Proselitismo gratuito que deja en
evidencia el marcado carácter chovinista de Ramón Muntaner y su visión
partidista en favor de Cataluña y lo catalán a lo largo de su "crónica".
Un chovinismo catalanista que continua presente en nuestros días, con mayor
virulencia y agresividad si cabe, que viene de la mano del nacionalismo
catalanista (y sus colaboracionistas en tierras valencianas) que pretenden hacer
creer que el idioma Valeciano es solo una variante del Catalán para absorber el
patrimonio lingüístico e histórico-cultural valenciano dentro de sus inventados
y ficticios "països catalans" y "coronas
catalano-aragonesas" imperiales.
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