sábado, 9 de octubre de 2021

LA GERMANÍA AL SUR DE LA CIUDAD DE VALÈNCIA

  Utilizando el argumento de los Veintidós de Gandía, los agermanados radicales consiguieron que, desde la ciudad de Valencia, saliera una expedición de castigo contra el duque de Gandía, lo que ocurrió el 14 de junio de 1521. Su general era Joan Caro, que no tenía ascendiente sobre los soldados y cuyo lugarteniente, llamado Esteve Urgellés, ansiaba su cargo. 

 

Tan pronto como Joan Caro llegó a Alcira, agermanados de Xàtiva se entrevistaron con él. Le pidieron la presencia de las tropas agermanadas en Xàtiva para apoderarse del castillo, que seguía en poder de las fuerzas nobiliarias. Caro no quería hacerlo, porque sabía que el castillo era prisión de Estado, ya que en él estaba cautivo el duque de Calabria, y que atacarlo era enfrentarse abiertamente a la Corona, lo que, hasta aquel momento, no había ocurrido. 

 

Esteve Urgellés, el segundo de Caro, era un agermanado radical de Valencia, hostelero de oficio, que se había dado a conocer provocando algunos alborotos en la ciudad. Ansiaba el cargo de Joan Caro y, por ello, en contra de las órdenes del mismo, se dirigió, con algunas tropas, a Corbera, cuyo castillo sitió y combatió durante dos días sin éxito. Joan Caro, ante la abierta rebeldía de su segundo y, viendo que no se acataba su autoridad, renunció a su mando y regresó a Valencia, donde dimitió, ante la Junta de los Trece de todos sus cargos. 

 

Esteve Urgellés, acudió a Xàtiva, que era ciudad bien fortificada, con recias murallas y el castillo más grande de todo el Reino de Aragón. Desde la ciudad, los agermanados asediaron el castillo y consiguieron tomarlo el 14 de julio de 1521. En dicho castillo estaba preso Fernando de Aragón, duque de Calabria. Los agermanados ofrecieron a este príncipe liberarlo, e incluso, hacerlo rey de Valencia. El duque no quiso ni siquiera tratar con ellos y prefirió seguir cautivo. 

 

Esteve Urgellés había resultado herido durante el asedio al castillo. Por ello, resignó su cargo en su segundo, Vicent Peris y pocos días después murió, a consecuencia de sus heridas. 

 

De esta forma, digamos casual, obtuvo el mando Vicent Peris, un velluter, (terciopelero) agermanado de Valencia, que ya se había hecho notar en la ciudad, por su resolución y capacidad de liderazgo y que vino a ser el personaje más representativo de la Germanía de Valencia. Su primera medida fue escribir a los agermanados del sur del Reino, apremiándoles su presencia en Xàtiva para engrosar el ejército agermanado que iba a enfrentarse inevitablemente con las fuerzas de virrey, que se hallaban concentradas en la Valldigna. 

 

Los agermanados de Orihuela, Alicante, Elche y Alcoy, intentaron acudir a Xàtiva para reforzar al ejército agermanado. Estorbó este viaje, en la villa de Bocairent, una hueste nobiliaria. Por ello, para no perder tiempo ni hombres, cruzaron la Sierra Mariola por senderos, desde Alcoy hasta Alfafara. Para poder hacerlo, se vieron obligados a dejar la artillería en Alcoy por no ser posible llevar los cañones a brazo por los senderos. Finalmente, consiguieron unirse al grupo de los de Valencia, con lo que consiguieron un contingente de más de siete mil hombres, dispuestos a enfrentarse a las fuerzas del virrey. 

 

El virrey había desplazado sus tropas hasta Gandía. En esa ciudad, el 24 de julio de 1521 y en el palacio ducal, tuvo lugar un Consejo de Guerra. El virrey temía entrar en combate, pues no se fiaba de su infantería, formada sobre todo por mudéjares y por mercenarios castellanos, que estaban poco motivados, pero el duque de Gandía y el conde de Oliva, que habían prestado cantidades ingentes de dinero al virrey para pagar a su ejército, insistieron en presentar batalla, para evitar la destrucción de sus estados. Finalmente, impusieron su criterio y se propuso entrar en combate al día siguiente. 

 

El 25 de julio tuvo lugar la batalla junto al río Vernisa, afluente del Serpis en las proximidades de Palma de Gandía. Las fuerzas del virrey eran cinco mil infantes y cuatrocientos jinetes y las de los agermanados, entre cinco mil y ocho mil infantes. El virrey, Diego Hurtado de Mendoza, mandaba personalmente su ejército, mientras que el agermanado estaba mandado por Vicent Peris. Tras un intercambio artillero y antes de llegar a enzarzarse ambos ejércitos en lucha cuerpo a cuerpo, la infantería del virrey se desbandó y huyó, lo que obligó a los caballeros, que habían quedado solos ante el enemigo, a huir también. Aunque el número de bajas fue reducido, la victoria de los agermanados fue aplastante. El virrey huyó a uña de caballo hacia Denia, desde donde embarcó hacia Peñíscola. Otros caballeros se retiraron a Orihuela y a Villena. 

 

El mismo día de la batalla, comenzó el saqueo de Gandía en el que participaron los mercenarios manchegos que habían huido y los agermanados vencedores. Terminado el saqueo, los agermanados se desparramaron por la Safor, buscando mudéjares para bautizarlos, de grado o por fuerza. 

 

La batalla del Vernisa, éxito agermanado, supuso un aumento del prestigio de la Germanía y un notable crecimiento del número de los agermanados al sur del Reino. 

 

Fuentes: Viciana, Martí. “Libro quarto de la Crónica de la ínclita y coronada Ciudad de Valencia y de su Reino”. 1566 

Escolano, Gaspar “Décadas de la insigne y coronada ciudad de Valencia” 1610 

Vallés Borrás, Vicent. “La Germanía”. 2000. 

 

Imágenes: Castillo de Xàtiva. Monasterio de Sant Jeroni de Cotalba. 

 

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