Utilizando el argumento de los Veintidós de Gandía, los agermanados radicales consiguieron que, desde la ciudad de Valencia, saliera una expedición de castigo contra el duque de Gandía, lo que ocurrió el 14 de junio de 1521. Su general era Joan Caro, que no tenía ascendiente sobre los soldados y cuyo lugarteniente, llamado Esteve Urgellés, ansiaba su cargo.
Tan pronto como Joan Caro llegó a Alcira, agermanados
de Xàtiva se entrevistaron con él. Le pidieron la presencia de las tropas
agermanadas en Xàtiva para apoderarse del castillo, que seguía en poder de las
fuerzas nobiliarias. Caro no quería hacerlo, porque sabía que el castillo era
prisión de Estado, ya que en él estaba cautivo el duque de Calabria, y que
atacarlo era enfrentarse abiertamente a la Corona, lo que, hasta aquel momento,
no había ocurrido.
Esteve Urgellés, el segundo de Caro, era un agermanado
radical de Valencia, hostelero de oficio, que se había dado a conocer
provocando algunos alborotos en la ciudad. Ansiaba el cargo de Joan Caro y, por
ello, en contra de las órdenes del mismo, se dirigió, con algunas tropas, a
Corbera, cuyo castillo sitió y combatió durante dos días sin éxito. Joan Caro,
ante la abierta rebeldía de su segundo y, viendo que no se acataba su
autoridad, renunció a su mando y regresó a Valencia, donde dimitió, ante la
Junta de los Trece de todos sus cargos.
Esteve Urgellés, acudió a Xàtiva, que era ciudad bien
fortificada, con recias murallas y el castillo más grande de todo el Reino de
Aragón. Desde la ciudad, los agermanados asediaron el castillo y consiguieron
tomarlo el 14 de julio de 1521. En dicho castillo estaba preso Fernando de
Aragón, duque de Calabria. Los agermanados ofrecieron a este príncipe
liberarlo, e incluso, hacerlo rey de Valencia. El duque no quiso ni siquiera
tratar con ellos y prefirió seguir cautivo.
Esteve Urgellés había resultado herido durante el
asedio al castillo. Por ello, resignó su cargo en su segundo, Vicent Peris y
pocos días después murió, a consecuencia de sus heridas.
De esta forma, digamos casual, obtuvo el mando Vicent
Peris, un velluter, (terciopelero) agermanado de Valencia, que ya se había
hecho notar en la ciudad, por su resolución y capacidad de liderazgo y que vino
a ser el personaje más representativo de la Germanía de Valencia. Su primera
medida fue escribir a los agermanados del sur del Reino, apremiándoles su
presencia en Xàtiva para engrosar el ejército agermanado que iba a enfrentarse
inevitablemente con las fuerzas de virrey, que se hallaban concentradas en la
Valldigna.
Los agermanados de Orihuela, Alicante, Elche y Alcoy,
intentaron acudir a Xàtiva para reforzar al ejército agermanado. Estorbó este
viaje, en la villa de Bocairent, una hueste nobiliaria. Por ello, para no
perder tiempo ni hombres, cruzaron la Sierra Mariola por senderos, desde Alcoy
hasta Alfafara. Para poder hacerlo, se vieron obligados a dejar la artillería
en Alcoy por no ser posible llevar los cañones a brazo por los senderos.
Finalmente, consiguieron unirse al grupo de los de Valencia, con lo que
consiguieron un contingente de más de siete mil hombres, dispuestos a
enfrentarse a las fuerzas del virrey.
El virrey había desplazado sus tropas hasta Gandía. En
esa ciudad, el 24 de julio de 1521 y en el palacio ducal, tuvo lugar un Consejo
de Guerra. El virrey temía entrar en combate, pues no se fiaba de su
infantería, formada sobre todo por mudéjares y por mercenarios castellanos, que
estaban poco motivados, pero el duque de Gandía y el conde de Oliva, que habían
prestado cantidades ingentes de dinero al virrey para pagar a su ejército,
insistieron en presentar batalla, para evitar la destrucción de sus estados.
Finalmente, impusieron su criterio y se propuso entrar en combate al día
siguiente.
El 25 de julio tuvo lugar la batalla junto al río
Vernisa, afluente del Serpis en las proximidades de Palma de Gandía. Las
fuerzas del virrey eran cinco mil infantes y cuatrocientos jinetes y las de los
agermanados, entre cinco mil y ocho mil infantes. El virrey, Diego Hurtado de
Mendoza, mandaba personalmente su ejército, mientras que el agermanado estaba
mandado por Vicent Peris. Tras un intercambio artillero y antes de llegar a
enzarzarse ambos ejércitos en lucha cuerpo a cuerpo, la infantería del virrey
se desbandó y huyó, lo que obligó a los caballeros, que habían quedado solos
ante el enemigo, a huir también. Aunque el número de bajas fue reducido, la
victoria de los agermanados fue aplastante. El virrey huyó a uña de caballo
hacia Denia, desde donde embarcó hacia Peñíscola. Otros caballeros se retiraron
a Orihuela y a Villena.
El mismo día de la batalla, comenzó el saqueo de
Gandía en el que participaron los mercenarios manchegos que habían huido y los
agermanados vencedores. Terminado el saqueo, los agermanados se desparramaron
por la Safor, buscando mudéjares para bautizarlos, de grado o por fuerza.
La batalla del Vernisa, éxito agermanado, supuso un
aumento del prestigio de la Germanía y un notable crecimiento del número de los
agermanados al sur del Reino.
Fuentes: Viciana, Martí. “Libro quarto de la Crónica de la
ínclita y coronada Ciudad de Valencia y de su Reino”. 1566
Escolano, Gaspar “Décadas de la insigne y coronada
ciudad de Valencia” 1610
Vallés Borrás, Vicent. “La Germanía”. 2000.
Imágenes: Castillo de Xàtiva. Monasterio de Sant Jeroni de
Cotalba.
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