Ricart García Moya
Las enfermedades pueden adoptar nombres caprichosos o
estrambóticos, y no por ello se consideran vocablos incultos, de extrema
derecha o de los infrahumanos (para los catalanistas) habitantes de Valencia y
su huerta.
Todos sabemos que la patología más
temida derivó del latín 'cancer', cangrejo; y nadie ha intentado modificar su
morfología, salvo la acentuación, por inapropiada. No sucede igual con el
idioma valenciano, donde tenemos el sust. 'pallola', equivalente al cast.
sarampión y cat. xarampió. Esta reflexión de Sala de Urgencias me vino al
cerebelo cuando me hurgaban muy cerca del mismo con el palito de marras, el del
Covid-19.
Aterrorizado, al elevar la cabeza
observé un cartelón de la Generalitat Valenciana con la tabla de
vacunaciones... en asqueroso catalán. ¡Vaya desconcierto! Te machacan, golpean,
te hacen jirones la conciencia y el bolsillo con dramáticos y apocalípticos
llamamientos en defensa del valenciano en prensa, radio y À Punt; pero, con la
sangre fría del sádico veterano, te empapelan con cartelería en catalán para
liquidar el valenciano.
El argumento esgrimido es la
necesidad de, por ejemplo, que los sanitarios entiendan al valencianohablante.
Es decir, que si uno acude a consulta y explica: "Crec que tinc la pallola
per estes y atres rahons: tinc febra, ulls plorosos y m'estan eixint unes
taquetes...".
El doctor, reciclado por el Servei
de Promoció i Normalització Lingüística, corregirá paternalmente al paciente y
le dirá que tiene "xarampió". Si rascamos de dónde procede esta
sinrazón veremos que todo responde a la obediencia al IEC y, por supuesto, a la
política de ampliar el territorio de Cataluña hasta Orihuela previa unificación
(léase catalanización) del idioma: «xarampió, preferida por Pompeu Fabra, que
Aguiló atribuye a Barcelona" (Corominas: DCECH, V, p.159) Antes de la
llegada de los inmersores salvadores de la Gran Cataluña teníamos nuestra
propia denominación de la enfermedad, distinta a la de los demás idiomas
europeos: euskera elgorri, fr. rougeole, val. pallola, it. morbillo, rumano
pojar, cast. sarampión, cat. xarampió, etc.
El latín palĕa generó abundantes derivados en
valenciano, incluido el que tratamos: “que estava ple de pallola” (Bib. Univ.
de Valencia, Morlá: Ms. 666, c. 1649) “pallola: sarampión” (Ros, Carlos: Dicc.
1764, p. 176) “pallola: sarampión” (Lamarca: Dicc. 1835)
El saco sin fondo del catalanismo
institucional ha creado un atroz ejército de inmersores para convertirnos en
colonia de Cataluña. Nada escapa a su miserable y parasita labor, hasta la
cartelería sanitaria, donde las voces ancestrales valencianas, como pallola,
las convierten en el cat. xarampió. Para esto pagamos impuestos en tiempos del
Covid. 2 “pallola: sarampión” (Escrig: Dicc. 1851) “pallola” (Liern, Rafael Mª:
Telémaco en l’Albufera, 1868) “quína eixida de pallola” (Ovara: Males llengües,
1879, p. 9) "pallola: sarampión" (Fullana, Lluis: Vocabulari
ortográfic, 1921) “expirat aquell matí de resultes de la pallola” (El Buñol,
marzo, 1927, p.7) “morir de pallola” (Sendin Galiana, A.: ¡Grogui!, 1931, p.
11) “li ix a u la pallola” (Casinos, A.: Deixam la dona, Pepet, 1931, p.27) “y
en la calor que fa te va a eixir la pallola” (Barchino, P.: Tot lo que relluix,
1931, p.3) “ma va ixir la pallola” (Sendín Galiana, A.: Ella, l´atra y...,
1934, p.34) “palloler: enfermo o atacado de sarampión” (Escrig: Dicc. 1851)
En fin, hace falta estar ciego,
sordo y mudo para no darse cuenta de que aquí hay un proyecto político
expansionista que, con todos los medios a su alcance, asesina al idioma
valenciano. Y no percibo, creo, que ningún político se enfrente a esta criminal
situación, más propia del nazismo colonialista de los años 30 del pasado siglo.
También sospecho que los políticos
no tienen conocimientos para poder defender ni siquiera el vocablo 'pallola'.
Enfrente hay auténticos fajadores profesionales de la manipulación y medias
verdades. Ejercen de matones auxiliares del expansionismo y, de momento, tienen
conquistadas la Generalitat, la academia de catalán À Punt, la Enseñanza, la
AVL, los medios de comunicación, etc. Hasta Mercadona, Consum o Decathlon se
han sumado a la rotulación en catalán.
El dinero y el poder es la única
ideología de estos salvadores de la Patria = su bolsillo. Hace un siglo, por la
calle de la Paz de Valencia (en la ilustración, frente a Santa Catalina), los
valencianos aún tenían libertad para usar su idioma propio. Así, en la comedia
'De Dar-Drius a l'alquería', ambientada en tiempos de la Guerra del Rif, con
los escarceos amorosos de un soldado valenciano que ha regresado del territorio
africano, la parlanchina Pepa nos habla de la "pascua... y que fan uns
panquemaos" y, en la misma página, chismorrea sobre la vecina que enfermó
de sarampión: "una mostra de pallola tingué ella una vegá" (Matíes R.
Esteve: De Dar-Drius a l'alquería, 1922, p. 12) Al usar Pepa el idioma
valenciano, no el catalán o castellano, emplea nuestro patrimonial vocablo:
'pallola', el ahora prohibido por los parásitos colaboracionistas del fascismo
expansionista catalán.
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