LA CRUZADA VICTORIOSA DE UN PAPA VALENCIANO
(22
de julio de 1456)
Tras
la caída de Constantinopla, en 1453, el sultán otomano Mehmed II pretendía
someter al Reino de Hungría. Su objetivo inmediato era el fuerte fronterizo de
la ciudad de Belgrado.
Los
húngaros estaban mandados por Juan Hunyadi, conde regente del reino, que ya
llevaba dos décadas enfrentándose a los otomanos. En la Silla de San Pedro se
encontraba un valenciano, Alfonso de Borja, con el nombre de Calixto III, que
proclamó Cruzada a la lucha contra los otomanos invasores de Hungría en la
Dieta de Frankfort en 1455. Dicha Cruzada fue predicada por un fraile
franciscano italiano llamado Juan Capistrano, hoy santo de la Iglesia. Con su
prédica, logró reunir treinta y cinco mil hombres, en su mayoría campesinos,
armados con palos, hondas, hoces y guadañas, que se desplazaron a la ciudad de
Belgrado, sitiada por los otomanos.
El
día 22 de julio de 1456 el asedio finalmente, de forma inesperada, se convirtió
en una gran batalla, durante la cual los cristianos hicieron un repentino
contraataque que arrasó el campamento turco. Los otomanos tuvieron más de trece
mil bajas entre muertos, heridos y prisioneros. El sultán Mehmed II resultó
herido, lo que, unido a la derrota sufrida, le obligó a levantar el asedio y
retirarse. La victoria de Belgrado decidió el destino de la Cristiandad.
El
Papa Calixto III ordenó que, a mediodía, tocasen todas las campanas de la
Cristiandad para conmemorar la victoria, celebración que se sigue haciendo
hasta el día de hoy.
La
ilustración es un fresco en la iglesia de San Matías en Budapest. Representa,
en la parte superior, al Papa valenciano, a la derecha al cardenal Juan
Carvajal, leyendo la bula de cruzada y a la izquierda, a san Juan Capistrano
dirigiendo el ataque de los campesinos en la batalla de Belgrado.
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