sábado, 9 de octubre de 2021

BATALLA DE BELGRADO

LA CRUZADA VICTORIOSA DE UN PAPA VALENCIANO

(22 de julio de 1456)

Tras la caída de Constantinopla, en 1453, el sultán otomano Mehmed II pretendía someter al Reino de Hungría. Su objetivo inmediato era el fuerte fronterizo de la ciudad de Belgrado.

Los húngaros estaban mandados por Juan Hunyadi, conde regente del reino, que ya llevaba dos décadas enfrentándose a los otomanos. En la Silla de San Pedro se encontraba un valenciano, Alfonso de Borja, con el nombre de Calixto III, que proclamó Cruzada a la lucha contra los otomanos invasores de Hungría en la Dieta de Frankfort en 1455. Dicha Cruzada fue predicada por un fraile franciscano italiano llamado Juan Capistrano, hoy santo de la Iglesia. Con su prédica, logró reunir treinta y cinco mil hombres, en su mayoría campesinos, armados con palos, hondas, hoces y guadañas, que se desplazaron a la ciudad de Belgrado, sitiada por los otomanos.

El día 22 de julio de 1456 el asedio finalmente, de forma inesperada, se convirtió en una gran batalla, durante la cual los cristianos hicieron un repentino contraataque que arrasó el campamento turco. Los otomanos tuvieron más de trece mil bajas entre muertos, heridos y prisioneros. El sultán Mehmed II resultó herido, lo que, unido a la derrota sufrida, le obligó a levantar el asedio y retirarse. La victoria de Belgrado decidió el destino de la Cristiandad.

El Papa Calixto III ordenó que, a mediodía, tocasen todas las campanas de la Cristiandad para conmemorar la victoria, celebración que se sigue haciendo hasta el día de hoy.

La ilustración es un fresco en la iglesia de San Matías en Budapest. Representa, en la parte superior, al Papa valenciano, a la derecha al cardenal Juan Carvajal, leyendo la bula de cruzada y a la izquierda, a san Juan Capistrano dirigiendo el ataque de los campesinos en la batalla de Belgrado.

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