Ricardo García Moya
Diario de Valencia 17 de
Diciembre de 2000
Vamos
mejorando. En el pasado artículo, sólo dos erratas; la mía, mantrindre por mantindre,
que era importante; la otra, i por y. Tras la aclaración, les invito al averno
político. En la penumbra, Mefistófeles observa la pincelada escarlata de la
sensual Císcar, quintaesencia de Aramis Fuster y Harpo Marx (el de la bocina);
a su lado, un señor de Burriana; ambos pactan con... ¡No, no es creíble esta
historia! Mefistófeles no daría un euro por el lote, pues falta el jefe. El
único que se interesaría por estos héroes del catalanismo sería el patético
Mespantofles. Como es sabido, la popular historia de Fausto y Mefistófeles
inspiró a literatos de toda Europa. Basadas en la vida del infeliz Johan Faust
(n.1480), surgieron variables en las lenguas europeas. En inglés escribió
Marlowe su drama; en castellano, Calderón ideó El mágico prodigioso; en
alemán creó Goethe su inmortal Fausto; y, en idioma valenciano, Escalante dejó
su irónica versión sainetesca.
La voz
Mefistófeles (¿hebraica?), se mantuvo con similar morfología en idiomas europeos
como el valenciano. No obstante, cuando Eduart Escalante y su amigo Balader
comenzaron la versión para zarzuela se propusieron valencianizar todo,
comenzando por situar la acción en una cueva de Burjasot, mutando al doctor
Fausto en el Agüelo Cuc achacoso y enamoradizo. Respecto a Mefistófeles existía
el inconveniente de ser voz conocida de los valencianos, especialmente por la
ópera de Gounod y la de Arrigo Boito, que reestrenaba Mefistófeles en 1875.
Escalante decidió crear el compuesto Mespantofles (mis+pantuflas), sumando
posesivo y sustantivo. La connotación ridiculizaba al maligno ser, convirtiéndolo
en inofensivo. El dramaturgo sabía provocar la sonrisa con violentos cambios
morfológicos y semánticos, la isla de Madagascar la convierte en Maganyascar; y
Rafelbunyol, en boca castellanizante, es Rafael Buñuelo.
Los
normalizadores de El agüelo Cuc (Ed.Generalitat val.1995) confiesan que alguna
voz resistió el descabello; p.e., asunt no la catalanizaron en assumpt por
impedirlo la rima con punt. Olvidan que el castellano arrastraba arcaísmos como
assumpto cuando ya se usaba asunt en valenciano. En el XVIII encontramos
“grande y extraordinario assumpto” (Debón, J.Sermón,.1755); y, en lengua valenciana
del mismo siglo,” en los asunts criminals” (Diario de Valencia. Rahonament, any
1794). Si el IEC ordenara escribir asunt, los inmersores lo aceptarían ipso
facto.
En el
sainete, el anciano Cuc (Fausto) añora el pasado: “¿Qué se feren, ahón están
.../ aquells dies de borrasca, / paelles y berenars,/ y els chelindrons, als
que yo...”. No obstante, en la edición catalanera de la Generalidad observamos
que a los hermanos Sirera -autores de la chapuza- no les guste la palabra
valenciana “chelindrons” por la ch prohibida por el IEC. Por tanto, corrigen al
autor y catalanizan la grafía, “xelindrons”.
Los Sirera dicen que el étimo es castellano. ¿Seguro? En otras zonas donde no
han pactado con Mespantofles no lo tienen claro y luchan por cualquier vocablo.
Los filólogos vascos, por ejemplo, no la repudian y escriben txilindrói arkumea
(cordero al chilindrón). En realidad nadie sabe el origen del vocablo, pero por
los ingredientes (creilles, pimentons, cebes, pebre roig...), quizá «els
chelindrons de pollastre o corder” no fueran exóticos al Reino. De todas
formas, en lengua valenciana documentamos la voz “chelindró” en 1877. En
catalán creo que no existe.
Y
Mespantofles sigue regalando millones. Aquí, en la Universidad de Pedreño están trabajando a destajo en la Biblioteca
virtual Miguel de Cervantes, camuflaje de la virtual Lluis Vives dedicada a filtrar
en la red obras en lengua catalana como La Marguerideta de Joan Maragall (a.
1903), traducción de un fragmento del Fausto de Goethe. Los alumnos aprenden a
decir “la seva minyona, pobresa, noia... ”. Este es el valenciano
pactado. La farsa sigue. En El agüelo Cuc editado por la Generalidad dicen que
respetan el original. Por lo visto, mienten tanto que no son conscientes de lo
que hacen p.e.,. la eliminación de la ch no solo afecta a la voz “chelindrons”,
sino que es sistemática: carchofa la corrompen en carxofa; chiquet, en xiquet;
che, en xe; incluso la interjección valenciana del estornudo de compromiso “i
Apschí...!”, la falsean en “iApsxí!”.
Alegan
que son cambios sin importancia, pero mienten. En las neolatinas hispánicas un
leve cambio consonántico de sordo a sonoro (caracol, en castellano; caragol, en
valenciano; sanc, en valenciano; sang, en catalán), africado a fricativo o
vocalización más o menos cerrada establece isoglosas idiomáticas; chilindrón
castellano, chelindró valenciano y txilindrón vasco.
Los
Sirera encuentran dificultades para entender a Escalante. En versos que
describen una pelea a “cullerotaes”, leemos la enigmática frase “repartix la
sopa a tabes” (El agüelo Cuc.1877) Los Sirera no reconocen que “tabe” también
equivale a golpe, ¡quin tabe li ha donat!. El idioma valenciano moderno asoció
los efectos de la picadura del tábano con los de un pequeño impacto, pero los
Sirera han olvidado por efecto de la inmersión que el «távec” catalán equivale
al valenciano “tabe”; voz culta que respeta el étimo latino “tabanus”: “boca de
tabe, quin cabró...” (Bib. Nic. Primitiu. Ms. 420,h.1780), “tabe: tábano” (Dicc.Escrig,1871), “tabe: tábano” (Dicc.
Llombart,1887) En realidad los Sirera sólo cumplen lo pactado por la Generalidad.
Acabo de leer el anuncio turístico de la Generalidad, pretexto para incrustar
en prensa el modelo de conjugación barcelonés: descobreix, descobreix-la,
descobreix-los, submergeix-te, etc. Mespantofles está culminando su misión en
el Reino.
Notas de
sociedad: ¡Vaya lío que Mefistófeles ha organizado en la filología condal!
Unos sabios dicen que se escribe “Mefistófil” (Dicc. Enc. Catalana, 1985),
pero otros aseguran que es «Mefistofele” (DCVB), sin acento y sin sibilante
final. Pero el etimólogo Corominas, más documentado, dice: “mefistofélic, de
Mephistopheles, nom de persona”(DECLLC). ¿Lo ven? Corominas nunca
defrauda, pues pocos sabíamos que era nombre de persona y no onomástica
infernal. Eso significa que en Cataluña, los padres pueden llamar a un recién
nacido Mefistófil Nicolás o Mephistopheles Constitución. Son ventajas de
alumbrar en el condado y no en este indefenso Reino de Mespantofles.
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