Vicente L. Simó
Santonja
15.12.06 |
00:00. Archivado en Columnas
Quedaría
truncada la información de ayer sobre la referida tertulia, porque podría
incluso pensarse que nunca existió y que tan sólo se debe a su gracejo e
ingenio el "pintar" una de esas tertulias, que deberían ser
frecuentes en tales tiempos (no olvidemos, mediados del siglo XV), y no sólo en
la aristocracia, sino en la alta burguesía. Lo importante es que existía la
afición al cultivo de las bellas letras.
En el
Prólogo a la primera edición (1531), leemos: "De hon, per haver succehit
lo desig nostre per los maravellosos merits, riques sentencies, fructifers
consells e sans avisos e documents de la davall scrita obra, en la adibtio de
aquella, havem sobre los debils muscles de la nostra faca habilitat imposat lo
fexuch i dificil carrech del portar al motle de la graciosa stampa, en la sua
original lengua e primitiva composició, lo suprem edifici traçat, compost y
perfectament fundat per aquell doctissim, molt elegant, digne de perpetua
memoria e universal comendatio, lo magnifich y reverent mestre Jaume Roig,
mestre en Arts y doctor en medicina, compatriota nostre, les odoriferes y
fragants flors del qual verger de la sua scientifica y virtuosa experiencia foren
per ell discretament collides y en ramellets de amorosos versos ab los fils de
la fina seda de molta elegantia concertadament posades". Creo que
deberíamos seguir el consejo de Onofre Almudever (1561), respecto de sus
sentencias, avisos y ejemplos: "Mastega'ls y gusta'ls/ rumia'ls mil
voltes./si vols ben entendre/ sos fraus y revoltes".
En todo
caso, Jaume Roig (1402¿?-1478) es un hombre del siglo XV, anterior al
1490-1500, que muchos investigadores consideran la cima del Renacimiento
(italiano). Fue un gran Humanista que acercó el hombre al hombre. Médico en
varios hospitales de Valencia: d'En Clapers, Hospital General, d'En Bou, de Sor
Isabel de Villena, de los Dominicos. Su libro es un tesoro del vocabulario
valenciano sobre enfermedades, medicamentos, instrumentos, plenes curativos,
síntomas y otras denominaciones referidas a la salud. Sin duda fue un gran
intelectual con amplios conocimientos teológicos, filosóficos, de escritura,
históricos y científicos. Contrario al curanderismo y la superstición se
atrevió a ridiculizar al famoso Averroes ( 'Aben Roys,/ qui u (ho) descrivi,/
algun mati/ ho somnià').
Por si
fuera poca la preocupación por el hombre, en sus versos 15.680-15.693 explica
su dieta, antecedente de la mejor endocrinología moderna: 'Yo cave'n l'ort/ per
mon deport,/ apres passeje/ fins que fameje;/ dijous, diumenge/ he dimarts,/
menge/ carn sense greix/ los tres jorns, peix/ l'u, aygua i pa;/ si no'm trop
sa/ pa i vi vermell'. Hacer deporte , cavando el huerto; pasear hasta tener
hambre; tres días (martes, jueves y domingo), carne sin grasa; dos días (lunes
y miércoles), pescado; y un día, abstinencia a pan y agua. Pero atención, que
si el día de abstinencia (viernes), uno no se encuentra sano, o sea se siente
enfermo y delicado, la abstinencia sustituye el agua por el vino: pan y vino
tinto. Para el siglo en que vivió, setenta y seis años, debía equivalen a
superar hoy los cien. Conviene la dieta, pero yo recomiendo además de ésta
física o corporal, otra espiritual de sólo agua y pan (sin excepciones
alcohólicas tintas) para todos aquellos, que leyendo a Jaume Roig se quedan en
la epidermis de su obra (gracia, sátira, burla), incapaces de calar su
Humanismo.
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