Por Ricardo García Moya
Las Provincias 7 de Noviembre de 1996
Coincidiendo con las insinuaciones de la izquierda progresista (la
que malvive en choza de 300.000 al mes, tres plantas, piscina, garaje, etc.) hacia el Rey Juan Carlos, aparece en una revista católica, dependiente de la
Iglesia valenciana, un dibujo de una señora (¿alegoría de la Justicia?) que
levanta la alfombra para limpiar la suciedad escondida bajo ella; la acción
hace perder el equi- librio al monarca, cayendo simbólicamente de sus sienes la
corona real.
No sabemos las pruebas que esta revista dispone contra el Rey de
Valencia; pero más que este in- sulto temerario, sorprende la página
publicitaria adjunta, encargada por la Diputaciñn de Valencia, como en los cuairibarrados
tiempos de Lerma y Clementina.
EI motivo para que la Genera!idad
Valenciana y Bancaixa mantengan viva con publicidad a esta revista sardanera
son inescrutables. Como es
sabido, pocos la adquieren y es regalada a los centros de enseñanza; aparte de
las entidades citadas, sólo encontramos otro anúncio, el del restaurante donde
parece que la redacción se reúne a meditar sobre: ¿EI hambre en Ruanda, la boda de Cascos, la salud del Pontífice,
la evangelización de Papúa, el
leotardo de la Abradelo? Frío, frío;
las preocupaciones que tienen son más originales.
En el último número que he recibido (gratis, claro) destacan el
ridículo que hacen Zaplana y Rita Barberá; en la página anterior aparece un
"fatxa espanyolista" que, brazo eii alto, grita: "¡España es una!". Poco a poco, el
ambiente se va animando hasta Ilegar al paroxismo de las páginas centrales, donde
tocan su obsesión máxima: la lucha contra la infame España. En buen catalán de
Barcelona, atacan "el càncer del
nacionalisme espanyol, aclaparador (sic) asfixiant".
Y parece que esta línea editorial gusta a UV y PP, pues pegadito a
la soflama contra España aparece otro anuncio de la Diputación de Valencia. Aparte de promocionar a EU, PSOE y UPV ,
está volcada en "normalitzar el
P.V." en catalán. De ahí las faltas ortográficas y la abundancia de
arcaísmos y barbarismos: "nen,
bellesa, pugis, tarda, vas, rodalíes, meva, converteixi, infant, sota o dues, avui”, etc.
En cuestiones históricas son igual de cerriles: habitamos, dicen,
en lo que eran comarcas meridio- nales de la "Corona catalano-aragonesa". No creo que el analfabetismo
histórico Ilegue a tanto; simplemente, son un vehículo del expansionismo
catalán pagado (gracias a asesores corchos) por Bancaixa y la Generalidad.
Curiosamente, los rostros que se asoman en las tétricas páginas
-como el de Ramón Cerdá, co- laborador
de la revista y destacado por las cámaras de TV3- son los que aplaudían en los Premis Octubre y sonreían escuchando el "espanyol qui no boti".
Aparte de las obligadas burlas contra Lizondo, el PP y UV, Rita Barberá, Zaplana y
al Rey Juan Carlos, su misión
pastoral es promocionar a personas y entidades inmersionistas. De ahí que
anuncien el premio de teatro "en
catalá" convocado por el "Micalet", con 250.000 pelas.
Informa sobre actividades "a les
nostres terres" aunque se refieren a las cercanías de Barcelona; concretamerite el Monasterio
de Montserrat y su "setmana" musical.
No hay control para los miles de millones que el catalanismo quema
en el territorio valenciano. Us- ted puede, por ejemplo, visitar la Biblioteca Pública de Orihuela,
dependiente de la Generalidad, y encontrará que las revistas catalanas se
reciben al día, pagadas con dinero del contribuyente y por capricho de los
catalaneros de turno; aunque las "Serra d'Or", "L'Avenç", y "EI Temps" son despreciadas por los
oriolanos; pero sus expansionistas editores reciben las pesetas puntualmente.
Igual de demencial es el derroche en las oficinas de
catalanización que la Generalidad mantiene en las universidades del eje. En la
de Alicante, usted puede cargar kilos de diccionarios de
"Barbarismos",
"Matemàtiques" o qualquier materia en catalán; y si los quiere
editados en la misma Barcelona, también se los regalarán. EI "Servei de Llengua Catalana i comissió de
normalització" distribuye gratuitamente en la Universidad de Alicante
los vocabularios que dispone.
La bodeguilla catalanera de la Universidad de Pedreño sortea viajes a tierras catalanas y regala todo: pegatinas
cuatribarradas, bolsas, diccionarios, carteles, camisetas, etc. Con la
bendición de Pedreño, distribuyen todo el veneno necesario para hacer creer a
los estudiantes alicantinos que pertenecen a Cataluña.
Y si usted quiere libros en catalán, visite las bibliotecas
públicas valencianas. Con dinero del contribuyente han mercado desde el "Discurs sobre el petit fill de puta"
(València, 1990), hasta el "Diari
d'un noi" (Barcelona, 1995).
Pero no se canse buscando el Diccionari de la Real Academia Valenciana; lo
encontrará en la Biblioteca Nacional,
pero no aquí; en el amedrentado Reino de Valencia.
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