Per Joan Ignaci Culla
President de Renaixença Valencianista
Ante el debate de política
general y cerca de una fecha tan señalada para los valencianos, como el 9
d’Octubre, el la que hacemos balance de los acontecimientos más importantes
ocurridos en nuestras tierras cada año; no podemos obviar la reforma del
Estatuto y las claves que han posibilitado su trámite.
La reforma, lejos de
presentarse en “clave valenciana”, se ha convertido en la “hoja de ruta” de
algunas autonomías y el freno a las aspiraciones de otra. Es decir, que se ha
pensado más en los intereses de España en general y de Cataluña en particular,
que en el de los propios valencianos. PP y PSOE se han unido para maquillar, y
no cambiar, un Estatuto, y, así, satisfacer sus intereses partidistas, evitando
entrar en las soluciones que planteábamos y necesitábamos los valencianos:
avanzar en el autogobierno, mejorar la situación económica o algo tan
importante como consolidar las señas de identidad.
El proyecto nació viciado,
por la inclusión y el incomprensible blindaje de la AVL, por parte del
acomplejado PP, para compensar el catalanismo sucursalista del PSPV.
El PSPV, por convicción
propia, y el PSOE, por el chantaje del trilero catalán, con la inestimable
colaboración del PP, han sellado “de hecho”, la unidad de la lengua a través
del dictamen de la AVL, que va a servir como referencia y como excusa para
eliminar definitivamente nuestra lengua valenciana.
Prueba evidente (por si no
lo teníamos claro), de quién son sus aliados, es que el pasado 1 de septiembre
la AVL, subvencionó sin ningún tipo de sonrojo ni cortapisas, con 18.000 euros
a revistas y boletines informativos de asociaciones catalanistas que forman
parte de la “Xarxa d’entitats civiques i culturals dels països catalans”, como
El Punt (con sede central en Gerona), Camacuc, Saó, Centre Excursionista de
Valencia y la editorial Afers, que tiene en su web un mapa reveindicativo de
los països catalans (LP, 7/9/05).
Y es que, la negación a la identidad
propia de los valencianos por parte de nuestros políticos y contar con la AVL,
envalentona a ERC a la hora de pactar el uso de las lenguas en el Congreso sin
el valenciano. Su portavoz, Joan Tardá, declaró: “El acuerdo negociado con los
socialistas representa una gran victoria para el reconocimiento del
plurilingüismo” (LP, 5/9/05). Es más, como los académicos de nuestra
institución, defensores a ultranza del catalanismo, reniegan de la identidad de
nuestros clásicos, el gobierno catalán se los apropia (una vez más), y celebra
la Diada en la Expo de Japón con la lectura de la obra valenciana “Tirant lo
Blach” (LP, 12/9/05).
Y, como Zapatero, no se
atreve a discutir con Carod-Rovira, no porque piense que discutir con un idiota
es bajar a su nivel, sabiendo además, que te gana por experiencia; sino porque
está hipotecado, éste le “exige que en los colegios valencianos se enseñe
catalán”, como sí eso no sucediese en este momento, con el apoyo de la
consellería del PP; cualquier padre que revise los libros de texto de sus hijos
lo ratificará. (LP, 12/9/05).
Y, por si acaso se despista
nuestro presidente, los de ERC lanzan un ultimátum al PSOE para alterar el
Estatuto valenciano. “Presentarán enmiendas a favor de la unidad de la lengua”
(no se conforman con que lo recoja la AVL, ahora quiere más, y necesita que de
forma explícita figure en el Estatut). El diputado Cerdá (que es valenciano),
advirtió que “de no cambiar el Estatuto, tendrá graves repercusiones
para las relaciones mutuas” ya que “se van a complicar mucho la vida en Madrid
y Barcelona” (LP, 19/9/05). Y algo se ha tenido que mover, cuando el secretario
de Organización del PSOE, José Blanco, asegurase que su grupo había alcanzado
con ERC e IU-ICV un “acuerdo global en las líneas generales de los presupuestos
(PGE) de 2006, (ABC.es, 22/9/05).
Y es que, tras los éxitos de
las continuas reveindicaciones de ERC, ahora van más allá y “pretenden la
selección de sexo del bebe” (ABC.es, 21/9/05). No especifican en su petición,
si lo que realmente pretenden es que, nazcan hablando catalán y con bigote.
La sumisión es tal que, el
Instituto Cervantes, que dirige el comisario político Cesar Antonio Molina, y
en cuyo patronato de esta institución oficial, figuran como presidente
ejecutivo José L. Rodríguez Zapatero, además de los ministros de Exteriores y
de Educación y Cultura, ha declarado que sus fines son la “promoción y difusión
del euskera, el catalán y el gallego en el mundo”, marginando el valenciano
(LP, 22/9/05), cosa que no parece importarle a González Pons, después de sus
reuniones con los catalanes y pactar la aniquilación de nuestra lengua.
Y el colmo del entreguismo
al catalanismo, lo protagoniza Joan I. Pla (no sé si por convicción propia, o
en busca de empleo con la OPA de La Caixa, cuando lo sustituyan en política),
en su intervención en la Cortes Generales, abriendo su turno con un discurso
“fusteriano”, reconoce que el Estatuto no excluye las denominaciones que
proponga la AVL, para el valenciano (es decir, el catalán), y asume que la Comunidad
Valenciana, comparte “muchas características” con otros pueblos y comunidades
autónomas. No es de extrañar que con semejante discurso recibiese la
felicitación del ponente de CIU, Jordi Xudá, por tal atrocidad, además, de por
insinuar las glorias de la eurorregión de Maragall (denominación que usa en
lugar de països catalanes para no molestar a los valencianos; LP,
5/9/05).
Y por otra parte, el PP, que
ha pensado más en los demás, que en los valencianos. Ha redactado un Estatut
acomplejado, sirviendo a los intereses políticos de Madrid, “este tipo de
Estatuto es el mío” (Rajoy, en su visita a Crevillente; LP, 17/9/05); “Coincide
con los postulados de Rajoy” (Castellano, LP, 21/9/05) y culturales de
Barcelona (salvaguarda el nombre de valenciano, pero sentencia la unidad de la
lengua con la inclusión de la AVL). Han querido cubrirse de cara a la galería
con la disposición segunda (cláusula Camps), para “no ser menos que nadie”,
cuando la realidad es que no hay proyecto propio, y así lo reconoce Jordi
Sevilla, “es una disposición política que carece de peso jurídico”. Eso sí, el
bipartidismo, se seguirá beneficiando al no bajar la barrera electoral del 5 al
3%, evitando así, la pluralidad política y el sonrojo que le produciría que le
dijesen en la Cámara valenciana, el entreguismo cultural al que someten al
pueblo valenciano, además de carecer de iniciativas propias para liderar a esta
Comunidad.
En definitiva, un Estatuto
pensado para salvaguardar la primera estrofa de nuestro himno regional, como
justificó Trillo en su intervención, al asegurar que se había redactado en
“lealtad” al Estado. Dedicando casi más tiempo en defender que el nuevo texto
“no habla de otra nación que no sea la española, ya que en la Comunidad
Valenciana, cuanto más valencianos se afirman, más españoles se sienten”. En
conclusión, una declaración velada más a la reforma catalana, que a la propia
valenciana.
Hemos perdido la gran
oportunidad de hacer la gran Carta Magna para los valencianos. Un Estatuto en
“clave valenciana”, que reafirmase nuestra personalidad propia y diferenciada,
además de atender las necesidades que nos preocupan, con las soluciones que
este pueblo dinámico es capaz de desarrollar. Nuestros responsables políticos,
no han sido capaces de ver nuestras auténticas demandas, muchas de ellas
nacidas desde nuestro más profundo sentimiento, elaborando por el contrario,
una redacción que no podemos compartir, ni disfrutar este 9 d’Octubre, porque
se ha hecho en “clave antivalenciana”. ¿No creen que ya era hora de: “ofrendar
nuevas glorias al Reino de Valencia”?
No hay comentarios:
Publicar un comentario