Ricardo Garcia Moya
Diario de Valencia 25 de maig de 2003
En
el diario del Ferranet, la faz de Vicent Soler busca la del lector como
pidiendo loas a su valía
intelectual: "Mireume
aspayet, soc yo, Vicent el socialiste, defensor del catalá, el que sap
d'economia, el comprometut ¿Voleu una
lliçó magistral sobre el aturar?". La fotografía oculta su oreja derecha,
recordándome el angustiado autorretrato de Van Gogh. Sentando cátedra, Vicent
airea su apoyo a "aturem" y no
a "parem"; pero, con la
apoyadura hecha un lío, se engancha y repite
"aturem la guerra, aturem l'erosió, aturem acó, aturem alló, aturem
l'aturem, aturem...". Aunque lo de la oreja me intriga, pasaremos a su
jácara "Aturem tot".
Vicent
defiende la reimplantación de "aturar" por haberlo usado Jaume I, St.
Vicent, Roig y Sor Isabel. Con estas cuatro citas, copiadas del diccionario de
Corominas, pretende engatusar al lector; sea éste el panadero somnoliento, un
oficinista nervioso que bebe
el café, el Carrascosa que lee y
otea macizas en lontananza, etc. Estos incautos son las víctimas de nuestros
Van Gotets de la lingüística; pero Vicent hace trampitas (y sabe que se las
vamos a pillar, de ahí su carita seria), al dar a entender que "aturar"
es un verbo emblemático y genuino del idioma valenciano, amagant que's mes
castellá que les gorrites del parruç d'Isabel la.Católica. El verbo aturar era
común a los romances peninsulares: gallego, valenciano, judeo-español,
portugués, castellano y catalán; figurando en el actual diccionario de la Real
Academia Española, igual que aturada: "duración o detención". En las
neolatinas gozó de amplia variedad de matices semánticos, y así consta en
la "Estoria de Espanna" de Alfonso X de Castilla (h.
1270); en textos de Berceo (h.1238), Abraham de Toledo (h.1250), en el Libro de
Alexandre (h.1240), en las Farsas de Lucas Fernández (h.1510), en
Cervantes, etc.
Los
valencianos no sentirían apego al verbo aturar, al escucharlo en castellano y
catalán, decantándose hacia otra familia léxica también común, la derivada del
latín "parare" usada por Joanot Martorell: "se para tal que..:
en terra stigué per bon espay (...), faré parar a cada pas". Si Vicent
hubiera leído algo más a Corominas sabría que "parar" es especialmente
valenciano: "anar a parar, aná a parar en tal puesto". Es decir, uno
camina por la calle o por la vida, metafóricamente, hasta que fija tal lugar
como estable, finalizando su corto o prolongado deambular. El etimólogo catalán
recogía también la morfología moderna: "amollen dos paraes
d'aigua", en idioma valenciano de
la Marina; o "fiquen la pará a la sequia pera regar la finca del
costat", en Almansora; razonando sobre el posible origen mozárabe de topónimos como "La
Parà", en Salem; y "La Pará de Roc", en Albayda, etc. En
Benimasot recoge: "encara es
veu un paraor", igual
que en Benitachell.
Los
vocablos que evolucionaron por apócope en idioma valenciano -sin coacciones
fascistas- se enfrentan a los tabúes impuestos por la RAE y el IEC. Voces
castellanas y catalanas como vegada, vomitada, tornada, parada o aplegada,-
aunque arcaísmos valencianos-, actualmente las consideramos extrañas al idioma
valenciano. Nosotros podemos escribir y pronunciar perfectamente vegada y
tomada sin reducción silábica, como artificialmente hacen los catalaneros; pero
no renunciamos a una característica del valenciano moderno, oral y escrito, con
registros literarios y en prosa filológica de especialistas como Fullana. No
podemos admitir la descalificación de filólogos que viven del expansionismo
fascista catalán. Para ellos, toda singularidad lingüística valenciana es
ridicula y "pera fer riure"; aunque aceptan la bisutería del IEC y su
mascota la AVL.
La
inmersión rechaza que usemos "parem
la guerra", diferenciado del catalán "aturem la guerra" y
castellano "aturemos o paremos la guerra". Tampoco permiten la
braquigrafía "parà", distinta a la "parada"
castellana y catalana; pese a estar documentadas literariamente la apócope y
supresión intervocálica: "a la parà d'atra amiga" (Fambuena: Fer les
cartes, 1881); "te parà en lo mercat" (Ovara:Per tres pésetes, 1881);
"per les paraes del mercat" (El Bou solt,1877); "una
paraeta" (Bib. Nac. Ms. 14185: Chaqués
l´olier. c.1850). El clásico verbo "parar" ha
estado presente desde los clásicos como Martorell hasta nuestros días:
"sinse parar en
torreta" (Coloqui dels platerets, c.1780); "paralitics y
parats" (Conversacions de Saro.1820); "el que va parant el sol"
( Liern: La mona de Pasqua, 1862). "deixar a ú parat" (Escrig: Dicc.
1887). Los gudaris de salón, como Vicent
Soler, podrían exhibir pancartas con
fraseología en idioma valenciano: "Bush, pare vosté el carro (o
l'eixercit)"; "Home parat no fa guerra" (Ros: Tratat,1736), etc.
Los
Vicent Soler son las coristas del teatro catalanero, aplaudiendo el
"aturem" o disimulando la humillación diaria que suponen las
publicaciones de Inmersiomán, la televisión estatal o autonómica, recibos en
catalán, etc. Ahora mismo he escuchado un comentario sobre la saltadora valenciana
Montaner, que un tío de La 2 de TVE pronuncia "Muntané", imitando el
barceloní para hacer méritos. Renuevo el carné ante un cartel que dice
"torn" en catalán, cuando en idioma valenciano es "tanda".
Esta voz de étimo árabe se incorporó al romance valenciano en textos escritos
en el Reino, como la Crónica de Jaume I, que habla de cruzar el Júcar por
turnos, "per tandes", en la misma frase que usa el verbo
"nadar" y el sustantivo "colp" (no nedar, ni cop). Y el
antiguo Carrer del Torn no aludía a "tumo", sino al giratorio torno
para bebés abandonados. En idioma valenciano, aunque el PP imponga el catalán
"torn", diríamos: "Tocarli a u la tanda, deixar passar la tanda,
entrar en tanda, la tanda pera regar, etc" (Escrig: Dicc.1887).
Los
Van Gotet e Inmersiomán rechazan hasta la ch de "chiquet". ¡Qué
tiempos, cuando en la renacentista Venecia
los humanistas valencianos exigían al impresor el uso de la palatal
africada! Así hizo el judío alemán Hertzoc en el Salterio de Roiç de Corella:
"dona enteniment als chiquets" (Bib. Nac. Inc.1462); y, en 1489, el
italiano Paganinus en el Liber de
Esteve: "chiquet... chiqueta menuda". Hoy, con el idioma valenciano
prohibido en la enseñanza y administración, hay que buscar referencias al mismo
en filólogos no contaminados por el fascismo catalán. Así, en el ensayo
"Borges y la palabra", Carla Cordua cita a Schiaffino y sus
comentarios sobre el español, el "gallego, el catalán, el
valenciano..." (Borges Studis.
University of Aarhus, Danemark). Nos esperan otros cuatro años de
parasitismo catalanero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario