Ricardo García Moya
Diario
de Valencia 14 de diciembre de 2003
Aquella mujer -la que
Inmersiomán incrustó como presidenta en su academia-, expresaba malestar:
"en el extranjero se dan clases de lengua valenciana, llamándola
catalana". Mira, Ascensión, no abuses; calla y cobra. Todos saben que sois
vosotros, tú la primera, en catalanizar hasta los jadeos orgásmicos: aixína
que mut y bolchaca. A tu lado -no en Wisconsin-, tienes a los más espasmódicos
catalaneros del orbe. Así, desde hace años, un tal Jordi Colomina desarrolla
frenética actividad (bien pagada), desde la Universidad de Alicante contra el
idioma valenciano y a favor del catalán. Funcionario de la Generalitat
Valenciana y académico tuyo, allí donde puede suelta lo del "catalá al
País Valencià". En París dictó "Com i com en catalá" en el
Col-loqui de la llengua catalana (París, 2000); y, tras visitar la murciana
Serra del Carche, comenzó una obsesiva campaña reivindicando la catalanidad
cultural de la zona: "El català a Murcia", "L'antroponimia
murciana d´origen català", "La influencia del català sobre el
castellà de Murcia" etc. Hasta los monjes de Montserrat rezan por Colomina
y editan sus adoquines; y Campspons, ¡ay!, pide a este ejemplar que decida el
nombre de "la nostra lengua".
Pensat y fet. Huí me'n
vaig al Carche: dents nets, cremallera pujá ¿eh?, depósit ple y huitanta
quilómetros, me pareix, dasta el Fondó dels Flares y Barbarroja, ralla del
Reyne. Los de la Generalidad del PP han anormalizado hasta la última
población, sustituyendo los "colege y polideportiu" por los catalanes
"col-legi i poliesportíu", como manda el IEC. ¡Quin fret fa, foootre! Dos grados en la Cañada del Trigo y, tomando el sol,
la murciana Llidia Samper de 78 años: "Mosatros parlem valencia desde
sempre", me dice mientras evalúa si soy algún pervertido sexual o furta
titos. El acento de Llidia es bello, ancestral, transmitido de padres a hijos
sin interferencias del fascismo catalanero institucional. Llidia es modesta:
"Yo tinc pocs estudis. Vaig tindre un mestre que anava d'un poble a atre
en bicicleta. Mon pare li donava uns dinés... y ara, a la vellea... "
Aquí, en el Carche, sólo
se escucha el reposado verbo de Llidia. El placer de oír idioma valenciano es
profiláctico contra infecciones del Canal 9 de Campspons, o las de mis colegas
que imponen el catalán. Le pregunto por Matilde Amores: "L'atre día la
soterraren a la pobreta". Saboreando la dicción, recuerda su nacimiento
en Los Cápitos (sic), de la Serra del Carche. Ya adulta, "en uns poquets
dinés m´en vaig fer en esta caseta... la del costat es de ma germana; en l´atra
viu un fadrí. No vullgué dona...". Al fondo, una vivienda rural se ha
transformado en coent chalet botifarrero, tipo Consuelito Ciscar. Con sonrisa
escéptica, desengañada, la noble murciana cuenta: "...l´han comprat uns
extrangers que no parlen en ningú de mosatros, y l'han cercat pera que no mos
acostem. Poc a poc, estem quedanmos a soletes". No lo sabe bien Llidia.
El castellano se acerca por el sur y, por el norte, el catalán que enseñan los
maestros del Pinós y los funcionarios de Campspons. De momento, aunque rabien
los Colomina y Ascensión, estos murcianos declaran orgullosos que hablan idioma
valenciano.
Esta situación en Murcia,
que escapa a la ocupación catalanera de los medios y organismos, preocupa a
los comisarios. De la Universitat d'Alacant del PP parten monjes-guerreros del
catalanismo para redactar panfletos que catalanicen la zona. Así, el patatero
ensayo de Ester Limorti sobre "El Carxe" -en puro catalán y donde
afirma que allí sé habla catalán-, fue editado por la Diputación de Alicante de
Julio de España, el despreciador de lo valenciano más caro de Europa (junto a
Trillo Banderolas) y, además, degustador de Raimon. Como es para la Diputación
del PP, Limorti usa catalán puro: "llogarret avui gairebé..., llogarret i
pedania avui disolta, posseix un,,,; Beatriz nascuda a la...". Es lo que
satisface a Julio de España, no el ruin idioma valenciano. Para estas catalanadas,
el Juli y los Campspons siempre tienen la bolsa institucíonal abierta, sabiendo
que los colaboracionistas de Información y Levante callan o aplauden el
despilfarro. A los del Carche les engaña esta panda, pues escuchan la jerga
catalana de Limorti o la de Canal 9 y creen que es el valenciano de Valencia:
"Mosatros parlem el valencia de mosatros. No com el valenciá de Valencia,
ni com el parla vosté" (Limorti: El Carxe, p.185) Yo soy testigo de que
hablan un valenciano perfecto, con lógicas isoglosas dialectales; aunque la
Limorti se asuste de la contracción "moatros" (p,186), o de "un
got bo de vi... la gachamiga blana o tortillera, que diuen, que pareix com si
fora una tortilla" (p.187). La normalitzadora altera topónimos a placer:
"El Carche" (del mozárabe "carrichar"), lo transforma en
"El Carxe"; y "Les Cases dels Flares", en
"Frares"; reconociendo que pronuncian "flares" (p.20).
Desde Barcelona -sin que
la Ascensión diga mu-, ya han tomado posesión: "en aquest s'ha congriat
modernament un veïnat de llengua catalana amb el nom del Carxe"
(Onomasticon. Barcelona, 1995). Muy modernamente no será, fascistas raposos,
pues Llidia tiene 78 años; y su vecino, 91; ambos nacidos de padres murcianos y
valenciano-hablantes. Además, en tiempos de Sant Vicent parece que el idioma
valenciano era usado o entendido desde Cartagena a Favanella (Murcia); incluso
en 1696, en el Certamen poético celebrado en Mazarrón -cerca de El Palmar y
junto al río Sangonera- hallamos valencianismos: alas del Rapenat (sic),
pluvias, garrofet, el bon vin, gabias de Valencia, con din din del Micalet,
baladre;, etc. Por suerte, el Colomina no puede suspender a Llidia por hablar
este idioma valenciano: "yo vullc... hui mos sentén en la taula... un
ingenier me va fer un retrato". Llidia usa el cultismo valenciano
"retrato", del italiano "ritratto", presente en la prosa
manierista: "per orde del senyor archebisbe, fia llevar un retrato"
(Porcar: Díetari, any 1613).
Es tan dañina la factoría
de Ascensión que debiera llamarse "Academia del Encangrenament";
usando una voz valenciana que todavía no nos ha robado el IEC y, por tanto, no
la autoriza su mascota AVL. Esta familia léxica (de voces comunes con el
castellano; p.e., "cangrena"), poseía matices semánticos y morfológicos
que la diferenciaban de "gangrena", por su parentesco con
"cancre" o cáncer. Usual en la lengua valenciana, consta en los
diccionarios; "cangrena, cangrenat, encangrenat, encangrenament"
(Escrig: Dicc. 1851). "Encangrenat, encangrenarse" (Fullana: Voc.
1921); igual que el antiguo francés "cancrena" o el italiano
"cangrena". Pese a que en castellano era frecuente: "crecer la
cangrena" (Sigüenza, J. Hist Orden s. Jerónimo, 1606), y figuraba en el
Diccionario de Autoridades, no creó un derivado como el valenciano "encangrenar",
arraigado incluso en la paremiología del Reino: "barber piados, encangrena
la plaga" (Ros: Tratat. 1736) El refrán aludía a la función quirúrgica
del barbero, burdo extractor de muelas y peor cirujano de llagas o plagas. Ací,
en lo Reyne, al barber Campspons li agrá 1'endenyament catalá y no suprimix
l´Academia del Encangrenament. Mentres, la cangrena ha aplegat al fútbol. ¡Vaja
espectàcul el de les pancartes en catalá, no en valenciá, que s´exhibirén
1'atra nit en Mestalla! ¿ Tenim un Colomina com a president del Valencia? ¿Li
paga molt Catalunya al Valencia C.F.?
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