De Iberos a Musulmanes
Autor:
Valencia d’elig
Se puede decir que Elche entra en el terreno del
conocimiento histórico, avanzando más allá de la simple especulación, a partir
de su nacimiento
como colonia romana a mediados del siglo I a.C., gracias al mayor número de
evidencias arqueológicas y conocimientos históricos que se tienen de esa época.
Conviene aclarar que la
fundación de la colonia romana de "Illici" se realizó sobre una
población
preexistente, con toda probabilidad de marcado componente indígena Ibero, y que
su emplazamiento se corresponde con el del yacimiento arqueológico hoy conocido
como "La Alcudia" (nombre acuñado por los árabes), situado a un par
de kilómetros, más o menos, al sur de la actual ciudad de Elche (lugar donde sería
encontrada en 1897 la "Dama de Elche", busto íbero del siglo IV
a.C.).
Por otra parte,
descubrimientos arqueológicos, tanto de carácter íbero como romano, han sido
también localizados en el actual emplazamiento de la ciudad de Elche, lo que evidencian la
relación y continuidad existente entre la zona del Elche actual con la colonia
romana de "Illici" o con la anterior localidad indígena (posiblemente
de nombre "Iliki" o similar).
Hasta el momento no se ha
localizado en "La Alcudia" ninguna inscripción, ni moneda, de las
muchas que han sido halladas en el yacimiento arqueológico, en la que aparezca
el nombre que romanos o indígenas daban a la localidad, tanto antes de ser
colonia romana, como después de constituirse como tal. Sin embargo, es sobradamente
conocida y publicada la existencia de una inscripción hallada en Italia donde,
haciendo referencia a una persona originaria de Elche, aparece
"ILLICI" como el nombre que los romanos consideraban propio de la
colonia ilicitana.
¿ Cuál sería la correcta
pronunciación de la palabra "ILLICI" en tiempo de los romanos ?
Existen, básicamente, un
par de alternativas:
Una opción sería
"Iliki", y la otra, una pronunciación cercana a "Ilichi"
(ambos ejemplos
según la fonética castellana).
Para entender el por qué
de las diferentes posibilidades sería conveniente hacer una pequeña
aproximación al alfabeto latino clásico y a los sonidos que poseían algunas de
sus letras.
El alfabeto latino
clásico,
si bien es muy parecido al del castellano actual, no es completamente idéntico,
faltándole algunas letras y poseyendo otras un sonido diferente al que
actualmente tienen en castellano.
En concreto, en la
pronunciación latina clásica la letra "C" poseía el sonido
de la "k" y la letra "LL" no existía, tratándose
simplemente de una "L" que podría pronunciarse doble o
"geminada". Además, no existía el sonido de la "ch", ni el
de la "z", ni el de la "c" (ce, ci) que conocemos en el
actual castellano.
Por tanto,
"ILLICI" se pronunciaría "IL.LIKI" o "ILIKI", si
nos atenemos a la pronunciación del latín clásico.
El posible nombre Ibero.
Llegados a este punto
sería interesante comentar los motivos por los que se ha apuntado anteriormente
que "Iliki", o similar, podría ser el nombre que los íberos daban a su poblado
antes de la llegada de los romanos, y que, por tanto, "ILLICI"
derivaría de éste y que no se trataría de un nombre que los romanos pusieron a
la colonia a su libre albedrío, sin relación alguna con el nombre indígena del lugar.
En primer lugar, es muy
probable que los romanos al fundar su colonia romana sobre una localidad ya
pre-existente, lo hicieran de manera pactada con los líderes oriundos del
lugar, por lo que parece lógico suponer que se seguiría manteniendo el nombre de la
localidad. Ya que lo contrario hubiera supuesto la pérdida de identidad
geográfica, política y social del lugar, adquirida a lo largo de muchos años,
que hubiera reportado más perjuicios que beneficios al conjunto de sus
habitantes.
Por otra parte, hay un
rasgo en el nombre "ILLICI" que apunta a que éste pudiera derivar de
palabra íbera. Se trata de la posible presencia del prefijo íbero
"ili-", existente en el nombre de algunas poblaciones íberas de
nuestra geografía penínsular y cuyo significado viene a ser el de
"ciudad" o "poblado" ("Illiberri", por ejemplo,
equivaldría a "Ciudad Nueva"). Así pues, esta posible característica
íbera en el nombre de nuestra ciudad, habría de ser seriamente estudiada, ya
que de encontrársele
al topónimo algún significado preciso tendríamos una evidencia más del carácter
íbero de nuestro "Elche" ancestral.
A todo esto hay que
añadir que hoy día, por los avances realizados, sabemos que el lenguaje del
pueblo Ibero tampoco poseía los sonidos "ll", "ch",
"z", ni los "ce", "ci" anteriormente mencionados
(todos bajo fonética castellana). Mientras que sí que poseía los sonidos
"k" y "l".
De todo lo dicho se
desprende que existe una alta probabilidad de que el nombre de
"ILLICI" derive de nombre íbero, por la posible presencia del sufijo íbero
"Ili-". Además de que los Iberos nunca podrían haber formado nombre
alguno que sonase como "Ilichi" o "Ilici" (sonidos de
"ch" y "ci" castellana) pues dichos sonidos no estaban
presentes en su lenguaje.
Otro dato que reafirma
la pronunciación de la "C" de "ILLICI" como si fuera una
"k", lo hallamos en el libro "El misteri d'Elig" de Rafael
Ramos Folqués, donde señala que los historiadores clásicos Diódoros y Ptolomeo,
utilizando la lengua griega, escribían respectivamente "Helike" e "illikitanos
limen", refiriéndose el primero a la ciudad y el segundo al puerto
ilicitano (actualmente Santa Pola). En ambos casos y sin ningún género de dudas
aparece la letra y el sonido "K" allí donde los romanos colocaban en el
topónimo una "C".
Por tanto, en base a lo
expuesto, no resulta nada descabellado suponer que los romanos derivaron
"ILLICI" de un nombre anterior e indígena de la localidad, casí con
toda seguridad íbero, transcribiéndolo a su alfabeto latino en la
manera que a sus oidos sonaba la pronunciación de los lugareños, que en
cualquier caso no sería otra que "IL.LIKI" o "ILIKI".
El "Elice" hispanogodo.
¿ Cómo explicar que en
nuestros días el nombre de nuestra ciudad ilicitana se pronuncie "Elche" o
"Elig" ("Elch") y no "Elke" o "Elk" ?
Este aspecto enlaza
directamente con la posibilidad de que los romanos pronunciaran la
"C" de la palabra "ILLICI", con un sonido parecido al de la
"ch", en vez del sonido "k", del latín clásico.
Es bien sabido que
muchas de las lenguas romances actuales, derivadas del latín vulgar, no
pronuncian las combinaciones "ce", "ci" como
"ke", "ki" (aunque para "ca", "co" y
"cu" si que utilizan el sonido "k").
¿ Es posible que los
romanos que estaban en "ILLICI" en el momento de su fundación como
colonia romana, escribieran en un latín clásico "formal" que
conservaba el sonido "k" para la letra "C" y sin embargo
hablaran un latín vulgar en donde ese sonido clásico "k" ya no se
respetaba ?
El hecho de que Diódoros
y
Ptolomeo, escribiendo en griego, utilicen la letra y sonido "k"
(Helike, illikitanos) parece indicar que la colonia romana era reconocida en
otros lugares con la presencia del sonido "k" en su nombre y no con
uno próximo a la "ch". No obstante, aún en ese caso, es todavía posible que
el latín "culto", utilizado en la burocracia y documentación oficial,
mantuviera el sonido "k" para la "C", mientras que en el
latín "vulgar" hablado por las gentes de "ILLICI" eso no
sucediese.
Lo que sí parece
constatado es
que, posteriormente, en la etapa de dominación visigoda (algunos siglos más
tarde), en el latín vulgar hablado en los territorios hispánicos no se
pronunciaba la "C" como "k" en las combinaciones
"ce", "ci", sino que en tales casos tenía un sonido más o menos
próximo al de la "ch".
Es igualmente en esa
época visigoda cuando el nombre de "ILLICI" comienza a adoptar formas
diversas con aparición de la "E" en sustitución de la "I"
(Elici, Elice, Elece, son algunas de las formas que para esa época Aureliano Ibarra
Manzoni recoge en su libro "Illici, su situación y antigüedades").
Resulta más que evidente el enorme parecido fonético que presentan estas formas
hispanogodas con el actual nombre de Elche.
Para más tarde, bajo
dominación musulmana, existe la creencia generalizada de que los invasores musulmanes
fundaron una nueva ciudad en el emplazamiento del Elche actual, a la que
bautizaron con el mismo nombre de la, ahora, localidad hispanogoda (ajustándolo
a la fonética de su lenguaje).
¿ Por qué los musulmanes no
dieron a su nueva y recién creada ciudad un nombre arábigo propio y por contra
le adjudicaron el mismo que tenía la, todavía presente, localidad hispanogoda
que se encontraba unos tres kilometros al sur de la nueva localidad ?
Cabría preguntarse si
dicho traslado y fundación fué realmente producto de una decisión tomada por
los invasores musulmanes o si acaso ya se habría producido con anterioridad a
la llegada de éstos.
Alejandro Ramos Folqués
en su libro "Historia de Elche" da cuenta del hallazgo de
unas monedas visigodas anteriores, por escasos años, a la invasión musulmana de
la "ILLICI" hispanogoda, y Aureliano Ibarra Manzoni en "Illici,
su situación y antigüedades" expone "que en el año 862 era obispo
illicitano Theudeguto", lo que demuestra la pervivencia, aún bajo dominio
musulmán, de población hispanogoda en "ILLICI".
Ahora bien, habría que
tomar en consideración la posibilidad de que con anterioridad a la invasión
musulmana, hubiesen sido los propios dirigentes hispanogodos de "ILLICI"
los que hubiesen trasladado su centro político al emplazamiento que actualmente
posee nuestra ciudad, quizás ante la necesidad de un mejor emplazamiento
defensivo que los salvaguardara de los diferentes actos de saqueo y pillaje que
venían padeciendo. Esta nueva ubicación se realizaba en una zona en la que
existía desde antíguo una estructura de "centuriato" y regadío
romano, y villas de origen romano más o menos complejas y habitadas, que
dependían políticamente del "ILLICI" original.
Esta posibilidad
permitiría entender por qué los musulmanes optaron por instalarse en la zona
del actual Elche (nueva urbe hispanogoda) y no en el "ILLICI"
original. También, por qué no acuñaron un nombre nuevo para la ciudad que
supuestamente ellos mismos fundaban, en vez de usar el nombre de un poblado
situado tres kilómetros más al sur. E igualmente, aclararía por qué los
musulmanes, sin necesidad aparente, re-bautizaron al antíguo enclave romano o
hispanogodo con el nombre de "Al-Kudia" ("monte pequeño aislado
en el llano"),
cuando había conocimiento preciso de que "ILLICI" era el nombre que
ostentaba ese lugar desde antíguo.
En resumidas cuentas:
La re-ubicación por
parte de los hispanogodos del centro político de "ILLICI" en el mismo
emplazamiento del Elche actual supondría el nacimiento de una nueva urbe que
desposeería de nombre, atribuciones y peso poblacional a la antígua
"ILLICI" (que acabaría convertiéndose en un mero suburbio). Esto
explicaría en gran medida los motivos por los que los musulmanes optaron por
instalarse donde lo hicieron (en el nuevo "ILLICI" hispanogodo) y por
qué aceptaron el nombre existente cuando tomaron el control político de la
nueva localidad.
El nombre árabe de Elche.
En un texto del antíguo
historiador árabe Al-Edrisi, aparece mencionado en árabe el nombre de la localidad
ilicitana, la cual está escrita con las letras árabes "alif",
"lam" y "shim"; cuya correspondencia fonética vendría a
ser: "a/e", "l", "sh inglesa" ("ELSH").
Como ya se ha comentado,
fueron los hispanogodos los que comenzaron a introducir la "E" en
lugar de la "I" en el nombre de "ILLICI", de tal forma que,
conociendo los musulmanes el nombre de la localidad por boca de aquellos, es
lógico que acabaran acuñando el nombre de "Elsh" a partir de las
formas hispanogodas
"Elici", "Elice" o similares.
Convendría aquí aclarar
algunos aspectos de la escritura árabe que explicarían la aparente perdida de
las vocales interconsonántica y final "EL(I)C(E)".
La escritura árabe es
consonántica, lo cual quiere decir que (salvo excepciones como "alif"
("a/e")), solo se escriben las consonantes sin que aparezcan vocales
entre ellas. (Es como si para escribir la palabra "careta" solo
pusieramos "crt"). El lector tiene que recrear las vocales ausentes
dependiendo del contexto semántico del escrito. En árabe, llegar a saber cuál
son las vocales apropiadas para una raíz consonántica no es tan complicado como
en castellano, ya que cada raíz consonántica suele poseer un juego de
significados afines y no varios inconexos entre si como sucede en castellano.
Por tanto, escribiendo
en árabe "Elsh" aún cabría la posibilidad de poderse pronunciar una
"I", no escrita, entre la "l" y la "sh"
("Elish") e incluso añadir una vocal, tampoco escrita, al final de la
palabra ("Elishi", "Elishe").
Haciendo uso una vez más
de la magnífica obra de Aureliano Ibarra Manzoni, "Illici, su situación y
antigüedades" (donde el autor ya adelantó y consignó algunas de las cosas
que aparecen en el presente texto), localizamos "ELIXE" como el
nombre árabe
que nuestra localidad recibía en "La división de las provincias de España,
llevada a cabo del 746 al 748 por Jusuf el Fehri".
Aún sin llegar a aparecer el
nombre escrito en grafía árabe no se puede más que considerar que su escritura
no sería otra que
la anteriormente aducida para "Elsh" ("alif",
"lam" y "shim"), pues como ya se ha dicho, las vocales no
se escriben en árabe y la "X" del presente caso no es sino otra forma
de transliterar la letra "shim" a nuestro alfabeto latino
("E-L-i-X-e"). Unicamente cabría matizar algo que no se ha dicho hasta ahora, y
es que en la escritura árabe se pueden utilizar, opcionalmente, unos signos
diacríticos, que se sitúan por encima o debajo de las consonantes, que indican
la vocal que se ha de pronunciar. Dicho ésto, sería necesario comprobar la
original escritura árabe de "ELIXE" dada por Jusuf el Fehri, para
saber si se ha hecho uso de tales signos diacríticos o no.
En cualquier caso, lo
que está claro es que el nombre de nuestra localidad empleado por los musulmanes
derivó directamente del usado por los hispanogodos habitantes de
"ILLICI", (heredado a su vez de hispanorromanos e íberos),
transformándose en mayor o menor medida en función de la fonética propia de la
lengua hablada por los invasores islamitas.
Resulta también evidente la
enorme coincidencia del nombre musulmán de la ciudad con los que posteriormente
recibiría por parte de los diferentes reinos cristianos que tuvieron bajo su
dominio a la villa ilicitana. Aspecto éste que será debatido en otro capítulo a
fín de no alargar excesivamente el que ahora nos ocupa.