martes, 24 de mayo de 2016

LIBROS DE AUTOEDITORES



El próximo fin de semana, dias 27, 28 y 29 de mayo de 2016, estaré en la caseta de PUBLISHING CIRCUS, en el evento Palo Market Fest, ubicada en los Jardines de Viveros.

lunes, 16 de mayo de 2016

LAS TRES MENTIRAS FUNDAMENTALES DEL PANCATALANISMO VALENCIANO


Autor: Valenciadelig
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Hay mentiras que los pancatalanistas, a fuerza de repetirlas ellos mismos una y mil veces, se las han llegado a creer de tal forma que, aparte de otorgarles un estatus de "verdad absoluta" e incuestionable, las emplean como base de su discurso propagandístico e intoxicador en tierras valencianas (o donde se tercie).

No sé si la gente, o el pueblo valenciano en general, se llega a creer nada de lo que esta gente pregona. Lo que si es cierto es que los pancatalanistas manejan las siguientes tres premisas falsas (entre otras), como si de dogmas de fe se trataran.

1) Los valencianos somos todos descendientes de catalanes.
2) La Lengua Valenciana es el catalán.
3) La Comunidad Valenciana pertenece territorialmente a la "Gran catalunya".

En base a estas tres premisas falsas, los pancatalanistas quieren convertirnos a todos los valencianos (y a lo valenciano) en catalanes y en una región catalana a las ordenes de la "Gran cataluña".

Que cada cual reflexione acerca de si lo que cada una de esas premisas dice es cierto o falso. Yo por mi parte tengo claro que ninguna de ellas tiene una base objetiva firme sobre la que sustentarse. Son simples "eslogans", sin fundamento, fabricados con la única finalidad de intoxicar y manipular la consciencia colectiva del pueblo valenciano. "Eslogans" que se pretenden introducir en la mente de las personas a través de la repetición machacona y continuada de los mismos y que lo único que buscan es legitimar y "abrir cuña" a la rapiña cultural y territorial valenciana para exclusivo beneficio político de la "Gran cataluña" ("Països catalans").

http://www.valenciadelig.cjb.net
Editado por valenciadelig, Sabado, 15 de Mayo de 2004, 01:06


LAS TRAMPAS COTIDIANAS


Por Ricardo García Moya
Las Provincias 3 de Junio de 1997

En el último  número  de la revista  "Escola catalana", un anuncio pagado por la Generalidad de   Pujol  agradecía al  Congreso de Diputados que, desde ahora, "podrán etiquetar en catalán productos tradicionales de nuestra tierra, como l'allioli". Oue sepamos, el ajoaceite es tradición valenciana,  por lo que sobraba en el anuncio el posesivo "nuestra".
Hace más de un siglo y medio, en el sainete "L'agüelo PoIlastre”, de Chusep B. Baldoví  (como él escribía su nombre)  ya ofrecían en una taberna de  Alfafar "all y oli, tenques, Ilises, Ileu en salse y Ilonganises” (p.  6).
Están  sembrando confusión  en todo. Así, un lector confrontaba "abaecho y bacallat" (EI  Cabinista, 20-5-97) atribuyendo más pureza valenciana al primer vocablo, siendo un error provocado por la consigna inmersora de que todo procede del condado norteño. Nada más opuesto a la realidad. Esta palabra vino a España hacia el 1500, y por su origen pelean los que se dedicaron a la pesca del sabroso teleósteo: rusos, vascos, germanos y portugueses. Aparece en Portugal y Castilla con  la variable bacallao (Enciso,  1519) generando las variables conocidas: bacallá, bacallar y bacallat. Respecto al valenciano abaejo o abaecho equivalía al abadejo castellano, un dìminutivo de abad que no era insólito, pues otros peces fueron Ilamados capellans.
Más  conflictivo  es  el  aladroch, sustantivo que todos suponíamos valenciano hasta que el Dr. Corominas dijo que era "palabra esencialmente catalana" (DCECH).
No habria nada que objetar si  la  atribución  se  fundamentara  en documentos, pero el más antiguo que aporta es el Diccionario  de la  Real Academia de 1884, en el que sólo consta aladroque y como murcianismo.
Tanto el lexicógrafo como el Institut d'Estudis Catalans no tuvieron en cuenta el catálogo "dels peixos en Ilengua valenciana", de Orellana (año 1802)  o el diccionario valenciano-castellano de Lamarca (año 1839), donde también figuraba el nombre del pececillo.
Y aquí convendría advertir a la vehemente Pilar Rahola (la del cientificismo) que el Institut d'Estudis  Catalans cuadra la teoría de la unidad lingüística a cabezazos  mortológicos,  pues recoge aladroch sin la ch final (norma del IEC) despreciando el catálogo de Orellana y el diccionario valenciano de Escrig (1850), donde figuraba con ch, y no como murcianismo.
Aladroch es el vocablo valenciano equivalente al seitó catalán o al castellano boquerón. EI término deriva del árabe ázraq (azul) y está documentado en la Edad Media: en 1456 las autoridades del Reino de Valencia ordenan a un moro de Pedreguer que abone la cantidad que debe al cordelero Andreu Ribes, el moroso se Ilamaba Aladroch (ARV, Bailia, 1151 ). Como es sabido, plantas y animales originaron apellidos: Fenoll, Figuera, Moll, Sorell, Corder, Bou, Blat y, en este caso, Aladroch.
Del mar de Valencia a su huerta. En el Reino usamos las dicciones tomata y tomaca; pero, al  coincidir esta última con la catalana, los inmersores afirman que es la culta y -cerrando vocal- pronuncian "tumaca" como en Cataluña.
Quizá ignoran que tomate, tomata y tomaca proceden del náhuatl tómatl,  nombre  de  la herbácea mejicana que comenzó a cultivarse en España en el siglo XVII, cuatrocientos años más tarde de la entrada de Jaime I, por lo que se incorporaron a la lengua valenciana hacia el 1600, procedente de una lengua amerindia.
La voz culta tomata -etimológicamente fiel a tómatl- estaba extendida en tiempo de Cavanilles y, posteriormente, la encontramos  popularizada  en sainetes decimonónicos: "sofrechit en tomata" (Llombart, Abelles, 1878, p. 42). Tan correcto es "pa en tomata" como "pa en tomaca", y no supone catalanización, salvo que Racionero descubra que el nahualt mejicano era dialecto de la lengua  del principado sin príncipe.
Nos manipulan como quieren.
En los diccionarios inmersores (que obligatoriamente usan nuestros hijos) figura platja como forma culta, con la tj de marras.
Pues bien, esta palabra es tan dudosa de origen que lo mismo podría proceder del latín tardío que del mozárabe; en  ambos casos, la citada T es un postizo pedante y un pecado etimológico. En la misma Cataluña del siglo XV, en  el  dietario de la Generalidad anotaron el 11 de agosto de 1468  que, al  estar "en  guerra  con  los  valencianos', habían capturado un navío con tejido de aquel Reino, trasladándolo  a  la  "plaia"  de Barcelona.
De  igual  modo, cuando Onofre Pou escribe en Valencia su Thesaurus (año 1575) anota la forma "plaja”, igual que haría siglos después Fullana, sin la T.
Ahora bien, si los valencianos siguiéramos el criterio de singularizar nuestro idioma, adoptaríamos la variable "placha" exclusiva de la lengua valenciana y documentada antes de 1707 en carta del escribano del Palacio Real de Valencia: "lo dia 10 de agost, la armada ancorá en la placha de la Vila de Altea"  (B.  Univ. Valencia, Ms.  16). Pero estamos demasiado acomplejados para adoptar lo verdaderamente nuestro.


LAS TRADUCCIONES DE BONLLABI AL IDIOMA VALENCIANO


Ricardo García Moya
Diario de Valencia 18 de Noviembre de 2001

No saben qué hacer con Bonllabi, aquel humanista ca­talán que tradujo “en llengua valenciana” los manuscritos provenzales del Blanquerna y Scala Dei en 1521 y 1523, res­pectivamente. Nuestro idioma se anticipaba al de los vecinos, pues los impresos de Lulio en castellano y catalán fueron más tardíos; incluso en 1749 los mallorquines recurrieron a nuestra edición para publicar el Blanquerna, tal como re­cuerda la portada: “traducido fielmente ahora del valenciano y de un antiguo manuscrito lemosino, al castellano (Blan­quema. Mallorca, 1749).
Los catalanes no admiten es­ta realidad documental y ase­guran en la Gran Enciclopedia Catalana que: “Joan Bonllavi es autor de la primera edición de una obra de Ramón Llull en catalán”. En el original, Bonllabi declara que lo traduce a la lengua valenciana, labor que finalizó en plena guerra de Germanías y que pudo afectar negativamente, pues hay deta­lles de pobreza literaria; p.e., la constante utilización de ex­presiones como “estes parau­les”; aunque podría responder al interés por valencianizar el Blanquerna, rechazando las catalanas “aquests mots” y “aquestas paraulas”; con igual criterio rechaza el arcaísmo femenino “dues”, usando siem­pre el valenciano moderno “dos” (“partit en dos parts”). Pese al alejamiento morfológi­co del valenciano renacentista, observamos desinencias prohi­bidas por la inmersión catala­nera: “ixc, naix, yo no obeixc” (De matrimoni, f.VI), opuesta al “jo no obedeixo” catalán. También rechaza la epentética t en el infinitivo “desijar”, forma culta y opuesta al metaplasmo catalán “desitjar”. Con el neutro, Bonllabi escribe “lo que tu vols”, que traducido por los artistas del diario Le­vante sería: “el que tu esti­mes”, chapuza sintáctica que genera anfibología.
Todo indica que Bonllabi, huyendo de la Germanía, se trasladó a Barcelona en 1521 con la traducción a “la llengua valenciana” del Scala Dei en la mochila. Allí la publicó en 1523, tres años antes de fallecer en la misma ciudad levanti­na. Se supone que era sacerdo­te, pero no como los motilones de Saó que te clavan las cuatro barras y el avui a la menor subvención. El texto de Bon­llabi presenta alternancias en la valencianización, como si hubiera folios que él sabia que serían revisados, y donde es evidente que exagera el proce­so, pues no es normal que en 1521 aparezca la grafia “llóchi­ca” (“aprengué llóchica y rethórica”, f.4 ). Bonllabi utili­za el sustantivo prejui (no pre­judici), y la conjunción men­tres, (“mentres que Blanquer­na aprenia en esta manera”, f.4 ), jamás el arcaísmo “men­tre”, usual en presentadores como Forés. Tampoco cae en el barbarismo de escribir “amb”, voz tan emblemática de la in­mersión como la cruz gamada del nazismo (si Canal 9 quita lo de “amb Eduard”, pone lo de “Queda’t amb mi”) Bonllabi rechaza el “lleial” catalán y emplea el “lleal” valenciano, siguiendo a Martorell (lleal­tea). Los colaboracionistas destrozarían la morfología de Bonllabi, convirtiendo los va­lencianos “parais, pobrea, chich, naix, almorsar, homens, jovens, prolech, delits, riquees, viuda, desijable, recontat, maestria, servicis, fret, quint, vert, sanc, fanc...”, en los bar­barismos “paradís, pobresa, xic, neix, esmorzar, homes, jo­ves, próleg, delictes, riqueses, vídua, desitjable, recomptar, mestria, servei, fred, cinquè, verd, sang, fang...”. El huma­nista valencianizaba en el 1521, mientras que la Genera­lidad valenciana gasta miles de millones en catalanizamos en el 2001.
Los ascensionistas (si les queda tiempo en la discusión sobre el asunto de las pelas académicas) dirán que si “ví­dua” es más latinizante (en realidad, latín puro sin el acen­to), o que “maestria” es caste­llanismo . No hay que hacerles ni caso, pues ocultan que “maestre” es habitual en la prosa medieval: el 27 de mayo de 1389, el Consell de Valencia cita “al reverent maestre Francesch Eximenis” (Arch. Mun. Val. Claveria, 23, J), y la carta del rey Martí de Valencia, fechada el 15 de febrero de 1398, trata “dels salaris dels ­doctors e maestres” (ACA, reg. ­2.289, f.92), y así podríamos seguir hasta que nos durmiéra­mos. Tengo aquí el ejemplar de 1521 y veo que Bonllabi escri­be “empachat, llaugerament” (f.85), no "empatxat” ni “lleu­gerament”. Respecto al arcaís­mo “lluitar” -que ya era mal visto por los clásicos- es susti­tuido por “guerrejar” (f.92): Resucitado por la Renaixença catalana, lluitar se filtró al va­lenciano de los poetas floreros de los jocs barceloneses y otras mandangas circense-idiomáti­cas. El ambiguo Thous y su “Cançó de lluita” de 1924 extendió el engendró, rematando el grajo de Eixátiva con su “lluitarem amb força” (...per les subvencions, clar).
La traducción de Bonllabi enlaza con la prohibición de voces tan valencianas como “asesí, asesins”, y la imposi­ción de las catalanas “assassí, assassins”. El vocablo valen­ciano deriva del usado por Bonllabi, y supongo que sería el utilizado por Lulio hacia el 1300. En el texto valenciano de 1521 leemos: “dos axixins havien mort a un Rey cristiá” (f.83), relato que pudo escu­char en sus conversaciones en árabe con los sabios islámicos. La voz axixí aludía a los adep­tos de una secta que -embria­gados con hachís o cáñamo índico-, asesinaban a políticos y comerciantes entre Siria y Pakistán. El valenciano “asesí”, etimológicamente más correcto que el catalán (copia tardía del italiano assassi), sólo alteraría las fricativas y la abertura de la vocal pretónica respecto al modelo luliano, el más cercano cronológicamente al étimo (en el XIII corretea­ban axixins por la zona donde se escondía Rin Laden). Por tanto, cuando el inmersor en­señe a su hijo la voz “assa­sins”, hay que recordar a Bonllabi y a Porcar, que en 1626 escribía: “un famosisim asesí” (Porcar. Coses, 1626, f.481).
Y hablando de axixins, mi co­lega catalanero Moncho me acaba de traer calentito un ejemplar de “La pols i el desig” (Bromera, 2001), premiada por Rita Barberá con dos kilos de nuestros impuestos, más la cama de Bromera. En la porta­da aparece la fotografía de unos ojos y frente con expre­sión concentrada, como la de un bloquero que estuviera ji­ñando con esfuerzo y tesón. Como se parece a Moncho, le he preguntado si es él, pero dice que no , que es un diseño de Solbes. Yo sigo pensando que le pillaron con las manos en la mona, ¡perdón, en la masa! Moncho es un bon chic que es­criu en catalá del IEC, mentres que Bonllabi triava paraules del idioma valenciá. En fi, ya voré si aclarixc el misteri de la portá del libre.

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6.    Y por tanto, «el valenciano es uno de los dialectos catalanes» (M. Sánchez Guarner, La llengua..., p. 3).

, catalán, provenzal, mallorquín. Al degenerar e: latín vulgar, según las regiones, en bajo latín (mientras se seguía escribiendo, mal que bien, hasta las fronteras da lo vulgar, el latín culto) es el que, como lengua hablada: da origen a las diversas lenguas romances. Nadie se atreve a decir que en esta fase primordial el valenciano se deriva­ra del catalán; los dos nacen más o menos simultáneamen­te, de forma autóctona, aunque emparentada, como por lo demás les sucedía a todas las demás lenguas romance, en general e hispanorromanas en particular.



LAS TESIS ANTIVALENCIANAS DEI. PANCATALANISMO

 

Por: Ricardo de la Cierva

Durante casi siete siglos el Reino de Valencia, integrado desde su nacimiento en la Corona de Aragón y a través de ella en la Corona de España, vivió en la Historia sin la menor duda sobre su identidad. Coexistían pacíficamen­te, fraternalmente, desde la propia conquista dos lenguas en su territorio, a las que todo el mundo, dentro y fuera del Reino, denominaba -sin excepción alguna- castella­no y valenciano, que gozaban de la misma dignidad y res­peto; lengua castellana, lengua valenciana. Algunos escri­tores geniales del reino utilizaron la lengua valenciana -Ausias March, Joanot Martorell-, otros el latín, como el humanista Luis Vives; otros el castellano, como Gaspar Gil Polo y Guillén de Castro; todos ellos con la convicción de usar un idioma propio, no ajeno ni menos extranjero. Siete siglos es una larga etapa histórica de asentamiento regional y cultural, que parecía estable y definitiva. Hasta que ya en nuestro tiempo, desde los comienzos del siglo XX, la fuerza expansiva del catalanismo naciente convertido an­tihistóricamente en pancatalanismo montó una campaña demoledora, penetrante y tergiversadora contra toda esa agitadísima tradición; estudiaremos luego los impulsos los jalones de esa campaña. Ahora nos basta con enumerar sus tesis principales, inoculadas a la opinión culta y sentir popular del Reino de Valencia en nuestro siglo -de fuentes catalanistas, pero con habilidad suprema, gracias a la cooperación inconcebible de una quinta co­lumna valenciana que ha colaborado en la invasión con el mismo entusiasmo con que los tlaxcaltecas ayudaron a Cortés para conquistar el imperio de los aztecas. Estas te­orias son las siguientes:

El Reino de Valencia, devaluado en nuestros días lo País Valenciano (un invento y denominación que ya, existieron), forma parte hoy, como la había formado siempre, de una entidad histórica y cultural llamada Paisos Catalans o Catalunya Gran. Así, el tlaxcalteca Joan Fuster: «De Salses a Guardamar, de Maó (Mahón) a Fraga, som un poble, un sol poble» (Nosaltres els valencians, p. 134).

2.    Esta «realidad» nació por derecho de conquista en el siglo XIII: «Las Baleares y Valencia fueron pobladas por catalanes, y nuestra lengua es la misma con variantes locales. Obra suya, por tanto, es la formación de la Gran Cataluña» (Ferran Soldevila, Resum d'história..., p. 67).
3.    Otro tlaxcalteca famoso, Manuel Sanchís Guarner, tenido casi hasta ahora por intocable (cuando es realment­e uno de los quintacolumnistas más tocables de todo el .concierto), concreta los orígenes del bilingüismo: «La zona litoral fue repoblada por catalanes y hablaba catalán; el :entro de la interior lo fue por aragoneses v hablaba cas­tellano» (tesis de 1956).
4.       No hubo por tanto una lengua valenciana inicial en la conquista; los mozárabes del Reino de Valencia, que pu­dieron guardar su religión y su romance, habrían sido ani­quilados por las convulsiones islámicas -almorávides, almohades- y en la Valencia de los siglos XII y XIII no dejaron sino leves vestigios de romance, nada parecido a una lengua valenciana primordial. Por tanto la len1ua va­lenciana actual se deriva directamente del catalán que irrumpió en la conquista; no es realmente valenciano sino catalán.
5.    Pese a que este presunto catalán del Reino de Va­lencia no florece más que en una parte del territorio, el País Valenciano no es Aragón, ni Castilla, sino que forma parte de Cataluña, la Gran Cataluña, los Países Catalanes. Se toma, pues, la parte por el todo, para luego convertir al todo en parte de una entidad superior.
6.    Y por tanto, «el valenciano es uno de los dialectos catalanes» (M. Sánchez Guarner, La llengua..., p. 3).

, catalán, provenzal, mallorquín. Al degenerar e: latín vulgar, según las regiones, en bajo latín (mientras se seguía escribiendo, mal que bien, hasta las fronteras da lo vulgar, el latín culto) es el que, como lengua hablada: da origen a las diversas lenguas romances. Nadie se atreve a decir que en esta fase primordial el valenciano se deriva­ra del catalán; los dos nacen más o menos simultáneamen­te, de forma autóctona, aunque emparentada, como por lo demás les sucedía a todas las demás lenguas romance, en general e hispanorromanas en particular.



LAS NUEVAS TAIFAS AL ATAQUE

 

Por: Ricardo de la Cierva
Estas cinco tesis forman la panoplia dialéctica actual de. pancatalanismo en el Reino de Valencia. Como vamos a demostrar desde fuentes seguras, se trata de un conjunto de errores y distorsiones históricas, absolutamente insostenibles desde el análisis histórico y filológico; desde una concepción cultural rigurosa. Pero ésta es la plataforma que alberga al reducto interno pancatalanista en el Reino de Valencia, en la Universidad de Valencia, en un sector importante de la intelectualidad valenciana a quien he lla­mado el de los tlaxcaltecas, y por supuesto en el propio PSOE que gobierna, desde su creación, la nueva entidad. autonómica denominada Comunidad Valenciana, con sen­tido que quiere ser salomónico y que para huir de los ex­tremos opta, paradójicamente, por una denominación tan genuinamente castellana; la de Comunidades, ya que no se han atrevido a erigirse en germanías, que les hubiera gustado mucho más. Tan increíble victoria ha logrado, du­rante sus campañas del siglo XX, el pancatalanismo invasor_ con la complicidad ocasional de la propia Real Academia ­Española, en un gesto típico de la flojera, la inconsecuen­cia y la cobardía de nuestros grandes intelectuales, que luego suelen entonar tarde y mal su No es esto, no es este) Formulado, pues, descarnadamente el planteamiento de la: cuestión, vamos a exponer, desde fuentes serias y seguras. la realidad histórica y cultural básica del Reino de Valen­cia, a lo largo de su evolución secular; para analizar des­pués, ya desde bases firmes, la gestación y desarrollo de la campaña pancatalanista que se ha despeñado, durante los últimos tiempos, en una increíble orgía universitaria.

Y es que en esta España de nuestras autonomías y nues­tros demás pecados, donde sólo gracias a la acción cohesi­va de la Corona no hemos caído ya en el aquelarre canto­nalista, apunta el peligro de los reinos de taifas en tres zonas vitales de España. Primero, la gran Castilla, Castilla la Vieja, de la que se han desgajado, por pequeños egoís­mos de campanario, sus dos fuentes principales, que son  la Montaña cántabra y La Rioja, donde nació nuestra len­gua. Segundo, el llamado País Vasco, que ahora se empeña n conquistar el viejo reino de Navarra; y tercera, Catalu­ña, el principado, que ahora intensifica sus planes para otra conquista interior, la del Reino de Valencia después ~l fracaso de la Generalidad en 1936 cuando envió al ca­pitán Alberto Bayo tras las estelas de Jaime I a la conquista de las Baleares. Dos entidades autónomas quieren por rito conquistar a otras dos, ante la indiferencia de una Castilla desmembrada. Para un historiador, el espectáculo delirante, pero cierto. Algo hemos apuntado ya sobre proyecto vasco de conquistar Navarra, quizá para devol­verle la visita a don Sancho el Mayor. Ahora vamos a estu­diar en serio las dos reconquistas -la histórica y la antihistórica- del Reino de Valencia.   

Como norma general, para esta síntesis histórica v cultural voy a seguir, aunque no exclusivamente, a los especialistas del propio Reino de Valencia y a los grandes profe­sionales; luego, en el estudio monográfico da la campaña me referiré de nuevo a los propagandistas exteriores e interiores­ del pancatalanismo; es decir, a los que he llama(1) amistosamente, invasores o txacaltecas, respectivamente. Dos publicaciones valencianas de divulgación, pero que deben despreciarse porque se han concebido v desarrollado sobre las investigaciones de los grandes especialistas Ubieto, Fullana, Cremades y otros-, pueden resultar mm les para el lector no iniciado: me refiero a la obra de profesores de universidad J. Aparicio y R. Ferrer y del catedrático de Instituto A. Vila, Historia del pueblo va­lenciano (Valencia, Vicent García editores, 1983), y al fun­dado resumen de Pere Aguilar i Pascual, Nostre idioma, editado en Valencia en 1984. Según este resumen, el sus­trato que alienta en los orígenes de la lengua valenciana - e1 bajo latín que había surgido, desde la decadencia im­rial romana, del latín vulgar fecundado, a su vez, por ibérico originario. El actual territorio del Reino de Va­lencia concentró el esplendor de la cultura ibérica, de la que hoy se conocen allí una cincuentena larga de yacimien­tos cada vez mejor estudiados, entre los que destaca el que ~ ofreció el hallazgo más asombroso de esa cultura, la Dama de Elche. Sobre la cultura ibérica autóctona habían influido, a su vez, los fermentos colonizadores de los fenicios, sus vástagos los cartagineses o púnicos y los griegos. Una huella clara de la lengua ibérica son sus sufijos en iste que hoy conserva el valenciano.

El latín vulgar que hablaba la mayoría del pueblo his­panorromano, tras asumir al pueblo y a la cultura ibérica (la romanización en el Mediterráneo hispánico fue más in­tensa que en el centro celtibérico de Hispania y mucho más que en el Norte cantábrico, casi irreductible, como ya vimos en el caso de la depresión vasca, que se quedo sin romanización profunda), fue degenerando, en tiempo, de la decadencia imperial, en el bajo latín, fuertemente matizado según provincias romanas y regiones, del que fue­ron surgiendo, ya en la Edad Media, las diversas lengua> romances en todo el territorio de Hispania. El padre Fu­llana -especialista máximo en filología valenciana y de­signado por ello académico de la Española ya en nuestro siglo- cita estas lenguas romances entre las que se deri­varon del latín vulgar: italiano, francés, gallego, castellano valenciano, catalán, provenzal, mallorquín. Al degenerar e: latín vulgar, según las regiones, en bajo latín (mientras se seguía escribiendo, mal que bien, hasta las fronteras da lo vulgar, el latín culto) es el que, como lengua hablada: da origen a las diversas lenguas romances. Nadie se atreve a decir que en esta fase primordial el valenciano se deriva­ra del catalán; los dos nacen más o menos simultáneamen­te, de forma autóctona, aunque emparentada, como por lo demás les sucedía a todas las demás lenguas romance, en general e hispanorromanas en particular.


Las Provincias 10 de Diciembre de 1994



LAS MANIOBRAS SECRETAS DEL RÉGIMEN

Por Ricardo García Moya

El titánico esfuerzo que realizan Lerma, Romero y Pedraza para la consolidación de los Países Catalanes (con subvenciones directas y camufladas) está obteniendo resultados. Incluso en Castilla se han percatado de que somos un organismo herido y sin capacidad de respuesta a las agresiones culturales y económicas. Saben que lo único que motiva al eje  pujolsocialista  es catalanizar; así que los rugidos de Lerma (por la autovía) sólo provocan carcajadas goliardas (por lo descomunales) a Bono y sus manchegos. Además ¿qué respeto inspira un president que aborrece el nombre histórico  del  territorio?  Sus  antojos toponímicos -aplaudidos por la clac del régimen-, humillan al Reino de Valencia con las payasadas de Mediterránia, Levante, país valenciano, Comunitat.

Es comprensible, ciertamente, la actitud de los inmersores nacidos entre los romerales de Albacete y los cigarrales de Toledo (mosques y moscardes, pols y polseguera, chinches y caparres). Son profesionales que cobran millones. Han leído a Manuel Alvar y saben que: "quienes   imponen  una  lengua (Lerma, Romero y Pedraza con el catalán; no el valenciano) tratan de convencer de las ventajas que se adquieren con su aprendizaje y, por tanto, la conveniencia de adquirirla. De ese modo --y no hablemos de otros   se va minando la conciencia colectiva.  Es decir,  cualquier quiebra del status anterior significa facilitar el paso hacia un nuevo tipo de alineamiento y absorción" (AIvar, M.: "Hombre, etnia, estado". Madrid 1986, p. 226.)

La autodestrucción de Valencia es digna del festival de terror de Sitges. Hasta el Principado de Asturias defiende con uñas y dientes la mínima diferencia lingüística propia, editando publicaciones como "Lletres asturianes" (Oviedo, octubre, 1994), revista "dedicada al estudio del idioma asturiano". Estamos de acuerdo en que se pasan con el bable; pero aquí es todo lo contrario. Desde las instituciones alteran y manipulan para --como diría Alvar-- minar la conciencia colectiva.

He aquí una jugarreta típica: en el siglo XVIII, el platero navarro Carlos Beramendi recorrió nuestra tierra y fue anotando impresiones sobre economía y cultura; más tarde, en 1793, fueron  publicadas como "Viaje por el Reyno de Valencia". Ahora, en 1994; han sido reeditadas a cargo de la Diputación de Alicante, pero con el título "EI país valenciano a fines del siglo XVIII" ¿Perciben el cambio del recambio?

Son miles de pequeñas maldades, como atribuir "una lengua alicantina" en   Orihuela en  el siglo XIV (Studia Histórica, Diputación de Alicante, 1985, p. 130), cuando la provincia de Alicante es del siglo pasado y todos los textos conservados en Oriola recuerdan que se hablaba la lengua valenciana.

Y qué me dicen del proyecto de transformar el triángulo Alicante, Elche, Santa Pola -donde se ubicará la oficina europea de patentes- en la futura capital de Levante o "Comunitat". La infraestructura está creada. Alicante ya cuenta con dos autovías hasta Madrid y Murcia, más otras dos a Cartagena y Alcoy en proyecto. La Generalidad de Lerma está volcada económicamente en esta ciudad; hasta limpia  y  restaura  la  fachada  del Ayuntamiento (igual que en Valencia ¿no?). EI casco antiguo, faltaba más, lo está rehabilitando respetando la arquitectura de época; no con  los  tumores  arquitectónicos que edifican de los barrios del Carmen y Pilar en Valencia.

Todo sale del ágil cerebro de Lerma.  Sus  desvelos  para  lograr colocarnos en la cabeza mundial del ridículo son constantes. En los meses estivales podría dedicarse a pensar en sí mismo y aprender con Salom‚ pasos de sardana; o seviIIanas con el Titi, ya que sus señoritos son andaluces. Pues no, se ha dedicado a las banderitas.

Este verano, el 4 de julio --cercana la canícula y cuando todos pecaban por mar y monte- los de  la  oficina  de  heráldica  de  la Generalidad elaboraron unas extrañas leyes sobre banderas valencianas. Hay que descubrirse, chapeau, ante la martingala de estos taimados- han legalizado una silueta de bandera idéntica a la del falso pendón de la Conquista. Así que cuando en Onteniente, o el 9 de octubre pasado, las fuerzas del eje colgaron  pendones cuatribarrados, tenían el respaldo de una ley firmada  por Lerma el  21  de junio de 1994, y publicada en el boletín del  4 de julio.  ¿De qué‚ valió, pues, el consenso de la Ley de Símbolos en  1984?

Mientras todos estábamos pendientes del Reino de Valencia que ardía como el averno, el president seguía con su  particular cruzada contra la Real Señera  EI decreto aprobado este verano impedirá a cualquier ayuntamiento valenciano  la  adopción  de  una  enseña cuya silueta sea en dos puntas o cola de golondrina, como la Real Señera. Prueba de que todo era premeditado ha sido la veloz salida al mercado de las enseñas en forma de pendón. ¿Y la derecha cultural? Asustada y mirando hacia otro lado.

Y sigue la marcheta.  La CAM continúa editando libros en normalitzat; y financiando actividades sugeridas por los asesores escorados al catalanismo. La última que han hecho es regalar un pin de Alcoy con  las cuatro  barras, sin corona, cuando todos saben que el escudo de esta ciudad ostenta una  simbología compleja, incluyendo las barras coronadas. Con la excusa del 150 aniversario de la ciudad, lanzan esta falsa heráldica para seguir con la implantación de las cuatro barras.

No tienen remedio. Ustedes se figuran en Alemania o Dinamarca a unos políticos quemándose las neuronas para legalizar siluetas de banderitas. Pero bueno, hasta dónde hemos Ilegado. ¿Y  esta gente es la que presume de progresismo? ¿No tienen más preocupación que perder el tiempo manipulando escudos y banderas? Lerma, sinceramente, en verano descanse en su lucha  contra la Real Señera, y dedíquese con sus amiguitos Emérit Ecológicus Bono, Joan Romero,  Pedraza y Gloria Marcos a jugar a la montañita humana de Algemesí, esa que tanto promocionan, y que es típica de Cataluña... y del  norte de Africa.



LAS LENGUAS OFICIALES DE LA CANCILLERÍA


Por Ricardo García Moya
Las Provincias 16 de Mayo de 1999


Una de las consignas que más ha calado entre las víctimas de la inmersión -estudiantes, funcionarios y emigrantes- es la que propaga que sólo eran lenguas oficiales de la Cancillería de la Corona de Aragón el aragonés y el catalán. En textos inmersores de BUP leemos: "Jaime I decidió redactar en cata- lán, y no en latín, toda la documentación referente al Reino de Valencia" (Llengua COU, Ed. ECIR, p.107), pero el original en que se basa la cita anterior dice: "In curia civitatis Valencie... omnes actus et sentencie in romancio". Estamos ante una variedad de glosolalia, en la que el afectado inventa palabras o las dota de significado que place a su extravío.
Entre los gramáticos del IEC hay casos célebres de acromegalia y aerofagia, pero la glosolalia es endémica en filólogos y siguen la glotosofía o filosofía del lenguaje del Instituto d'Estudis Catalans. EI síntoma más espectacular es que leen la palabra "catalán" en textos donde no figura tal vocablo. En un libro editado por la Generalidad de Cataluña, los filólogos Bastons y Estruch -afectados de glotolalia- creen operar con bisturí semántico sobre frases confusas, restaurándolas al concepto original. Del "Cantar del Cid" escogen la voz franco, explicando que el autor aludía al doble sentido de "noble y catalán". Según los autores, debiéramos corregir mentalmente cada vez que leamos franco en el "Poema del Cid", substituyéndolo por catalán. Lo mismo sucede con la prosa alfonsina (1221-1248). Su glosolalia les hace creer que donde en el original figura franceses debe decir catalanes (Estruch: "Cataluña en la literatura". Barcelona 1997).
La glosolalia afecta a los paleógrafos del IEC, no a los manuscritos originales, por lo que hay que recordar que jamás ordenó Jaime I que la documentación valenciana se escribiera en catalán. En ocasiones, aunque no era habitual, el funcionario citaba el idioma. En la documentación remitida a la Cancillería, en 1586, el consell desea que se entregue en mano a Felipe II; en este caso puntualizan que, aunque "escrita en lengua valenciana" (ACA. L.1350), sea traducida por un noble valenciano residente en la corte. Los afectados de glosolalia cuando observan "in idiomate valentino" en las actas del Compromiso de Caspe dicen que pone "català". Y quizá sea éste el documento oficial más solemne de todo el XV, al reflejar el cambio de dinastía del rey de Valencia y conde de Cataluña.
Ejemplo de prosa valenciana usada por la Cancillería son las autorizaciones reales para la impresión de libros. La otorgada a Jaume Prades, firmada por el conseller real Jaume Ferrer, está fechada "a XXI de giner 1595". La Cancillería usaba léxico valenciano como el sustantivo giner, prohibido ahora por la inmersión y sustituido por el catalán gener. Este impreso otorgaba la licencia real a Jaume Prades, rector de "Ares en lo Maestrat de Montesa", frase que un afectado de glosolalia ve con alterada morfosintaxis, convirtiendo el texto de la Cancilleria en algo así como "Ares al Mestrat de Muntesa".
En el permiso real hay plurales como "cofrens" -documento en el s. XIII- y la fórmula de apro- bación valenciana "a nos ben vist", ahora sustituida por la barcelonesa "vistiplau". EI libro de Prades se titulaba "Historia de la adoración" y abordaba tangencialmente el problema derivado de la confusión babélica y la formación de múltiples lenguas: "Entre las quales havia (sic) muchas que, aunque distintas, se entendían unas a otras, como son agora la Valenciana y Catalana" (p. 350). EI doctor Prades puntualiza que, "aunque distintas", se entendían; pero en el mismo párrafo añade otras comprensibles: la toscana, francesa y castellana. EI autor aludía a las neolatinas del sudoeste de Europa, más o menos comprensibles en relación a semíticas, eslavas y germánicas.
La Cancillería se castellanizó bajo los Austrias, pero la Generalidad del Reino siguió remitiendo memoriales y cartas en el idioma valenciano vivo, distinto al catalán coetáneo. Como ejemplo de léxico oficial tenemos el utilizado por Jusep Orti, secretario de la Generalidad, en una misiva oficial del año 1704: "Ya contribuixen, este any, servicis, lo deposit, atendre, inglesos, fortelees, Ilealtat, allaugerarlo..." (8P0, R. 2035, 10 octubre 1704). Traducido al catalán sería: ja contribueixen, aquest, diposit, atenir, anglesos, fortalesas, serveis, Ileialtat, alleugerir-lo, etc.
EI escrito de la Generalidad contenía frases en valenciano moderno: "Y en tots estos numerosos eixercits", que la inmersión traduciría en: "I amb tots aquets nombrosos exèrcits". En fin, lo dijo fray Antoni Canals en 1395 y lo repitió el rector Jaume Prades dos siglos después, en 1595, desde su atalaya en Ares del Maestrat: aunque se entienden por su común origen, las lenguas valenciana y catalana son distintas. Ahora, en 1999, serían acusados de sececionistas por los afectados de glosolalia.


LES HARCHES VALENCIANES

Definicio:
Estrofes en romanç valencià insertades dins de texts araps religiosos, per a fer comprensibles dits texts al poble.
Foren descubertes pel filolec Stern (i els seus colaborados) en 1.948, i estudiades -entre uns atres- pel eminent arabiste no valencià
J. Ribera. Pertanyen als sigles X, XI i XII.
Son de 5 autors mossaraps de les localitats de Bocairent, Denia (2) i Morvedre (2).
Es de destacar la llavor d'investigacio, estudi i conclussions publicades per:
El catedratic de l'Universitat de Sarragossa, Sr. Ubieto Arteta.
El catedratic de l'Universitat de Santiago, Sr. Manuel Mourelle de Lema.
El catedratic Sr. Lleopolt Penyarroja.
I pels historiadors:
Sr. José Vicente Gómez Bayarri,
Sr. Ricardo García Moya,
Sr. Ramón Ferrer,
Srta. Mariví Ferrandis Olmos
Sr. Alfonso Vila.
Estos testimonis poden ser acallats pels pancatalanisme i pels seus secuaços, pero mai negats: son proves escrites.
Per cert: ¿A on estan les harches catalanes?
Cartes de mossaraps
-Ibn Sida, sabi musulma mort en Denia (1066), va escriure textualment:
"Excuse el meu mal arap, puix he de conviure diariament en gent que parla "algarabia".
¿Està o no està clar el bilingüisme (arap i romanç neollati) dels habitants de la Valencia prejaumina?
Per molt que els partidaris de l'imperialisme llingüistic pancatalaniste intenten minimisar este text, queda clar que sigles abans de la conquista ya existia el romanç neollati ("algarabia") que donà pas a la nostra llengua valenciana.
Jaume roig
El mateix Jaume Roig, en la seua obra fa referencia a "la algemia e parleria iatina dels antics homens de Paterna, Torrent i Soterna".
Estem parlant d'un proces de sigles. Fa mes de 400 anys que els valencians mes cults deixaren d'escriure en la seua llengua materna, 300 anys que el castella fon impost com a llengua oficial.
Tots els escrits oficials, tota l'ensenyança, tota la liturgia, tots els llibres i mijos de comunicacio oficials eren en castella.
...¿Havia mort per aixo la Llengua Valenciana?
Encara hi han poblacions sanceres que s'han expressat i s'expresse


DIFERENCIES BASIQUES ENTRE EL VALENCIÀ I EL CATALA
Distincio formal de genero per a el sufix -iste/-ista
Per eixemple:
Un futboliste, i no un futbolista.
Un valencianiste o una valencianista.
Formacio del plural de les paraules acabades en -st, -sp, -xt, i -sc afegint una -s
(i no afegint -os, com ho fan els catalans.
Per eixemple:
Bocs, i no boscos.
Focs, i no foscos
Utilisacio de la -n llatina etimologica en el plural d'algunes paraules; es a dir: formacio del plural afegint -ns (i no tan sols -s com ho fan els catalans) quan correspon etimologicament.
Per eixemple:
Homens, i no homes.
Jovens, i no joves.
Us de les preposicions "ab" i/o "en", en lloc de la catalana "amb".
Us de l'articul neutre "lo", i no "el".
Per eixemple:
Lo Rat Penat, Lo mati, Lo carrer, Lo millor.
Us de les formes no reforçades per als demostratius.
Per eixemple:
Est o este, i no aquest.
Construccio de les oracions impersonals per mig del pronom "se" (i no per mig de hom...)
Us de les grafies -g- i -j- (i no -tg- i -tj-) per a representar el fonema prepalatal africat sonor del valencià.
Per eixemple:
Plaja, no platja
Us de la grafia -s- per a el so lingu-alveolar fricatiu sonor del sufix -isar (en conte de -itzat)
Utilisacio de la "ch" per a representar el fonema prepalatal africat sort. Distincio de so "ch" del so "x" (no aixina en catala).
Per eixemple:
Marcha, i no marxa.
Chiquets, i no xiquets
<> (Tirant Lo Blanch. Joanot Martorell. Siglo XV)
Utilisacio de paraules, conjuncions i conectors autoctons i actuals.
Per eixemple:
Vesprada, i no tarda.
Yayo, i no avi.
Giner, i no Gener.
Atres, i no altres.
Bou, i no brau.


LAS IKASTOLAS VALENCIANAS


Ricardo García Moya

Luis Herrero retransmitía el acto de la sede del triunfal PNV donde a las huestes de Arzallus se había unido unos independentistas catalanes enarbolando banderas barra­das. El periodista, fingiendo ingenuidad, señalaba excitado “la presencia de banderas cata­lanas o valencianas”. Por lo visto, en la COPE no se han enterado de que la Comunidad Valenciana posee una bandera distinta a la catalana. Como es notorio, Luis Herrero siente odio contra la existencia de un leal territorio histórico llama­do Reino de Valencia, y no tole­ra que a un alicantino o a un castellonense se le llame valen­ciano, como así fue durante siglos hasta la llegada de estos personajes que actúan, respec­to a la Comunidad Valenciana, como los separatistas vascos y catalanes respecto a España; con la diferencia de que él sabe que nadie le censurará su acti­tud, sino todo lo contrario. Este hombrecillo locuaz es silente respecto a lo que ocurre en las ikastolas valencianas.

En la Comunidad Valencia­na, desde la Universidad a la ESO, se fomenta el indepen­dentismo catalanero y el odio a España ante la indiferencia del PP y la colaboración total del PSOE y EU. Un ejemplo: el Ayuntamiento de San Juan de Alicante cede su casa al “Su­permercat de revistes cata­lanes” independentistas, y se permite a estos grupos comer­ciales (que viven de la subven­ción del eje CIU-PP) montar tenderetes dentro de los cen­tros de ESO valencianos -en su interior, repito- regalando mi­les de revistas catalanas, discos y prensa a los alumnos de 13 a 17 años. También entregan talonarios de “Xecs de promo­ció” de “Descobrir Catalunya”, “Illacrua, revista alternativa dels Països Catalans”, “Revis­ta de decoració en catalá”, “El Temps “,“El Triangle”,”Nu­vis”, “Barça”, etc. Con la com­plicidad de las autoridades, regalan discos de canciones co­mo “Escolta la teva sang” o “Trencar el silenci”, cuyas le­tras claman contra la opresión de España y lo bueno que es convertirse en catalanes. En estos centros oficiales de en­señanza, controlados y atemo­rizados por los seminarios de catalán, jamás se han atrevido a izar la Real Senyera y la ban­dera de España, pero si se aprobara la de cuatro barras la enarbolarían al instante. Inge­nuo, en una ocasión pregunté el porqué de este desprecio, contestándome que era por falta de presupuesto para ban­deras. Estos mismos son los que han comprado todo tipo de enciclopedias de los “Països Catalans” y encuadernan pri­morosamente los fascículos de la Marina Catalana o de la Historia del moviment obrer als Països Catalans, donde nos incluyen a los valencianos. Los del PP callan como ratas y fin­gen no enterarse del nido de serpientes que están alimen­tando. Como suponen que hasta dentro de unos diez años no estallará todo, siguen em­pujándonos al abismo.

Políticos y sindicatos pugnan por demostrar su limpieza de sangre catalanista. Si el Bloc amenaza con exigir requisito lingüístico de catalán (pues catalán es lo que se está impar­tiendo), Tarancón levanta el dedo y dice: “Yo primero”. En fin, llega el día grande de la inmersión catalana, cuando los estudiantes pasarán por la pie­dra catalanera de la Selec­tividad; pero hay noticias bue­nas, como la llegada del AVE al aeropuerto de El Altet, finan­ciada por el gobierno de Es­paña “porque hay que conver­tir a Alicante en el centro del arco mediterráneo”, según dice Alvarez Cascos. El de Manises, da a entender, es de tan poca categoría que no merece gas­tarse en él ni una peseta de los fondos europeos o españoles. Otra noticia buena: la autopis­ta Alicante-Cartagena ya la te­nemos casi finalizada. Este ve­rano iré desde Alicante a Car­tagena por autovía, autopista o carretera nacional. Tendré tres opciones. Y es que el gobierno del PP-CIU premia a esta ciu­dad que no se opone al catala­nismo; no como la blavera Va­lencia, que puede esperar sen­tada la autovía Valencia-Zara­goza-País Vasco.

Respecto al “AVE a Levante” -como dicen los ministros del PP- llegará a Valencia; pero no antes que a Murcia o al futuro centro del eje catalán-Mediterráneo. Aquí se agradece la postura sumisa y acomplejada de Valencia. Las pintadas de “Puta Valencia” no son borra­das por los servicios de limpie­za del Ayuntamiento de Díaz Alperi; de igual modo que las múltiples y enormes pintadas en catalán de “Borbona als taurons” que llenan muros y rótulos entre Alicante y Cam­pello. El alcalde, así como el presidente de la Diputación, Julio de España (admirador de Raimon), pasan diariamente ante ellas, sonríen y no orde­nan borrarlas; algo que no sucedió cuando les pusieron una perla alusiva a ellos.

8 a.m. en la Universidad de Alicante. Enormes paquetes con miles de ejemplares del diario “Información” son deja­dos en el suelo. Los estudian­tes recogen su poción diaria de manipulación en los catalanes Levante, Información o Avui. En el del viernes, este titular ocupaba la plana: “Un acciden­te destruye parte de la vía en­tre Alicante y Barcelona” (In­formación,11-5-01), aunque la prensa y radio nacional daban la noticia de forma correcta “Accidente en la vía de Va­lencia a Castellón”. La prensa de Ferrán Belda en Alicante es virtuosa en eliminar el nombre Valencia, salvo en las ocasiones que pueda suponer algo negati­vo hacia la única urbe que resiste al catalanismo; o resis­tía, pues la labor de Tarancón o la alcaldesa Nolla ya no en­cuentra barreras. La Genera­lidad, generosa, lo paga todo. Cualquier libro catalán que los alumnos y profesores cata­laneros deseen, sólo tienen que rellenar una desiderata en ca-talán que la tentadora Univer­sidad ofrece impresa. En pocos días llegará el panfleto re­mitido desde las editoriales amamantadas por la Genera­lidad: Bromera, 3 i 4, Alta fu-lía, Curial, Edicions 62, etc.

Paseo entre millares de vo­lúmenes en catalán que, ama­zacotados, blindan la biblio­teca de la Universidad más lu­josa y ajardinada de Europa. Desde sus inmensos ventana­les, mi mirada puede huir de un eructo de Gloria Marcos contra la RACV (El Temps 14-5-01), a la libertad rocosa de la Carrasqueta. Estoy hojeando “La decadència al País Va­lenciá” (Curial. Barcelona), que los estudiantes valencia­nos de Alicante leen por impe­rativo ilegal; es decir, por mandato del parásito inmer­sor que les lava el cerebro y -para mayor inri- la Genera­lidad le suelta un pastón cada mes. Los libros inmersores, deteriorados por el uso a la fuerza, son repuestos sin dila­ción para que la formación ca­talana no decaiga. Sobran millones para adquirir obras en catalán. Les aseguro que quería hablar de otro tema más agradable; pero veo a los alumnos estudiando la sinta­xis de Lluis Llach o el léxico de “Els Pets” y se me bloquea la mente. ¿Cómo puedo com­prender que estos panfletos de Rosa M.Pujol, secretaria gene­ral de Joventut de la Gene­ralitat de Catalunya, lleguen a los alumnos valencianos de la ESO? Por desgracia, ni la COPE ni la televisión catala­na de Valencia dirán nada del odio incubado en estas ikasto­las del PP (¿o no gobierna el PP aquí?), que tarde o tem­prano reclamará su tributo.


Diario de Valencia 20 de Mayo de 2001

LAS GARZAS REALES DE CATARROJA


Por Ricardo García Moya
Las Provincias 28 de Septiembre de 1997

Hace años, un etimólogo inmersor se escandalizaba al leer garsa, castellano garza, en el Diccionario de la Real Academia  Valenciana; él sólo admitía el vocablo agró y rechazaba la otra acepción garsa, plural garses. El inmersor seguía la estrategia de desprestigiar a la Real Academia, acusándola de inventar una nueva lengua. En “El valenciano enfermizo” defendía que garsa en valenciano sólo equivalía a urraca en español. Por lo visto, olvidaba que Garça Real figuraba en el diccionario de Pou (Valencia, año 1575), y que fue usada por clásicos como Roiç de Corella. Además, el catálogo de Orellana sobre Pardals de l´Albufera (año 1795) en “lengua valenciana” también incluía Garza y Garza blava, aves con historia en nuestro Reino.
Hacia 1550, el setabense Martí Pineda aconsejaba a una dama valenciana que no frecuentara “fonts, horts, ni cabanyals”, porque allí recibían picaduras mortales “moltes garces” (“Consells y bons avisos”, estrofa 10) metáfora comprensible para los valencianos renacentistas; las garzas abundaban en las palustres áreas de arrozales y marismas (el poeta, irónico, cita la Albufera como un lugar vedado a la virtud), donde no era extraño ver a la esbelta zancuda tratando de engullir pequeñas sierpes con su afilado pico.
Desconozco si hacia 1550 abundaban los ofidios venenosos, y si tenían posibilidad de morder a la depredadora. De todos modos, la realidad zoológica no afecta al juego literario del setabense Martí Pineda, que llama garzas a las doncellas valencianas en floreo verbal erótico-galante (Pineda, culto notario, quizá conocía el francés garce, muchacha frívola).
Ignorado el étimo prelatino de garza, la palabra perduraría en la época mozárabe como fósil léxico en zonas de su hábitat natural. En el Reino de Valencia existía el punto geofísico ideal para su nidificación y crianza en los cañaverales cercanos a Catarroja, coto de la monarquía musulmana antes de la Conquista y lugar de procedencia de las garzas que solicitaba el soberano. Esta actividad perduraba en 1597, cuando Felipe II dice que, “a Macian Verdeguer, vecino de Catarroja, le he mandado que cada año cace en la Albufera Real algunas Garças; que las críe y traiga a los estanques de nuestros Jardines Reales de Madrid, Aranjuez y otros” (Arch.Cor.Aragón, l.651).
Al vecino de Catarroja le abonaban cien ducados de Valencia al año por la captura de “Garses Reals”. El adjetivo Real que Pou añade en 1575 al sustantivo Garça (escrito asimismo garsa y garza) significaba en aquel tiempo perteneciente al rey; así, la misiva de Felipe II alude a la Albufera Real, estanques Reales, jardines Reales, moneda Real, etc.
Las dos acepciones valencianas de garza son significativas de la actitud de los que sólo admiten las ordenadas por el Institut d´Estudis Catalans, despreciando el léxico legado por nuestros antepasados. Así, Martí Pineda usaba en 1550 el pronombre yo (no jo), el adverbio hui (no avui), la conjunción Y (no la i); los sustantivos faena y viuda (no feina y vidua); los abstractos bonea (no bonesa), perea (no peresa), noblea (no noblesa), llegea (no lletgesa). Con el clásico artículo lo sustantiva adjetivos, lo negre (no el negre); une pronombres enclíticos, oblidarme (no oblidar-me); usa el cardinal dos (jamás el arcaísmo dues); mantiene la y griega en joya y joyell (no joia i joiell); emplea dirigit y bodes (no adreçat i noces); es decir, vocablos y ortografía que los catalaneros denuncian como invento de la Real Academia.
En un verso de Pineda leemos:”parleu poc y ab gancho”, con CH, dígrafo que la universidad prhibe por considerarlo valenciano enfermizo. Ocultan que, según el propio Corominas, el sustantivo “gancho es mozarabismo que ofrece CH frente a la Ç castellana” (DCECH). Tampoco place a los inmersores la terminación de gancho en O; y eso que la lengua de Sant Vicent, Martorell y Jaume Roig abundaba en palabras como caldo, sao, fondo, cego y clero. En otra metáfora picante, Pineda también recurre a la CH en el fenecido arcaísmo valenciano “clochetes”, sinónimo del crochet vivo en Francia y Argelia.
Utilizan la ley del embudo. Ese Institut d´Estudis Catalans que prohibe a los valencianos (no sé con qué autoridad) el uso de CH por ser galicismo medieval, ha adoptado la acentuación de vocales de la ortografía francesa del siglo XVII. La é cerrada con acento agudo y la è abierta con acento grave fue un capricho de Pierre Corneille en 1663 (El genial dramaturgo lo mismo plagiaba al valenciano Guillén de Castro que inventaba normas ortográficas).
¡Y ojo con los regates! El etimólogo inmersor que fustigaba léxicamente a les Garses Reals de Catarroja es un futuro juez lingüístico que revolotea sobre el CVC.


                                         

LAS ESCUELAS OFICIALES DE IDIOMAS ¿VALENCIANO?


   Joan Benet

   Según el Real Decreto que prepara el Ministerio, el cual se está redactando sobre una norma que, fue aprobada por unanimidad por todos los directores generales de Enseñanza de todas las comunidades autónomas de España, excepto Cataluña, que no estuvo presente, la lengua valenciana se enseñara de forma independiente y separada de la lengua catalana, (por fin).

   Antes de seguir adelante, quiero apuntar aquí que las asociaciones Òmnium Cultural, Acció Cultural del País Valencià y Obra Cultural Balear aseguraron que ese Real Decreto constituye “un ataque a la lengua catalana”.

   Es importante saber que éstas tres asociaciones son catalanistas y pancatalanistas, y que por ello se ven en la necesidad de decir sus mismos trasnochados y aburridos argumentos, aunque a éstas alturas a nadie se le escapa el fuerte ataque frontal que Cataluña está realizando contra la lengua valenciana, (todas las lenguas de las Islas Baleares, la lengua aragonesa oriental...), desde hace más de veinte años.

   Por otra parte, el portavoz del Bloc en el Ayuntamiento de Castellón, Antoni Porcar, manifestó que su partido considera una “agresión en toda regla” contra el valenciano la intención de impartir por separado en las Escuelas Oficiales de Idiomas la enseñanza del valenciano y del catalán, “como si no fueran la misma lengua”.

   Desde siempre el Bloc ha estado a favor de la unidad lingüística, y eso ha marcado siempre su postura. Pues verán señores, todos sabemos que las lenguas valenciana y catalana, no son las mismas, y muy al contrario de ser una "agresión en toda regla", es un primer paso para poder liberarse la lengua valenciana del yugo catalán. Sólo por comentar algo sin meternos en profundidades, todos los clásicos valencianos, siempre han afirmado que escriben en, Lengua Valenciana, nunca en lengua catalana.

   Pero éste Real Decreto cuando aparezca, sea publicado y se haga de obligado cumplimiento, elevará de nuevo al valenciano a la categoría (que siempre ha tenido), de lengua oficial, pues será impartida por las escuelas oficiales de idiomas.

   Eso me lleva ha pensar,
   - Las universidades de la Comunidad Valenciana, (todas), ¿seguirán traduciendo sus respectivas Webs al catalán?
   - La Universidad de Valencia, ¿Seguirá utilizando el catalán como lengua vehicular en la universidad?
   - La Universidad de Valencia, ¿Seguirá escribiendo en sus estatutos que el nombre culto de la lengua valenciana es, 'catalán'?
   - La Universidad de Alicante, ¿Seguirá, promocionando y fomentando el traductor de catalán que hasta ahora está manteniendo en la red?
   - La R.A.E., ¿Seguirá utilizando la definición de lengua valenciana que desde los años '70 recoge en las sucesivas actualizaciones de sus diccionarios?
   - ¿Seguirán sin querer otorgar a la lengua valenciana el I.S.B.N.?
   - ¿La Generalitat de Catalunya retirará de su Web oficial todos los documentos donde recoge que en la Comunidad Valenciana se habla catalán?
   - Las autoridades valencianas, ¿Se dignaran a solicitar de, I.S.O. el distintivo identificativo de idioma, (independiente de cualquier otra forma de hablar)?
   Y así podríamos hacer un sin número de preguntas, todas ellas, a cuál más interesante e importante.

   Pero de todas formas, no es oro todo lo que reluce, pues ese gran paso de gigante para la lengua valenciana tiene su piedra en el zapato, y esa piedra es lo que actualmente se está enseñando como valenciano, lo cual, es sumamente conocido por todos que no es valenciano, sino catalán, o sea que si en las escuelas oficiales de idiomas enseñan el valenciano actual, estarán enseñando catalán encubierto bajo el nombre de valenciano.

   Ese Real Decreto debería incluir que la A.V.L. se disolviera, que todos los académicos que han estado en ella, nunca pudieran volver a formar parte de ninguna otra entidad relacionada con la lengua valenciana, y que el valenciano que tenga que enseñarse en las escuelas oficiales de idiomas, así como el que se enseñe en todos los centros docentes del Reino de Valencia, sea realmente el valenciano que queremos los valencianos, con sus reglas, su vocabulario, sus expresiones, sus giros... así podremos volver a comer la tradicional, "coca en llanda", y no la actual catalanizada, "coca en llauna".

   Sobre todo, el vocabulario valenciano, es fundamental. Todos los valencianos, deseamos que el conseller de Cultura, Educación y Deporte, Esteban González Pons, se haga eco de ésta súplica y devuelva a la lengua valenciana su vocabulario, su dignidad.

   Sólo me queda agradecer a todos los directores generales de Enseñanza de todas las comunidades autónomas de España, excepto Cataluña, (claro), su decisión, pues han puesto al valenciano y al catalán en su lugar.

   12-12-2003